Fire Inside

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Día 13: Aborto

Shipp: Uchiha Madara×Oc

Fandom: Naruto

Uchiha Madara siempre había sido un chico problemático, desde que nació, causando más de un conflicto entre los suyos, menos con una chica llamada Nami

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Uchiha Madara siempre había sido un chico problemático, desde que nació, causando más de un conflicto entre los suyos, menos con una chica llamada Nami. Tenía el pelo negro como la noche, tez blanca y sonrisa dulce, pero lo que la hacía diferente a las demás era su heterocromía, motivo de que todo aquel que se topara con ella se alejara con repulsión, porque para los ojos ajenos, ella estaba maldita. Sin embargo, al joven Uchiha no le importó, cayendo completamente rendido a sus pies, enamorándose ambos tras varios encuentros que todos los demás consideraban un delito.

Los años pasaron y ambos formalizaron su relación en una noche estrellada, jurándose amor eterno y, en ese mismo momento, la muchacha le comunicó a Madara algo que cambiaría su vida: iba a ser padre.

A pesar de todos los reclamos que le hacía la chica, él no le dejaba hacer nada por miedo a que se dañara, y con ella el bebé, algo que le llenaba el pecho de felicidad, porque el hombre que se enfrentaba al clan Senju, a pesar de su amistad con el cabecilla de este, ahora solo deseaba pasar tiempo con su querida heterocromática, sin importar la opinión ajena, pero aquello le costaría un precio.

Era una tarde de verano como otra cualquiera. Nami estaba ya en su quinto mes de embarazo cuando su querido Uchiha había ido a pescar al río, dejándola en la casa en la que ambos residían, descansando tras una mañana un tanto ajetreada. Yacía tumbada, en estado de duermevela, cuando escuchó cómo la puerta de la entrada se abría y, debido a su somnolencia, creyó que era su amado, por lo que fue a recibirle, encontrándose a un hombre con la cara tapada con intenciones para nada amigables. La muchacha se puso en guardia, olvidando por un momento su condición.

Los golpes y esquivos se vieron presentes en la estancia, rompiéndose todo lo que estuviera en medio de ambos. La chica se sentía angustiada, ya que no había tenido que le instruyese a fondo más que Madara en cuestiones de defensa personal se refería, pero pudo apañárselas para frenar algún ataque, recibiendo daño en el proceso. Con todo el escándalo que se estaba formando, ¿cómo es que nadie acudía a su auxilio? Era cierto que no era muy querida por el clan, pero al ser pareja del cabecilla debían tenerle un mínimo cariño ya que, después de todo, ella jamás le hizo daño a nadie. Siguió usando todo utensilio para contrarrestar los cortes que quería hacerle su agresor con sus kunais, pero solo bastó un traspié para que ella cayera al suelo y recibiera una puñalada que destruiría más de una vida.

Nami gritó de dolor sujetándose el vientre, donde el hombre le había herido, palpando el kunai que seguía incrustado en su carne mientras escupía un poco de sangre que se quedó en la comisura del labio a la vez que gateaba hacia la salida, pero recibió un golpe en el sitio afectado, lo que ocasionó que se hundiera más en su vientre y la llevara a la inconsciencia, rogando segundos antes que alguien llegara a salvarla. El shinobi miró a la mujer y, tras cerciorarse que estaba "fuera de combate" se marchó, borrando su rastro, excepto el kunai, el cual dejó clavado en el cuerpo de ella.

Había sido un buen día de pesca, Madara estaba satisfecho ya que ese día cenarían bastante bien, y así su hijo nacería fuerte y sano, pero todo rastro de alegría se le fue al ver en el suelo a su querida Nami, acurrucada en un rincón, rodeada de m...

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Había sido un buen día de pesca, Madara estaba satisfecho ya que ese día cenarían bastante bien, y así su hijo nacería fuerte y sano, pero todo rastro de alegría se le fue al ver en el suelo a su querida Nami, acurrucada en un rincón, rodeada de muebles destrozados, mientras tenía un semblante de dolor a la vez que tenía sus manos en el estómago. Con temor, la tomó en brazos, notando que estaba completamente inconsciente, pero reaccionaba a las punzadas que le provocaba el ser sujetado por el hombre, quien corría en busca de ayuda, pero nadie se la brindaba. ¿Qué demonios les pasaba? Corrió por todas las callejuelas, gritando que alguien los asistiera y, por obras del destino, un hombre, conocido como un curandero, acudió a su encuentro y les permitió entrar en su establecimiento.

- Sálvela por favor. -rogó Madara mientras colocaba a Nami en un especie de camilla y, se percató, después de un rato, que el kunai que estaba anteriormente clavado en el vientre de su amada era de un estilo y tallado más que conocido para él, pertenecía al clan Senju, pero no era momento de irse, debía estar al lado de ella hasta que despertara. - ¿Cómo está? -preguntó angustiado, sintiendo como los nervios le ahogaban al pronunciar aquellas palabras.

- El estado de su esposa es bueno, solo ha perdido sangre, pero los bebés que portaba no han logrado sobrevivir. -confesó el hombre, viendo como emblaquecía Madara ante tal noticia.

¿Cómo no se había dado cuenta? ¿Qué tipo de shinobi sería si no había sido capaz de captar algo tan simple como la ausencia de chakra en el vientre de su amada? No sabía qué sentir, si rabia por no haber estado allí para protegerla o la angustia de no saber cómo decirle que ya no serían padres. Su cuerpo tembló, cayendo al suelo mientras que rompía en un llanto ensordecedor que hizo eco en toda la aldea. Sus hijos y su mujer habían estado en peligro; y él no había sido quien los protegió. Alguien había sido el culpable y todo el dolor que le había causado aquella horrorosa pérdida, lo devolvería, aunque fuera al que consideraba su mejor amigo, quien había comunicado sus ansias de conocer a la chica.

Buenas, aquí ando reportándome de nuevo. Hoy toca tema bastante duro. Llevo toda la tarde armándola y no es que me haya gustado mucho, pero no le temo al éxito, así que os dejo esto por aquí. Dejen comentarios y votos que eso es un minuto más que vivo para escribir. Nos leemos en la siguiente publicación.

 Nos leemos en la siguiente publicación

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Ruthlessness [Angstruary 2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora