imperdonable

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Pov. Lisa

Me desplomo sobre su cuerpo.

Tengo el corazón agitado y me siento aturdida por el momento glorioso,

que acabo de compartir con ella.

Irene nunca me hizo sentir de ésta manera y ser consciente de ello,

despierta todas las alarmas dentro de mí.

Aun en contra de mis propias convicciones, la beso en el hombro, pero es

preciso que me tome un momento a solas, para recuperar el control de mis

emociones.

Me levanto de la cama y me voy al baño.

Ninguno de las dos, ha dicho una sola palabra luego del majestuoso

orgasmo del que hemos disfrutado, mejor así, no quiero decir algo fuera de

lugar y que complique aún más, está extraña e inquietante situación.

Una vez que estoy dentro, cierro la puerta.

Camino hasta el lavabo y aferro mis manos del borde con todas mis

fuerzas.

¡Maldición!

¿Qué carajos me está pasando?.

No puedo permitir que un buen momento de sexo, nuble mi

entendimiento y me impulse a dar un paso en falso.

Sobre todo después de lo que acabo de sufrir con Irene.

Tengo que meterme en la cabeza, que ésto es solo sexo.

Que después de ésta noche, todo acaba.

Nunca más nos veremos, no hay ninguna obligación o compromiso entre

nosotras y mucho menos explicaciones, que dar al respecto.

Me quito el condón y lo lanzo a la basura.

Luego me miro una vez más al espejo antes de salir de allí, plenamente

convencida de que luego de unas cuántas horas, todo ésto llegará a su fin.

Vuelvo a la habitación dispuesta a disfrutar de esa maravillosa mujer, que

está tendida en la cama y a la espera de que regrese con ella.

Es una hermosura, sobre todo mientras permanece acostada plácidamente

sobre la cama.

Es un maravilloso espectáculo, observarla totalmente desnuda y con esa

hermosa melena castaña dispersa sobre las almohadas, exhibiendo ese

sorprendente cuerpo, que he disfrutado a placer y que para mi mayor pesar,

luego de ésta noche, no volveré a tener entre mis brazos.

Dejo ir todos mis prejuicios y decido descansar un rato a su lado, antes de

poseerla por última vez.

Me acuesto junto a ella y en una acción inesperada incluso para mí,

siento la imperiosa necesidad de acercarla a mí y sentir el calor de su

cuerpo contra el mío.

Rodeo su cintura y la arrastro, hasta que su espalda está pegada contra mi

pecho.

Luego jalo la sábana y nos cubro con ella, sintiendo con ese pequeño

hecho, una especie de comodidad cotidiana, que me reconforta y me

embarazada por accidente - jenlisa adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora