Alcohol.
No era algo que consumía con frecuencia, tampoco era que su sabor se le hiciera adictivo y menos los efectos que causaban en el.Sin embargo, pese a que no lo consumía a menudo, había ocasiones especiales, como fiestas, celebraciones que ameritaban su presencia en algún evento en cual su padre esté involucrado o simplemente por ir a bares con alguno que otro de sus amigos.
Aunque, no sabe como pasó o si el alcohol tiene algo que ver por tener grandes cantidades de esta misma en su sistema, pero no recuerda el como llegó a esa situación, gritando a todo pulmón la canción que se escuchaba de fondo junto a sus amigos mientras las chicas hablaban en tono bajo, disimulado y menos llamativo. Lo próximo que hace es presumir de cosas sin sentido alguno y méritos que no son suyos a sabiendas que solo externos se interesarían por las sandeces que salen de su boca, ya que sus amigos lo conocen muy bien como para saber que ni la mitad de lo que dice es cierto.
De vez en cuando su mirada se perdía en una de las esquinas del lugar o simplemente mirando a la nada misma.
Solo pensaba en como estaría su peli verdoso, no había querido ir con ellos por ayudar a su padre con algunas cosas. Era cierto, estaba dolido por perderse una buena cantidad de sake, pero el deber llamaba, con dolor en el alma rechazó la propuesta.
Nami quien solo había bebido un poco, no pasaba de tres cervezas veía a un Luffy tambaleandose, luchando por mantenerse en pie y caminar hacia la barra para pedir otro de los tragos más fuertes que tuviera la casa. Sintió unas pequeñas palmadas en uno de sus muslos y asintió.
❝Deberías llamar a Zoro-san para que venga a recogerlo❞
Robin le dedicó una de sus sonrisas tan tranquilas, casi imperturbable, ella no había bebido tanto, por ende, casi no se podía percibir un aroma a alcohol.
❝Desde su décimo trago ya estaba pensando en ello, está literalmente cayéndose de lo borracho que está❞
Nami temía dos cosas, que Luffy se durmiera o que los tragos se le subieran aún más, y valla que la segunda es peor.
Un Luffy borracho más provocaciones nunca termina bien, la última vez mandó a alguien al hospital y solo por que se dirigió a Zoro como una puta. Bueno, razón no le faltaba a Luffy, estaba muy de acuerdo con ello que hizo, pero si se pasó un poquito.
Cuando Luffy llegó con su bebida fue que marcó el número del mayor, cuando le respondieron fue que soltó el problema.