𝐃𝐞𝐬𝐩𝐞𝐝𝐢𝐝𝐚𝐬

277 30 0
                                    







Max se encontraba la casa de él y su esposo en Mónaco. El entró a la habitación donde duermen los dos y estaba buscando un medicamento para el dolor de cabeza, abrió un cajón, agarró el frasco de pastillas, pero, noto una carpeta que no había visto antes con el nombre de sergio, se le hizo extraño y decidió averiguar que era. Después de unos minutos de acabar de leer lo que contenía la carpeta, se llevó una mano a la boca y con lágrimas en los ojos, llorando por lo que acababa de descubrir.

La tensión en la habitación era palpable cuando Max entró y encontró a Checo mirando por la ventana, perdido en sus pensamientos. A pesar de sus esfuerzos por mantener la compostura, la ira y la tristeza se apoderaron de él al darse cuenta de que le había ocultado la verdad sobre su enfermedad. Y se culpaba por no haberse dado cuenta antes y noto que su pareja estaba más pálido y delgado.

Max se acercó lentamente a Checo, tratando de contener la tormenta de emociones que lo invadía. Con la voz temblorosa pero firme, finalmente rompió el silencio.

—Checo —comenzó, su tono cargado de dolor y frustración. —¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué ocultaste esto de mí?. —Sergio se giró lentamente hacia él, con los ojos llenos de pesar al ver la angustia en el rostro de esposo. —Lo siento, Max —respondió con sinceridad, su voz apenas un susurro. —No quería preocuparte. No quería que sufrieras por algo que no podías cambiar.

Max se sintió abrumado por una mezcla de emociones mientras luchaba por procesar las palabras de Sergio. —Pero ¿cómo esperabas que no me preocupara? Eres mi vida, Checo. No puedo soportar la idea de perderte. —Las lágrimas comenzaron a deslizarse por las mejillas de Max mientras luchaba por contener el torrente de emociones que amenazaba con desbordarse. Se sentó junto a su esposo, su corazón sintiéndose pesado como una roca.

—Lo siento —dijo Checo con voz entrecortada, extendiendo una mano para tomar la de Max. —No quise hacerte daño. Solo quería protegerte.

Max asintió con la cabeza, sintiendo el peso de las palabras de Checo. A pesar de su enojo y tristeza, no podía evitar sentir compasión por el hombre que amaba, enfrentando su propia mortalidad con valentía y determinación.

—Te amo, mi amor —dijo Max con voz temblorosa, apretando la mano de su amado con fuerza. —Y estaré aquí para ti, pase lo que pase. No importa cuán difícil sea, lo superaremos juntos.

Sergio miró a Max con gratitud, sintiendo el amor y el apoyo del hombre que lo había acompañado en cada paso del camino. En ese momento, en medio de la angustia y la incertidumbre, encontraron consuelo en el vínculo inquebrantable que compartían, listos para enfrentar lo que el destino les deparara.

Pasaron los meses y Max acompañaba a Sergio al doctor y sus amigos también iban a visitarlo. Y Checo cuando se sentía mejor para viajar, iba a ver a sus amigos y a su esposo a verlos a su trabajo. Aunque Max nunca quería dejarlo solo, él trataba de estar siempre a su lado, ya que no era lo mismo sin su esposo.

10/10/2023

Ese día Checo a pesar de que estaba enfermo, decidió levantarse y prepararle el desayuno a su esposo. Y lo que resta del día Sergio se veía muy feliz y un poco mejor. Pero, llegando la noche Sergio comenzó a sentirse mal de repente, vomitando sangre antes de desmayarse en los brazos de Max. Con el corazón roto, Emilian lo llevó al hospital, rogando por un milagro mientras las lágrimas nublaban su visión.

La noche se convirtió en una vigilia angustiosa mientras Max se quedaba junto a la cama de su esposo, aferrándose a su mano con desesperación. El sueño era un lujo que no podía permitirse, no cuando la vida de su amado dependía de un hilo.

Y entonces, en un momento de calma en medio de la tormenta, Sergio se deslizó suavemente hacia la eternidad, dejando a Max sumido en un abismo de dolor y desesperación. El dolor de la pérdida era abrumador, envolviendo a Emilian en una oscuridad sin fin mientras enfrentaba la realidad de que su amado había partido para siempre.

𝐂𝐚𝐫𝐭𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐂𝐡𝐞𝐜𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora