Heir 4: Libro 2

Capítulo 19: Tercera Ronda

Mientras el torneo se llevaba a cabo, en la tierra, nuevamente ocurrió un robo en el museo del héroe legendario.

Las autoridades esta vez no tenían explicación para esto, aunque lograron reforzar la seguridad de las instalaciones, habían atravesado las defensas sin nada de esfuerzo, como si fuera por arte de magia.

La Nemunia se encontraba investigando el lugar, y preguntando a algunos guardias lo que pasó.

Mientras inspeccionaba la vitrina se dijo a sí misma:

-¿Dónde esta ese petrosapien cuando se lo necesita?

Los guardias dijeron que vino un encapuchado, se llevó algo de la sección de enemigos y de la nada desapareció.

Todo esto le parecía raro a Pixiz, ya que ni si quiera tocó la entrada del museo. Miró atentamente la vitrina, se habían robado el báculo de Hex. Uno de los viejos enemigos del héroe legendario.

Tras tanto tanteó, la única pista que pudo encontrar era un cabello blanco. Por lo menos tenía una muestra de ADN para buscar al sospechoso.

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Mientras tanto en Khoros, el torneo continuaba.

El siguiente en combatir era K-y.

Su oponente era un pterodáctilo alienígena humanoide, de ojos amarillos y un jetpack en la espalda.

-Te hare comer lodo, cara de pico- dijo el kineceleran burlonamente.

-Hare que te tragues tus propias palabras- dijo el alíen dinosaurio.

Ambos oponentes se miraron fijamente. El pterodáctilo saca de sus mangas unos látigos de energía, preparado para la pelea. Mientras K-y se bajó el visor de su casco y se posiciono, listó para correr.

-¡Tú puedes K-y!- gritó Marry.
Greeg ya se había recuperado de los efectos del veneno, y se encontraba apoyando a su amigo:

-¡Vamos viejo, tú puedes!

-¡Vamos K-y puedes vencerlo!- gritó Anfibia.

-¡Adelante K-y!- gritó Cristal.

-¡Vamos Triket!- gritó Jet.

-Va a ser divertido cuando tu amigo sea arrastrado por el escenario a varios kilómetros a la redonda- dijo Hank burlonamente.

En cuanto dieron la señal, ambos contrincantes arrancaron.

K-y estaba esquivando los latigazos de su oponente a alta velocidad mientras se burlaba:

-Oh vamos pajarraco, mi novia sabe usar el látigo mejor que tú.

-¿Por qué no mejor cierras tu maldita boca?- dijo el alíen volador continuando con una serie de ataques.

Mientras sus amigos lo apoyaban, Marry no dejo de mirar al encapuchado, sabia que era el mismo niño que le robó la billetera a K-y. Sabía que sería su turno de enfrentarlo, solo necesitaba pensar con claridad el como evitar sus púas venenosas.

Pese a recibir unos cuantos latigazos, al final de una buena patada logró sacarlo de la plataforma.

-Triket queda fuera de los límites de la plataforma- dijo la presentadora- el ganador es K-y.

Todo el mundo celebro la victoria del kineceleran, no obstante, la morena estaba mas enfocada en desenmascarar a ese mocoso.

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El chico había entrado al torneo de forma anónima, usando una capucha y no revelando su identidad, ya que no quería que los guardias lo atraparan. Fingió ser mudo para no tener que dar su voz.

Marry y el participante misterioso eran los siguientes, ambos se miraron fijamente, la morena se enfocaba mas en desenmascarar a su adversario.

-Vamos nena tú puedes...- se decía a sí mismo el kineceleran.

-Vamos, Marry no caigas como yo- dijo Greeg con preocupación.

Anfibia miraba impotente la pelea, sabia que su amiga debía tener cuidado con ese niño, no solo por ser alguien escurridizo, sino al veneno paralizante que tenía en sus espinas.

-¡Tú puedes Marry!- gritó Cristal.

-Esto va a ser rápido- dijo Hank burlonamente a la galvan.

No obstante, observo a Anfibia, su mirada reflejaba mas preocupación que nada.

La humana pensó para si misma:
"Debo tener cuidado con sus púas".

Cuando dieron la señal, la morena no se abalanzó directamente, en cambio decidió mantener la distancia para esquivar mejor las espinas envenenadas. Lanzó un rayo rosado de sus manos. El infante esquivó el ataque, mientras debajo de su capucha preparó sus pinchos.

-¡Vamos Marry tú puedes!- gritó Cristal.
-¡Eso Marry mantén la distancia!- Gritó Anfibia.

-¡Vamos nena tú puedes!- gritó K-y.

-¡Tú puedes Marry!- gritó Greeg.

-¡Vamos Marry!- gritó Terra.

El niño, con una gran agilidad y reflejos increíbles, seguía esquivando los ataques de energía de la morena, en el momento en que se acercó a la humana, con un escudo de energía lo alejó a unos metros de ella.

La morena debía concentrarse en no recibir ningún pinchazo de su contrincante.

El infante continuaba batallando para acercarse a su oponente sin éxito, ya que, por cada intento de darle un pinchazo, ella se las arreglaba para mantenerse lejos de él, y pese a intentar lanzarlas, ella se protegía con sus escudos de energía.

Marry se mantuvo alerta a los movimientos del encapuchado. Pero para su mala suerte sentía que se estaba agotando un poco, el chico, de puro milagro, le da un codazo en el estómago que la hace caer al suelo, estaba preparado para clavarle una espina en su cuello, pero ella lo agarra del brazo para impedirlo.

En medio del forcejeo, La chica logró liberarse y quitarle la capucha, revelando su identidad.

Todo el estadio se quedó sorprendido al ver que aquel misterioso participante no era mas que un niño.

El chico estaba asustado, mirando al público impactado, pero su terror aumentó al escuchar a un guardia tetramand gritar:

-¡Es él, es ese mocoso!

El infante se vio obligado a huir de la escena, mientras un grupo de guardias hacía lo posible por atraparlo, pese a que algunos bloqueaban la entrada, el niño se las arregló para escapar. Usando una barrida, logró salir antes de que las puertas se cerraran.

A las afueras, solo se veía la persecución entre los alíen robustos y el pequeño ladrón a lo lejos.

-Cómo su oponente a huido de la batalla, Marry gana por default- gritó la presentadora.

Todo el mundo se quedó callado, no esperaban a que sucediera eso.

-Bien viejo, eso fue anticlimático- comentó el Kineceleran.

Luego de eso Marry fue a celebrar su victoria con sus amigos. Hank miró a Anfibia con el ceño fruncido y dijo:

-No cantes victoria, tú amiga solo ganó esta ronda por default.

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Durante el descanso, Hook estaba tomando una botella de agua, hasta que recibió una llamada de Pixiz, al contestar el teléfono pregunto:

-¿Qué sucede Pixiz?

-Tenemos un problema, el museo del héroe fue robado otra vez.

-¿Qué?- respondió el petrosapien confundido.