En la actualidad, la vida digital, la globalización y el comercio a gran escala, han favorecido la vida tanto de ángeles y demonios, quienes claro, después de haber visto resurgir a Japón de entre los escombros, optaron por permanecer allí y hacer su mejor trabajo posible, esto resultó en problemas de contaminación, sobrepoblación y pobreza. Aunque también existen los grandes avances tecnológicos, la cultura de disciplina y el bajo nivel delictivo en la zona.
Optar por una isla no había sido tan desatinado como Izuku pensaba, en un inicio, el peliverde estaba en desacuerdo con el trato que habían hecho, consideraba que iba en contra de la cultura de un ángel aliarse a un demonio y, por si fuera poco, iba en contra de las reglamentaciones del cielo, sin embargo, nunca recibieron ninguna reprimenda por ello, y contrario a eso, estaba viendo avanzar a una sociedad como uno solo.
El experimento fue bastante complicado, esparcir los sentimientos de solidaridad y voluntad después de un desastre de tales magnitudes había representado un reto ante la pérdida de la fe, algo que los demonios ocuparon muy a su favor, sin embargo, todo aquello se vio cambiado cuando descubrieron que, con un poco de carisma podían llegar a tocar los corazones japoneses.
Los demonios se divertían bastante de todas estas situaciones, pocos lugares en el mundo existen que llamen la atención tal como Japón lo había hecho, el anime era una de sus cosas favoritas, el ramen y los buffets se convirtieron en su pecado favorito; después de todo, nadie era más presuntuoso respecto a sus logros que un demonio.
— ¿Así que ahora piensan curar el cáncer? — habló el pelirrojo mientras exhalaba el humo de su cigarrillo, sobre la torre de Kyoto la vista de la ciudad era espectacular, podía ver las amplias carreteras desbordándose en el horizonte y los cientos de luces que emanaban de los edificios dándole un resplandor único — Suena estúpido
— Es idea del imbécil de Deku, a mí no me mires — añadió el pelicenizo mientras copiaba las acciones de su contrario, miró a todos lados y extendió sus enormes alas aleteándolas un poco mientras exhalaba con satisfacción — Esta mierda es cansada
— Accediste a esto cuando te eligieron, no te quejes — alegó el contrario mientras le miraba por el rabillo del ojo, ¿cuánto tiempo llevaban reuniéndose de esa manera?, no podía recordarlo, pero aquellos eran los momentos más tranquilos y agradables que el demonio podía disfrutar de su estancia en la tierra — Baraqiel — susurró su nombre saboreando cada letra de él, sabía que al contrario le molestaba que le llamara de aquel modo pero no podía evitarlo — Alguien viene — finalizó logrando que el contrario escondiera nuevamente sus alas y lanzara el cigarrillo por entre los barrotes de la torre
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Eclipse Rojo (Kiribaku)
FanfictionEl cielo y el infierno habían hecho una apuesta, quien recolectara el mayor número de almas hasta el día del juicio final, sería el gobernador del nuevo mundo. Pero cuando las reglas de la apuesta se modifiquen un grupo de ángeles y demonios será ll...