CAPÍTULO 1

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- ¡Maldita sea! - dije golpeando la puerta del bus.

-Hey ¿Que pasa Kendo? - escuche esa voz que últimamente solo conseguía ponerme duro.

-La maldita puerta no abre- dije aún más molesto.

-Llamare a Carlos.

Gire los ojos al escuchar ese nombre, siempre Carlos.

- ¿Qué te dijo?

-Irá por Gustavo.

-Estaré en el cuarto.

-Está bien.

Cerré la puerta, la única razón que impedía seguir en la sala con él era mi poca fuerza de voluntad.

No puedo controlar mi cuerpo cuando estoy cerca de él, en especial mis pensamientos, no puedo verlo hablar sin imaginar su boca haciendo otras cosas.

Mi bóxer apretaba mí miembro cada vez más, mi mente no ayudada creando imágenes cada vez más excitantes, sobé mi pene sobre la tela, apenas puse mi mano supe que estorbaba.

Estaba tan caliente que la idea de no masturbarme era despiadada, intente ahogar los gemidos mordiéndome los labios, aunque la sola idea de que James me escuchara me calentó de manera inimaginable.

Me recosté en mi cama, mi orgasmo se acercaba y mis piernas se sentían débiles, aumenté la velocidad de mis movimientos, así como los jadeos que salían de mi boca.

Podía sentir como el calor se acumulaba en la parte baja de mi abdomen, no tardaría en correrme, pero tuvo que detenerme.

Abrí mis ojos solo por un instante, la boca de James llegando lentamente a la punta de mi miembro.

Se concentró en limpiar la punta del líquido pre seminal, paso su lengua por toda mi extensión, al final saboreando mis testículos.

-James ... de ... detente.

Se alejó al instante en que se lo dije, pero mi miembro aun recibía atención

- ¿De verdad quieres que me detenga?

Por supuesto que no quería que lo hiciera, pero aun sentía que no era correcto hacerlo.

Al no recibir respuesta, James se detuvo, baje mi mano para ocupar el lugar que dejo, pero me detuvo.

- ¡No puedes dejarme así!

-Pero – me dio varios besos en el cuello - dijiste que me detuviera.

-No me hagas caso, sigue.

- ¿Con qué?

Bajo con besos húmedos, esquivando la zona que más deseaba y pasando directamente a mis muslos.

Levantaba mi cadera cada que James pasaba cerca de la zona indicada, pero no le haría caso hasta que se lo dijera.

-Te escucho.

-James sabes lo que quiero – dije con un leve susurro.

-Dilo entonces.

Mordí mi labio mientras el color se apoderaba de mi rostro, a pesar de que deseaba todo lo que estaba pasando, me sentía demasiado cohibido.

-Quiero que sigas dándome la mejor mamada de mi vida.

Bajo lentamente por mi torso, saboreando todo lo que su lengua se encontraba a su paso, hasta que llego a su objetivo final.

Se concentró en la punto roja e hinchada, limpio todo rastro de líquido pre seminal antes de meterlo en su boca, primero hasta la mitad, con sus manos ocupadas en la base.

Aunque el placer que sentía era increíblemente inexplicable, deseaba más, quería que James me comiera por completo.

En el momento en que lo hizo el placer me sobrepaso, llevándome a la cúspide del deseo.

No pude advertirle, pero tampoco le disgusto, no se separó de mi hasta que trago todo.

Subió hasta mi rostro dejándome ver sus labios rojos, haciéndolos lucir tan deliciosos, era como ver la medalla de oro después de corree todo un maratón.

Lo jale del cuello reclamando mi premio.

El beso fue subiendo de intensidad, cambie de posición con James notando lo duro que estaba, me separe con la intención de devolverle el favor.

-Aunque me encantaría que me devolvieras el favor, prefiero que chupes otra cosa.

Coloco dos dedos frente a mi boca, los metí lentamente, me encantaba ver a James perdiendo el control.

-No durare mucho si sigues.

Volvió a besarme intercambiando de posición, empezó a quitarse la ropa y entre más piel me dejaba ver, mi pene más interesado estaba.

-Alguien no quedo satisfecho- me dijo paseando su mano por mi torso.

-Tendrás que hacer algo al respecto.

-Por supuesto que lo haré.

Sus dedos llegaron hasta mi entrada haciendo pequeños círculos amenazando con entrar.

Después de jugar un rato introdujo uno de ellos, provocando una punzada de dolor que recorrió todo mi cuerpo, James espero a que me acostumbrara para moverlo, al principio fue algo incómodo, pero poco a poco se volvió más agradable y placentero, mejor cuando lo acompañaron más dedos.

Los saco tan repentinamente que me dejo sin aire, sentí la punta de su pene acariciar mi entrada dilatada y lista para él.

-Si quieres que pare debes decirlo ahora.

Tome sus mejillas para que me mirara directamente a los ojos.

-Te matare si paras.

Lo bese en el mismo instante que su miembro se hacía espacio en mí, lo hizo tan lento que pensé que no lo soportaría por completo.

Seguimos besándonos hasta que logré acostumbrarme; moví ligeramente mi cadera para hacerle saber que estaba listo, sus movimientos eran tan malditamente lentos que no podía besarlo sin necesidad de ahogar un gemido en su boca.

Mi orgasmo estaba cerca, mi pene rogaba atención, baje mis manos para atenderlo, pero James fue más rápido y las sujeto con fuerza.

-Te vas a correr por lo que mi pene te haga sentir.

Solté un gemido que sonó como si gritara, había tocado algo en mi interior que me hizo perder la cordura.

No paso mucho tiempo para llegar al éxtasis por segunda vez. James no paro de embestirme hasta acabar dentro de mí.

Salió de mi cuando recupero el aliento, solo con la tarea de limpiar mi abdomen.

-Sabes jodidamente bien.

No pude responderle, pues la voz de mis compañeros llenó el bus.

-Chicos...

-Metete al baño- dije empujándolo.

Apenas tuve tiempo de ponerme el bóxer antes de que Logan abriera la puerta.

- ¿Y tu ropa? – me pregunto divertido.

-Intenta quedarte todo un día en el bus y sin aire acondicionado.

-Te desnudaste solo porque tenías calor – me dijo el moreno algo molesto.

-Me pareció una buena razón.

- ¿Dónde está James?

-Bañándose.

Salió con una toalla en la cintura y su cabello mojado para que mis amigos lo creyeran más fácilmente.

ATRAPADO (KAMES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora