Capítulo 7.

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Quién diría que la chica que llamó Gun para que me de masajes sería la mejor compañía que tendría en una fiesta.

Es una perra loca, se tomó en serio lo de olvidarse de que tiene pareja.

Desde que entramos no deja de coquetear y besarse con cualquier ser masculino.

Madre mía, esto es un pequeño problema.

Yo como una pareja responsable no me besé con nadie, solo tomé un par de tragos pero no dejo que ninguno se me acerque.

Me siento un poco mal del estómago, con algo de dolor intento visualizar la puerta pero con tanta gente a mí alrededor se me hace imposible.

Perdí a mi compañera hace rato así que no me voy a tomar la molestia de buscarla y avisarle que me largo.

Con algo de cuidado empujo a la gente que está en mi camino, ignorando las quejas de las personas llego a la salida y sin poder aguantar más vomito en el suelo.

Cuando me recupero me voy hacia otra dirección lejos de la fiesta.

No sé si es por el efecto del alcohol pero todo sonido se me hace molesto, es decir, los escucho bastante agudos para mí gusto y solo me causa molestias.

Con cuidado de no chocar con nada ni con nadie me sujeto en una farola para mantener el equilibrio.

-- Que mal voy -- susurro para mí misma.

El sonido de mi teléfono sonando hace que lo saque de mi bolso para contestar la llamada.

-- ¿Quién es?

-- ¿Estás borracha?

Espera un momento, esa no es la voz de Gun.

No importa que tan borracha esté, siempre voy a reconocer su voz así que aparto el teléfono de mi oreja para fijarme en la pantalla viendo que es un número desconocido.

-- ¿Quién es? -- pregunto con algo de enojo en mi voz.

El sujeto desconocido suelta una risa burlona ante la situación y yo sin aguantar más ni un segundo le cuelgo.

-- Imbécil...

Seguramente era alguien gastando me una broma pero no estoy para tonterías, lo único que quiero es poder ir a mi puto departamento.

De nuevo el teléfono suena y al ver que es el número de antes contesto con el ceño fruncido.

-- ¿Quién es? -- grito ya sin paciencia.

En la otra línea suspira mientras se aguanta la risa.

-- Sigues siendo la misma borracha de siempre -- murmura con más tranquilidad -- ¿Debería aprovecharme de eso?

Joder y aún no me dice quien coño es.

-- Ve al grano, don desconocido.

Este suspira pero después de un silencio incómodo empieza hablar.

-- Soy Eugene.

Genial, lo que me faltaba.

-- Ahora no me hables que no estoy en mis cinco sentidos -- respondo mientras miro la farola como si fuera Eugene -- Me puedes manipular y eso si que no.

Eugene suelta una pequeña risa que en el fondo se que falsa.

-- ¿Por qué iba hacer eso? Solo necesito que me digas si estás interesada en seguir con nuestras conversación.

Me muerdo los labios un poco insegura sin saber que responder ya que pensar en estos momentos solo me causa dolor de cabeza.

-- Tal vez otro día, ahora no puedo...

  𝐋𝐎𝐎𝐊𝐈𝐒𝐌                                           ᴾᴬᴿᵀᴱ2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora