guerra de poder

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Pov. Lisa

Ya di el primer paso, para sacar a Irene de mi sistema.

Enganchar a una chica está noche, ha sido realmente fácil.

Nunca pensé que después de haber perdido la práctica, una vez que me

decidí hacerlo no tuve problemas, para conseguirlo y juro por Dios, que me

he levantado a la mujer más hermosa del lugar.

Hay algo en ella, que me es familiar.

Aun así no logro descifrar, por qué siento que la conozco de alguna parte.

Aunque pensándolo muy bien, cómo podría olvidar a semejante

monumento de haberla conocido con anterioridad.

Entramos al estacionamiento del hotel XV Beacon.

Puedo sentirla temblar, mientras se encuentra pegada a mi espalda.

Apago la moto y antes de que la ayude a bajar, ella lo hace sola con un

poco de inestabilidad.

Me quito el casco y lo guardo en el compartimiento.

Me acerco a ella, para quitarle el suyo y luego lo guardo junto al mío.

No puedo evitar mirarla una y otra vez, es una mujer extraordinariamente

hermosa.

Sus ojos marrones contrastan con su cabello castaño y el diminuto lunar

en su párpado izquierdo me encanta.

Sus labios coloreados de rojo son, cómo un manjar provocativo y

tentador.

No quiero dejar de mirarla, sin embargo lo hago, porque no quiero que

una estupidez de mi parte dañe mis planes de está noche.

Coloco mi mano, sobre la piel desnuda de su espalda y una especie de

corriente deliciosa, recorre mi espina dorsal.

Hace mucho no sentía éste tipo de emociones, por alguna mujer y menos

tratándose de una desconocida.

La guío a la entrada del hotel y una vez hecho todo el procedimiento, nos

dirigimos al elevador, para subir a nuestra habitación y finalmente descargar

mis ganas de ella, durante toda la noche.

Cada vez que la toco, algo incomprensible se dispara dentro de mí.

Una especie de ansias, de locura extrema, de deseo desenfrenado, que me

incita a mandarlo todo a la mierda y entregarme a lo que la vida tenga

preparado para mí de ahora en adelante.

Pero luego recuerdo, que después de haber entregado mi alma y mi

corazón a la única mujer, que he amado, ella lo pisoteó y lo destruyo de la

manera más perversa y cruel y entonces recuerdo a lo que vine.

Disfrutar de la noche y pasar la página, sin ningún tipo de complicación.

Al entrar al elevador, las ganas me pueden y me acerco a ella.

La aprisiono contra mi cuerpo y puedo sentir, cómo sus pechos ya se

encuentran duros.

Mi cuerpo reacciona a su cercanía y me pongo dura de inmediato.

Su olor fue lo primero que percibí de ella, así que hundo mi nariz en su

embarazada por accidente - jenlisa adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora