IX

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-_-

Matar 

-_Mariana_-

Hacía bastante frío, oía los truenos sonar, Mariana no iba poder salir de esa cueva, quería salir para volver a su base, no para estar con Roier o apoyarlo con lo que está haciendo, quería volver para ayudar a Spreen, el argentino era su amigo desde antes de llegar a ese lugar, Spreen no lo recuerda, pero Mariana si.

Intento salir de la cueva, pero un fuerte viento hizo que sienta escalofríos por todo el cuerpo. Miro como algunas gotas de lluvia caían, intento salir nuevamente, pero cuando una de esas gotas de lluvia toco su cuerpo, sintió como le quemo la piel, volvió a entrar a la cueva sobresaltado, miro sus manos, se veían quemaduras por esa lluvia.

Soltó unas lagrimas por el dolor que sentía, se sentó en una esquina de la cueva, tenía que esperar que parara la lluvia ácido, no quería esperar pero por su salud tenía que hacerlo.

Busco unas cuantas vendas y se las puso en las manos, brazos, piernas y algunas partes del cuerpo. Se limpio las lagrimas con dificultad, sus manos temblaban, no le tomo importancia a ese temblor en sus manos, no era importante. 

Dispuesto a salir, se puso de pie para ir a la salida de la cueva, oía y veía los trueno cerca y lejos de él, miro al piso de esa cueva pensando en si salir, y lastimar todo su cuerpo por una buena causa, o no hacer nada, cargando con la culpa de lo que hizo Roier que él pudo detener.

Miro la salida de la cueva nuevamente, la lluvia ácida era menos que antes, no le iba hacer tanto daño. Puso un pie a fuera de la cueva, sintiendo esas gotas caer sobre su pie, hizo una mueca de dolor pero ignoro ese dolor. Ya su cuerpo estaba a fuera de la cueva, sintiendo cada gota de lluvia ácida caer por todo su cuerpo, sintiendo como su cuerpo temblaba por el ardor que sentía, intento no pensar mucho en eso y se fue corriendo hacía su base, no quería que la lluvia ácida lo matara.

Ya estaba llegando, estaba muy cansado de correr, su vista era nula y luchaba por no caer desmayado en el árbol que estaba reposando, la lluvia ácida había empeorado en la mitad del camino, pero pudo seguir corriendo hasta ese árbol, que por su suerte la lluvia ácida no le había afectado tanto. Además, en el camino se tropezó haciéndose unas cuantas heridas, pudo seguir su camino. 

Su cuerpo entero estaba lleno de quemaduras por esa lluvia, algunas partes de su cuerpo tenían sangre, su cuerpo ya no aguantaba, pero sabía que si se dormía no iba a volver a despertar. Vio a lo lejos a dos personas corriendo, tal vez esas personas lo salven, lo dudaba.

Cerro los ojos cansado...

-_Rubius_-

El híbrido oso pardo no entendía lo que estaba ocurriendo, solo habían caído algunos rayos y el híbrido pato había salido corriendo agarrándolo por la muñeca, le dolía bastante ese tacto ya que era bastante fuerte, lastimaba sus cortes, pero a Quackity parecía no importarle, eso lo hacía sentir peor.

-_..._-

Tomaron un descanso en un árbol, el híbrido oso pardo vio a Quackity confundido, quería saber lo que ocurría y por su tan repentino cambio de actitud, y también que pasaba con Spreen.

Quackity tenía la respiración agitada, sus ojos estaban cristalizados y sentía un dolor extremo en el corazón. Tenía sus manos tocando su pecho, su cuerpo estaba temblando, algo extraño en el híbrido pato. Rubius lo vio así y se sorprendió un poco.

¿Q-Qué tienes Q-Quackity?— preguntó el híbrido oso pardo confundido.

N-no, yo estoy b-bien... Spreen e-está en p-problemas— respondió Quackity, ignorando como él se sentía realmente.

Blue eyesWhere stories live. Discover now