episodio 21

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Estar con Damon se sentía bien, era un chico tranquilo y respondía con palabras adecuadas a la situación, era muy educado, su sonrisa era bonita y sus ojos eran muy llamativos para ti, sinceramente era un chico muy atractivo pero... Había algo en el que se hacía sentir nerviosa e intranquila

— entonces... ¿Te sientes mejor? — su cara se volvió cálida

— si... Eres un buen psicólogo Damon — sonríes a medias

— sería cualquier cosa por ti — susurro para su mismo

— dijiste algo, ¿Damon?

— Oh nada solo decía que... Quisiera enseñarle mi nuevo rosal, la he plantado hace unos meses y ya dió su primera rosa, me daría mucha felicidad si tú vinieras a verla, también le enseñaría como cuidar más de su planta de mentas

— Muy cierto... Lo Había olvidado por completo, lo siento mucho Damon, estaba tan metida en mis cosas

— Tranquila comprendo su situación, entonces..¿vendrá? Entiendo si no quiere ir por-

— Iré, le debo el favor por ayudarme a poder... desahogarme así, sería un placer aprender de ti sobre plantas — tomas las manos de Damon. El chico se sobre salta cuando tomas sus manos, un sonrojo inevitable se muestra en la cara de Damon dónde hace un movimiento que intenta cubrir sus mejillas rojas

— Gra... gracias — sueltas las manos de Damon y miras hacia el cielo haciendo una pequeña sonrisa pero de pronto la borras y de esto se da cuenta Damon — sientes mucho la perdida de ese chico... Verdad?

— si... Pero se que está en un lugar mejor... Eso espero

Te levantas del asiento, ahora con una hermosa sonrisa en tus labios, Damon te miraba sin parpadear por unos segundos, te habías decidido a pedirle a Rasmus que te dejara ir más temprano del trabajo para así poder ir a la casa de Damon, nunca le habías pedido tal cosa a el, aunque nunca le habías dirigido la palabra, pero ahora lo harás y quieres pensar en que el te dará ese tal privilegio...

— No

— Oh vamos, Ras

Te encontrabas suplicandole a Rasmus para que te diera el resto del día libre. El se encontraba escaneando productos de alimentos en algunos estantes, comprobando si estaban caducados o eran buenos para aún vender

— Dije que no, vete a trabajar — te colocas al frente de el, haciendo que te escaneara por acidente — ¿¡Que carajos!?... ¿5.99? Bastante caro me parece

— Oh vamos Por favor Ras, nunca te he pedido nada que sea por trabajo, nunca he faltado al trabajo. Ni estando enferma, ni cuando llueve, fin de año, Navidad, Pascua, Otoño, Mi cumpleaños. Trabajo todo el año sin faltar un solo día, solo sábados y domingos

— oh... yo podría...

— ¿si? — sonríes al ver que Rasmus parecía cambiar de opinión

— No — Rasmus camina hacia la sala de empleados para tomar unas cajas

— ¡pero si nunca he faltado! — le sigues el paso

— es tu obligación no faltar, te pago para eso — toma una de las cajas y vuelve al mostrador, colocando algunos caramelos y revistas en su lugar correspondidos

— Tu no me pagas, me paga el gerente... ¡El gerente claro! Puedo pedirle si puede darme el resto del día libre, porque no se me había ocurrido antes

— Uhg! — Rasmus lanza la caja vacía hacia ti, la atrapas antes que la caja te haga algún daño — ¡¿Porque diablos quieres tanto el resto del día libre?!

— porque le prometí a un amigo que iría a su casa ayudarle a plantar rosales, y tiene que ser hoy

— Tu no tienes amigos

— ¡Si Tengo!

— y vaya si que tienes, uno ha salido por la tele, radio y periódicos — habla de forma sarcástica — solo tenías a ese drogadicto de "amigo" y ahora está muerto

— Oye! No te permito que-

— no tienes una vida social la cual  presumir, no me vengas con que tienes un amigo y le prometiste que irían de parejita a ver unos malditos rosales. ¡No te creo nada y ahora vete a trabajar! — Rasmus te sujeta de la muñeca agresivamente, lastimando te

— Rasmus suéltame... Me lastimas — te quejas mientras intentabas liberarte de su agarre — ¡Rasmus!

Rasmus se da cuenta de lo que estaba haciendo y lo que iba hacer, te suelta rápidamente al ver que comenzabas alterarte

— vete... Has lo que quieras. Tienes el resto del día libre — el se va hacia la sala de empleados dejándote sola

— ugh... — te sobas tu muñeca

Rasmus era alguien con problemas de ira pero jamás te había tratado de tal manera, tal ves tenía un mal día, así que lo dejarías pasar por esta ves. Vas hacia el vestidor de empleados para cambiar tu ropa, te cambias de ropa, te dolía la muñeca así que no te colocaste tu reloj

— vendré por ti mañana por la mañana — dejaste el rejos en tu casillero

Saliste del vestidor, con tu bolso en tu hombro, mientras caminabas hacia la salida miraste a Rasmus de reojo, el estaba con un pañuelo humedo en los ojos, se estaba refrescando, parecía tener algún tipo de jaqueca. Solo bajaste la cabeza y saliste de la tienda

El viento estaba algo frío y algo violento, haciendo que tú cabello se moviera demasiado, un hilo de cabello se pegó en tu mejilla y intentaste quitarlo pero alguien se adelantó

— ¿Así está mejor? — Cuando miraste delante de ti ahí estaba el, Ese Hueväri de cabello blanco con rallas rojas en dos de sus mechones más grande

— gracias... — te sonrojas y apartas las mirada — ¿nos vamos?

Damon te ofrece su mano, estabas dudando si tomarla, te avergonzaba tonar la mano de un chico desconocido pero Damon era alguien amable y bueno, no te haría nada... ¿Verdad? Tomas su mano y el sonríe de una manera que te hace sentir feliz y calmada.
Era una buena oportunidad para poder hacer un amigo... Y no ̶m̶o̶r̶i̶r—vivir en el proceso

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Holoiuuuuu!!

Ya hemos llegado a los 7.83k! Muchísimas gracias por eso ♡

También les digo que está historia está casi llegando a su final y estoy muy emocionada por su final

Buenos hasta la próxima, sigenme para más capitulo largos como este y de su voto si le gusto

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Síndrome de La R Mayúscula - Rasmus y lectora - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora