Día 19: Sueños
Sé que esto no es real, sino un producto de mi imaginación mientras duermo. Verte delante de mí, hablando tan normal con tus hijos y nietos mientras te ríes con tus propios chistes me cabrea. No creo en una entidad superior ni en un lugar tras la muerte, así que no sé qué demonios haces aquí. Me miras de vez en cuando, pero soy incapaz de escucharte, tus palabras no llegan hasta mis oídos, lo que me empieza agobiar. Veo que sigues tan normal, sonriéndome como siempre hacías cuando pasábamos los domingos de verano en el campo a la sombra de los pinos mientras disfrutábamos de la deliciosa brisa que corría.
Sigo observando cada gesto que haces, cada facción de tu rostro es tal como recuerdo, hasta el más mínimo detalle, lo que me provoca un sentimiento de felicidad mezclado con angustia. ¿Por qué tenías que aparecer ahora? Tanto anhelo esos momentos o es que te necesito a mi lado. Que egoísta que soy. Pensarte y soñar contigo cuando mi mente y corazón están lastimados me hace volver a tener 5 años, cuando lloraba por todo y tú llegabas a consolarme.
Vuelvo en mí, evitando que mis pensamientos me ahoguen, y enfoco mi mirada en tu perfil mientras me observas de reojo a la vez que sonríes. ¿Qué tanto estarás diciendo que mi subconsciente no me deja percibir? ¿Será que me quieres decir algo, pero existe una barrera que dificulta la comunicación entre nosotros? Intento vocalizar, pero no sale nada de mi boca, no puedo articular palabra. Me derrumbo rendida al suelo, sentándome y apoyando mi cabeza entre las rodillas escondiendo mi rostro, pero siento tu mano sobre mi hombro en señal de que estás llamando mi atención.
— Tranquila, ahijada querida. Yo siempre estaré aquí, jamás estarás sola. —te escuché por fin y pude ver que seguías con una sonrisa que me rompió el alma.
¿Cuántos veranos me he negado a ir a donde tú solo por puro egoísmo? ¿Cómo es posible que después de tres años sin ti te siga recordando tan bien? ¿Por qué no me regañas por mis incontables errores, en vez de darme ese cariño que tanto necesito? Mis lágrimas caen sobre mis mejillas, las cuales limpio porque no quiero empañar la bonita vista que tengo de tu rostro sereno que tanto me alegra el alma y asiento, sintiéndome culpable no haber podido aprovechar cada minuto contigo cuando pude.
Me levanto del suelo con tu ayuda y me percato que ya estamos solos los dos en aquel salón de estar donde tantas películas hemos visto, sentados en ese sofá que tanto detesto, mientras que tomas mis manos con delicadeza y me haces mirarte de nuevo.
— Las personas cometen errores durante toda su vida, mi niña, y cada uno es responsable de sus actos, pero no olvides nunca, que a pesar de que puedas “meter la pata” no significa que no puedas mejorar. Quiero que recuerdes eso, ¿está bien? —me dices mientras me miras fijamente, a lo que asiento— No, quiero que lo digas.
— Sí, abuelo. —respondo con la voz entrecortada a la vez que cierro los ojos, disfrutando de tu calidez y sumirme en la mayor de las oscuridades, teniendo grabada en mi mente esa última escena.
Otra vez he soñado contigo, ya van cinco veces este mes y sigo sin soportarlo. Siento que sigues ahí gracias a estos sueños que cada vez se hacen más recurrentes, pero también me recuerda que, a pesar de todo sigo viviendo con tu ausencia y no hay otra manera más que esta de volver a estar a tu lado y disfrutar de tu presencia.
La verdad, no sé qué decir. Acabo de abrir mi corazón con este escrito. Este relato está basado en hechos reales, mi propia experiencia en el mundo del dios Hipnos. Espero que os os guste. Si es así, dejad vuestros likes y comentarios. Sin más que decir, me despido. Hasta la próxima actualización
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Ruthlessness [Angstruary 2024]
FanfictionCreí que jamás diría esto pero, te odio. Libro de relatos One-Shots/Drabbles. Dinámica organizada por la página de FB "Es de Fanfics" en los que tratarán diferentes temas. CAUTION!! Ships variados en los que habrá contenido sensible, entre ellos la...