un clon o una impostora

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Pov. Jennie

-¿En serio lo hiciste? ¿Acaso estás loca?.

Le recrimino, muy perturbada.

-¿Sabes que eres demasiado descarada?-sonríe con chulería.

-Es hora de que comiences a disfrutar de la vida sin tanto prejuicio, Jensolo se práctica-encoge sus hombros y blanquea sus ojos.

-¡Follar, follar, follar! Es lo mismo donde quiera, que se haga... pero para tu tranquilidad, por supuesto que no lo hemos hecho, nena... aunque ganas no me faltaron. Esa mujer está, cómo me la recetó mi médico, en dosis diarias cuatro veces por día y una ración extra, por si el cuerpo no reacciona-está vez sonríe con mucha picardía, mientras bate sus pestañas con descaro.

-Eso sí, nos dimos un beso que hizo que mis bragas fueran a parar a mis tobillos y sus manos me tocaron con tanta hambre, que estuve apunto de que me convirtiera en su comida favorita del día, sobre todo cuándo fueron a parar sobre mis pechos y con sus dedos retorció mis pezones divinamente... ¡uffff... que me quemo!-bate sus manos para esparcir aire sobre su cara.

-Y pude sentir su gran paquete pegado a mi pelvis... y ¡por Dios! pensé, que era el martillo de Thor, el que llevaba dentro de sus pantalones-¿wtf?- Ni James Bond, tiene un arma tan grande, cómo esa mujer... ¡era descomunal! ¡Con ella no falla, ni aunque quisiera!. ¿En serio?... es mejor, que no me siga contando nada más.

Mientras caminamos observamos, una gran aglomeración de autos en la vía.

Cruzamos la calle apresuradamente, para alcanzar la farmacia que la Dr. Yoo me sugirió.

Me sorprendió el hecho de que el tratamiento contemplara, el pago de las consultas y de las medicinas y por supuesto que no abrí mi boca, porque ahora sin trabajo y con lo poco que me queda en mi cuenta bancaria, lo menos que quiero es realizar gastos, que me dejen con los bolsillos vacíos.

Me imagino que la deuda la tendré con el Dr. Arismendi, así que cuándo vuelva, ajustaré cuentas con él.

Por ahora... calladita me veo mejor.

Pov. Lisa

―Puedes explicarme... ¿dónde mierda está mi hijo, Jeongyeon?―grito desesperada.

El tono iracundo de mi voz, hace que Jeongyeon, despierte de una vez por todas, pegue un brinco y se levante a toda prisa de la cama.

―¿Cómo que dónde está tu hijo, Lisa? Donde más, sino en la vagina de Jennie Kim, la gestante―responde en tono burlón, sin caer aun en cuenta de lo que intento aclararle.

Camino de un lado a otro, cómo fiera enjaulada, apunto de que me dé un derrame cerebral.

Restriego las manos por mi cara tantas veces, que siento que voy a quedar sin rostro, si lo hago una vez más.

―¿Tienes al menos una pequeña idea, de quien carajos acaba de llamarme?.

Le pregunto, sumamente alterada con ganas inmensas de saltar sobre ella y arrancar su miembro de su cuerpo, hasta que por fin me diga... ¿qué carajos ha, hecho con mi bebé?.

―Si, fuera vidente, te aseguro que te lo diría de inmediato. Así que, cómo no soy―sonríe a modo arrogante―Tengo que decirte, que no sé de quién demonios hablas.

Es mi amiga y puedo decir, que casi mi hermana, pero no puedo negar, que a veces me provoca asesinarla.

Su broma me saca de mis casillas y no dudo ni un instante en arremeter contra ella, más que desesperada, para hacerle entender la delicada situación.

―Entonces déjame aclararte, pedazo de imbécil―le digo enfadada―Que quien acaba de llamarme era Víctor, mi abogado y sabes... ¿Para qué lo ha hecho?―cruza los brazos sobre su pecho y niega con la cabeza.

embarazada por accidente - jenlisa adaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora