Eclipse Rojo (Kiribaku)

Eclipse Rojo

El año era 1945, la guerra había cesado y las fuerzas aliadas habían ganado, sin embargo, la devastación había sido tal, que nuestros 3 ángeles llegaron a pensar que se trataba del tan profético día del Juicio Final, afortunadamente, esto no fue así y uno de los más felices por esto fue Izuku, sus habilidades curativas dieron paso a muchos milagros en la medicina y en el espíritu del hombre; lo que había iniciado como una travesura de Kaminari, terminó convirtiéndose en la Segunda Gran Guerra, y se necesitó de la fuerza de los tres ángeles juntos para terminarla.

Es de esta manera como, por primera vez desde que su misión había dado comienzo, ángeles y demonios se miraron frente a frente. Se hallaban los 6 individuos parados entre los escombros que la bomba atómica había dejado a su paso por el país asiático, apenas 2 días antes, Japón había firmado su rendición ante Estados Unidos y los pobladores que ahora intentaban reconstruir se estaban viendo menguados debido a infecciones, el pánico generalizado y la ira nacionalista que se había creado como consecuencia de este suceso.

Ambos tríos se miraron unos a otros, examinándose detalladamente, como buscando aquello que los hacía realmente diferentes — Así que fueron ustedes... — inició finalmente Shoto mientras observaba con detenimiento al rubio del equipo contrario, estaba seguro de haberlo visto antes, sin embargo, le parecía casi imposible, de lo contrario, habría sentido su energía tal y como ahora

— Y ustedes son... — Hanta trató de ser sarcástico, sin embargo, aquello soltó una risotada por parte de Bakugo — Tú no tienes cara de ángel, ni un poco — añadió al notar la irreverencia poco usual en el chico frente suyo

— Y tú eres demasiado estúpido para ser un demonio — contraatacó mientras sonreía de forma socarrona — Ahora dime, ¿fuiste tú, el imbécil de las chispas o el Pelos de Mierda quien alteró el resultado en esa escuela?

Ninguno de los tres se movió ante la pregunta, se miraron los unos a los otros y comenzaron a reírse a carcajadas, sus contrarios los observaron con recelo y esperaron a que el show terminara para poder continuar — Lo que hicieron provocó la pérdida de millones, ¿acaso eso no significa nada para ustedes? — finalmente el peliverde interrumpió las risas y mofas para tratar de apelar a su divinidad, si es que la tenían — ¿No se supone que los demonios velan por los deseos del hombre?

— Wow, permíteme detenerte ahí — Denki tomó la palabra mientras trataba de controlar su risa — Nosotros creamos el deseo del hombre, y entrar a la escuela de arte no está dentro de nuestro ramo amigo, nosotros nos dedicamos a crear tentaciones que vayan en contra de los mandamientos de tu adorado Padre, y de vez en cuando obtenemos algo a cambio — añadió como si nada, poco después, Kirishima suspiró hondo y pateó una roca del suelo

— Hagamos un trato — añadió con voz ronca mientras levantaba sus orbes rubí hacia las tres figuras celestiales — Ya que parecen tan molestos con esto, ¿qué les parece si equilibramos las cosas un poco? — todos giraron a ver al de dientes afilados sin entender qué pretendía, el demonio sonrió ampliamente y dejando entrever una silueta aterradora prosiguió — Nosotros les daremos un demonio a cambio un ángel, de ese modo podremos tener las mismas oportunidades de ganar

Sus colegas le miraron confundidos y poco después comenzaron el montón de gritos y blasfemias en su contra, por su lado, Kirishima simplemente se divertía un poco de la cara de los ángeles, él era más que consciente de que no aceptarían, pero al menos quedaría registro de que lo había intentado

Al poco rato, Todoroki habló con aquella voz tan gélida que tanto le caracterizaba — ¿Por qué no en parejas? — ahora el manojo de insultos fue lanzado hacia el ángel que no había entendido cual era el problema — A lo que me refiero es que sigue siendo injusto dos contra uno, uno a uno sería una opción más adecuada — alegó el ángel de la voluntad

Los ángeles también se opusieron a la idea, pero al final llegaron todos a un mismo acuerdo, ayudarían a reconstruir el lugar y luego no saldrían de él, de ese modo sabrían siempre en donde actuar y cómo hacerlo para contrarrestar las fuerzas contrarias; ese pequeño trato, es conocido en los textos antiguos como "El eclipse rojo"