Cap. 9

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Derek

No podía creer lo que escuchaba, Stiles enserio se iría y haría todo lo posible para enfrentar a los Titanes.

-No dejaré que lo hagas.- dije en tono firme.

-Si no lo hacemos no podremos enfrentarlo y todo el mundo morirá, los olímpicos tienen un plan y es refugiarse ellos y los semidioses en el Olimpo, si no hacemos esto la humanidad podría morir.- eso me sorprendió, se que el no quiere dejar que algo como eso pase pero no estoy dispuesto a perderlo.

-Entonces yo iré con ustedes, no acepto una negativa por parte de nadie, ya vuelvo, iré por algunas de mis cosas, ya vuelvo.- los dejé solos mientras iba por mis cosas.

Cuando ya tenía todo listo le dejé un mensaje a la manda explicándoles la situación y que estén preparados para todo.

-¿Estás listo?.- preguntó Percy.

-Asi es, nos podemos ir.- respondí.

Stiles asintió y y de forma inmediata habrio un portal, no sabía a dónde nos llevarías pero todos los cruzamos, cuando estuve del otro lado el portal se cerró de forma inmediata y me di cuenta que ahora me encontraba en un gran e inmenso bosque.

-¿Donde estamos?.- preguntó una de las amigas de Stiles.

-Thalia, estamos en Grecia pero tenemos que llegar a la isla de Crera.- respondió Tyson.

-Porque allí hay una especie de portal que nos llevará aún mundo diferente allí es donde está la cueva del fénix.- explico Stiles.

-Ok ya entendí todo pero ¿Como llegaremos hasta allá? Estamos a 800 kilómetros de aquella isla.- ellos me observaron confundidos.

-¿Cómo sabes eso?.- preguntó Percy.

-Cuando mi familia murió en el incendio me fui con mi hermana Laura, antes de que ella también muriera, viajamos por muchos lugares incluso estuvimos aquí en Grecia y recorrimos cada lugar que pudimos así que se dónde estamos.- una de las chicas hizo una mueca y se acercó a mi.

-Si es así, dime, ¿Cómo se llama este lugar?.- la observe con enojo haciendo brillar mis ojos provocando que ella se asuste un poco.

-Estamos en el bosque mixto de los montes Pindo, así que, si, si se dónde estamos.- ella soltó un bufido de enojo.

-Ok, Clarisse, no provoques más a Derek, tu no lo conoces y no sabes nada sobre el así que deja de comportarte así.- por lo que dijo Stiles nadie más dijo nada.

-Estamos un poco lejos de donde debemos ir.- dijo Annabeth.

-Llamemos a las hermanas Gris.- no entendí a qué se referían.

-¿Hermanas gris?.- pregunté.

-Tranquilo, ellas nos llevarán hasta la isla y allí veremos dónde tenemos que ir.- solo me encogí de hombre pero cuando aparecieron me quedé callado ya que no esperaba que apareciera un taxi viejo siendo conducido por unas ancianas.

-Tranquilos, hay espacio para todos.- dijo una de ellas.

-¿Que están esperando? Suban de una vez.- todos subimos al viejo taxi y si, es más esppacioso de lo que creí.

-¿Dónde los llevo?.- todos nos miramos entre nosotros.

-Hacia la isla de Creta.- ellas voltearon a vernos a todos.

-Esto tiene un precio.- dijeron a la vez.

-¿Cuál es ese precio?.- ella giraron su rostro y con el único ojo de las tres me observaron fijamente.

-Un rugido del alfa.- dijeron sacando un frasco el cual tenía un dibujo de un lobo.

Observe a todos y lo hice, mis ojos cambiaron a rojo y solté el gran rugido que ellas tanto querían.

-Muy bien, agarrense.- así ellas aceleraron y todo corría muy rápido, tanto que de un momento a otro ya estábamos por llegar.

Observe a Stiles y me di cuenta que el se estaba mareando, justo cuando detuvieron el viejo auto Stiles bajo seguido por mi y de forma inmediata vomito todo lo que había comido. Creo que este será un largo viaje.

Stiles

Cuando termine de vomitar ya los chicos habían bajado del viejo taxi conducido por esas locas.

-Fue un gusto.- dijo una de ellas.

-Cuando requieran algún servicio solo llamen y vendremos por ustedes.- dicho eso se fueron de forma inmediata.

-Ni loco me vuelvo a ir con ellas.- dije.

-¿Estás bien?.- me preguntó Derek.

-Lo estoy solo quiero tener todo listo y estar preparado para cuando llegue el momento.- respondí.

-Y lo estarás, yo sé que así será.- dijo el dándome un beso.

-No es por interrumpir su momento pero ¿Dónde vamos ahora?.- Clarisse enserio me está empezando a molestar.

No sé que le sucede, desde que salimos del campamento ha tomado toda esta actitud que para mí parecer es muy estúpida.

-En está isla está la cueva de Zeus, dentro de ella hay una caverna la cual según el libro de mi abuela está en lo más profundo de esta.- al parecer todos notaron el enojo en mi.

-Ok, tranquilos todos, ahora hermano ¿La cueva está lejos? Es de noche y estamos un poco cansados.- dijo Percy.

-Un poco pero creo que lo mejor será continuar a primera hora, descansemos lo que queda de la noche.- todos estuvieron de acuerdo y durmieron lo poco que quedaba de la noche, los únicos despiertos éramos Derek y yo.

-¿Enserio pasará algo tan malo?.- preguntó Derek mirando la pequeña fogata.

-Si, si los Titanes vuelven y ganan, todos estaremos en peligro.- respondí.

-Pero se supone que todos somos creaciones de los dioses ¿Ellos no harán nada por protegernos?.- yo lo observe y negué.

-No, si los Titanes ganan los dioses se exiliaran en el Olimpo junto con sus hijos, Derek, no debiste venir, no sabemos si sobreviviremos, debiste quedarte a proteger a la manada o al menos a disfrutar lo que queda de tiempo con tu familia, aunque solo queden tu, Cora, Peter y Malia, son familia y se tienen entre sí.- él tomó mi mano y la acercó a sus labios dejando un beso en el dorso de mi mano.

-Lo se pero no quiero vivir sin ti, si muero ahora prefiero que sea junto a tí, a tu lado ¿Sabes por qué?.- solté un suspiro sin apartar mi mirada de el.

-No pero me gustaría saberlo.- el sonrió, una hermosa sonrisa que no me cansaría nunca de ver.

-Porque te amo Stiles, no preferiría nada más en este mundo que estar contigo y su mueres pues yo moriré contigo, quiero estar a tu lado está vida y las que le siguen.- me acerque a él y lo besé tanto como pude.

-Y yo quiero estar contigo, porque tú, Derek Hale, te has convertido en lo mejor que la vida me pudo dar, agradezco al destino por unir nuestros caminos.- ambos nos volvimos a unir en un beso.

Así pasamos lo que quedaba de la noche, observando las estrellas, abrazados uno junto al otro, deseando que este momento no termine nunca.











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