ATRAPADO (KAMES)

CAPÍTULO 4

- ¿A qué te refieres? – pregunte.

-Ustedes lo saben, quiero la exclusiva – nos sonrió y se fue a seguir con su programa.

-Perros regresen al hotel, nada de escándalos.

-No te preocupes Gustavo.

-Hablo en serio – nos entregó las llaves de la camioneta y se fue con Kelly.

- ¿Y si mejor vamos a terminar lo que empezamos en el baño?

- ¿A dónde quieres ir?

-Podemos hacer como que vamos a una plaza y aprovechamos el asiento de atrás.

-Bien – me dedico una sonrisa.

El camino era silencioso, mi cuerpo era una gran masa de nervios solo de pensar en lo que haría.

Mi mano comenzó un camino desde la rodilla de James hasta su pene con pequeños círculos.

- ¡Kendall! Vas a provocar que choquemos.

-Estas deseando que siga – dije susurrando al oído.

No dijo nada, pero su respiración era más pesada, sabía lo que quería.

Con la ayuda de mi otra mano, desabroché su pantalón y bajé solo un poco su bóxer, apenas lo suficiente como para que su pene pudiera salir.

-Kendall deja...que conduzca... – dijo torpemente.

-No estoy agarrando tus manos, puedes conducir.

-Eres mi perdición.

Mi mano lo rodeo, solo soltó un gemido que pareció ser más un grito – se estaciono junto a la banqueta.

- ¿Puedo hacerte perder el control con solo un roce?

-Por si no te ha quedado claro, tu simple presencia me hace perder el control.

Lo vi acercarse a mis labios los entre abrí de inmediato, estaba tan cerca de mis labios que ya podía saborearlos, con el mínimo acercamiento de cualquiera, nuestros labios se tocarían.

-Quita tu mano y te ganaras ese beso.

Le hice caso, aunque fue más por confusión que porque quisiera hacerlo.

James se abrocho el pantalón y arranco el auto nuevamente. Dejé que manejara tranquilo unos minutos, empecé a desabrochar mi pantalón, bajé mi bóxer dejando mi miembro libre. Sentí su mirada sobre mí.

Gemí más fuerte de lo necesario solo para molestarlo, me masturbaba rápidamente el líquido pre seminal empezaba a salir, tome un poco con mi dedo llevando a mi boca para saborearlo como lo haría con su pene.

- ¡Kendall ya basta!

- ¿Quieres probar?

Recogí más de aquel líquido, lo puse sobre mis labios y me acerqué lentamente a la comisura de sus labios para depositar un dulce beso, chupo sus labios en cuanto me retiré.

-No te estas ganando ese beso.

-Temo que no me lo ganare.

Antes de que comprendiera lo que quería decir, desabroché su pantalón y metí su miembro a mi boca, suspiro algo enojado, podía notar la urgencia de llegar a la plaza, seguí chupando él solo soltaba unos pequeños jadeos.

Al entrar en el estacionamiento subterráneo de la plaza me retire para darle algo de tranquilidad.

-Nunca había tenido un viaje tan estresante.

-Creo que lo disfrutaste.

No contesto, me jalo al asiento de atrás, me senté sobre sus piernas quedando frente a sus labios, nos besamos con urgencia, sentí sus manos colarse debajo de mi playera.

Seguí las acciones de James, desabroché todos los botones de su camisa y la quite sin dejar de besarlo. El seguía acariciando mi espalda, pero no tenía intención de quitarla.

- ¿No quieres quitarla?

-Deberás hacerlo tú.

No proteste, quite la prenda de mi cuerpo, las manos del castaño fueron a mi cadera, atrayéndome a su cuerpo provocando un delicioso roce de nuestros miembros, su boca bajo hasta mis pezones.

El castaño estaba ocupado en saborear mis pezones y mis manos en quitar su pantalón. Su miembro seguía duro, lo rodee con mi mano, tal como me dijo James cualquier toque mío lo hacía perder el control, se separó de mi pecho para soltar pequeños gemidos.

Quitamos toda la ropa que aun teníamos, me acomode de nuevo en sus piernas, lo bese lento, su mano juntos nuestros miembros acariciándolos de arriba hacia abajo. El beso aceleraba al igual que sus movimientos. Estaba a solo segundos de acabar.

- ¡NO!... Jamie no puedes dejarme así.

- ¿Por qué no?

-Por fav...

Mi castaño no me dejo terminar porque metió dos dedos en mi boca, la suya repartía pequeños y húmedos besos por todo mi torso. Subió hasta mi hombro para besar la pequeña marca que había dejado.

Saco sus dedos remplazándolos con sus labios. Su mano bajo lentamente, acariciando mi espalda, mis glúteos y su objetivo, al principio solo con la punta de su dedo y al final con tres de ellos dentro.

El auto se llenó rápidamente de cortos jadeos, pegue mi frente a la suya, mi respiración fallaba volvía a estar cerca.

James salió por completo, antes de que pudiera sentir su ausencia entro por completo, toco algo en mi interior que provoco que mi espalda se arqueara.

-No puedes correrte.

-Perdón...

-Hasta que yo te diga.

No dijo otra cosa, sus manos en mis caderas acompañaban mis movimientos, seguía tocando ese punto, James estaba cerca, los movimientos aceleraron, estaba en el límite del placer. Dos estocadas más fue todo lo que necesito para terminar.

- ¿Puedo...correrme?

No dijo nada, salió de mí, me recostó lentamente sobre el asiento. Me beso ligeramente en los labios, en el cuello, mi abdomen, en los huesos de mi cadera, su último beso fue para esa parte tan sensible y desesperada.

-Puedes correrte - metió mi pene en su boca.

Acariciaba mi abdomen, hasta que sintió que me había relajado, subió hasta recostarse sobre mí, pero giro rápidamente para que yo quedara arriba.

-No sabes lo feliz que me hace poder estar contigo, sin cámaras, sin representantes, y sin amigos, solo contigo.

-Lo mismo Jamisie - continúo haciendo pequeños círculos en mi espalda.

Mi mente empezó a trabajar de más y me hizo recodar la pequeña discusión que tuve con Carlos.

- ¿Tu y yo que somos?