CAPÍTULO 7

614 53 5
                                    

Soy un maldito idiota, intento que me crea que no estoy con Logan y le digo eso, tome mi mochila y fui directo al cuarto.

Me quede encerrado por lo menos una hora, mi estómago rugía fuerte desde varios minutos antes, pero no quería salir por comida, no mientras James siguiera ahí.

Me pegue a la puerta tratando de adivinar lo que mi amigo estaría haciendo, puede distinguir algunos sonidos de la televisión. Abrí la puerta lentamente, tratando de hacer el menor ruido posible.

-Te habías tardado mucho en salir.

-Solo salí por comida.

-Kendall, solo contéstame algo.

-No ando con logan – suspire frustrado.

- ¿Por qué lo besas entonces?

-Él lo hace, yo solo le correspondo.

-Eso no es mejor.

-No te hagas el sufrido.

-No lo hago, realmente me duele verte besándolo.

- ¡Es lo más tierno que me han dicho! - dije con todo el sarcasmo que me fue posible.

-Estúpido- me dijo negando con la cabeza, y sacando sus audífonos de la mochila.

Me quede parado enfrente del refrigerador, esperando que James me dijera algo más. Regrese al cuarto y me quede dormido, desperté algo tarde, las 11 de la noche y aun así la cama de James seguía vacía.

Al salir del cuarto vi a James en una extraña posición, seguía sentado, sus brazos los puso sobre la mesa, para usarlos como almohada.

-James...Jamie...Jamie

Dije mientras lo movía lentamente sin éxito alguno.

Comencé a moverlo con más fuerza, y a llamarlo un poco más fuerte, pero nada, empezaba a considerar hacer lo que siempre hacen en las películas, tirarle agua encima.

Me senté a un lado de James, me acerqué para besar su frente. Baje a sus ojos, después fue su rosado cachete. Mi siguiente objetivo eran sus labios, pero antes de eso me acerqué a su oído.

-Jamisie es hora de despertar – solo movió un poco la cabeza.

Me quedé viendo sus labios, tan deliciosos como siempre, me acerqué hasta que su respiración se mezcló con la mía. Delineé con mi lengua sus labios, James dejó escapar un leve suspiro, junte nuestros labios, tan cálidos como siempre, no moví mis labios solo disfrute la sensación de volver a encajar en mi lugar preferido. Sabía que lo más probable era que mi beso, no tuviera respuesta alguna.

Me equivoque, tal vez James no estaba tan dormido como pensaba, sus labios se movían lentamente, con miedo de hacerlo más rápido.

-No podemos- dije separándome un poco de sus labios

- ¿No quieres o no puedes?

-No podemos – mentí, es más que obvio que quiero, estoy hablando de James Maslow.

- ¿Tú quieres?

Me dijo mientras con una de sus manos alzaba mi mentón, para compartir contacto visual con él. Solo asentí, y me levanté del sillón para obtener la mayor distancia posible.

-Entonces si podemos.

Me recargo en la puerta del refrigerador, puso sus manos en mi cadera, por encima de mi playera, me pareció muy tierno, no era rápido, como en nuestros encuentros anteriores.

-No importa lo que pase sigues siendo el más profundo deseo de mi corazón.

No dejo que le contestara sus labios reclamaron los míos. Lentamente y sin dejar de besarnos, caminamos hasta el cuarto.

James me recostó tan suavemente en aquel colchón, que llegue a pensar que me rompería si hacia algún movimiento brusco. Se puso encima de mí, sin prisa alguna, solo disfrutando y saboreando mis labios.

Pase mis manos por arriba de sus hombros, para poder atraerlo más a mí, James se separó de mí, mientras algunos de sus dedos jugaban con el borde de mi playera, el mayor solo me veía, esperando autorización.

- ¿Estás seguro que quieres?

-No preguntes nada.

Lo tome del cuello, juntando nuestros labios, nuestra ropa no tardó mucho en desaparecer, sin dejar de besarme, puso lubricante en sus dedos, y se concentró en mi entrada.

-Estoy listo para ti.

Comencé a repartir pequeños besos atrás de su oreja bajando poco a poco hasta llegar a su cuello.

Entro muy despacio, permitiéndome adaptarme a ese intruso, sin molestia alguna, se quedó quieto, repartiendo pequeños besos por todo mi rostro, hasta que yo empecé a moverme.

El ritmo fue más rápido de lo que acostumbraba James, pero jamás obtuvo alguna queja, lo recompense con una serie muy generosa de gemidos, el castaño siempre hace un gran trabajo, siempre consigue tocar ese punto especial.

Unas estocadas fueron suficientes para terminar en su pecho y casi al instante lo hizo el dentro de mí.

Salió de mí en cuanto se recuperó, se acomodó detrás de mi repartiendo varios besos en mi espalda. Hasta que me quede dormido.

Salí del cuarto encontrándome a James en bóxer, sirviendo dos platos, con huevos estrellados y un poco de tocino.

-Estaba por ir a despertarte.

-Te ahorré el trabajo- dije riendo.

Puso los platos en la mesa y se acercó al refrigerador para sacar la jarra de jugo.

-Kendall...

-James...

-Logan, ¿Te atrae más que yo?

-No creo que me atraiga.

- ¿Por qué lo correspondes entonces?

-Lo quiero mucho, y no quiero que se sienta mal.

- ¿Me quieres a mí?

-James... no me hagas esto.

-Solo contéstame, por favor.

-Te quiero mucho.

- ¿Entonces porque me haces sentir mal a mí y no a Logan?

-Logan es mi mejor amigo.

- ¿Qué soy yo entonces?

ATRAPADO (KAMES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora