Stupid Wife - Albalia adaptación

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Estaba terminando de vestirme cuando escucho pasos en la habitación, Natalia seguramente debe estar preguntándose si ya estoy lista. Até mi cabello con una liga negra y arreglé el dobladillo del vestido. Oigo dos golpes en la puerta, volteo y veo la cabeza de Natalia asomarse por la puerta.

- ¿Lista?

- Sí.

Nos miramos durante unos segundos, estoy temerosa y ansiosa por saber lo que piensa. Últimamente me he sentido como una adolescente que está tratando de agradarle a su primer amor, irónico ¿no? Pero me siento así, todo los días estoy siempre tratando de estar lo más bonita posible para que me dé al menos un cumplido. Tal vez me gusten las cosas que ella me dice... tal vez.

-¿Quieres matar a alguien hoy? – Frunzo el ceño, me mira de arriba abajo rápidamente. – Estás maravillosa, por Dios, ese vestido rojo...

Deja la frase al aire y suspira, Natalia se muerde el labio inferior y luego mueve la cabeza un par de veces y sale de la habitación. Me vuelvo hacia el espejo y le sonrío enormemente a mi reflejo.

- Acerté.

Subo y bajo mis cejas y termino riéndome de mi estupidez. Pero salgo antes de que Natalia me llame otra vez.

Hoy es día de Bachata.

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Llegamos al Centro Cultural, el día de hoy no es tan frío como otros, Natalia lleva puesto unos jeans ceñidos y una blusa de una banda que cubre su culo. Estoy usando un vestido rojo hasta mis rodillas, pero traigo ropa extra para bailar.

- Así que, ¿irás a verme?

Le pregunto después de bajar del coche, ella se endereza el beanie en la cabeza y me mira pensando si quedarse o no. No se quedó la semana pasada, creo que porque siempre bailo con un chico, Diego Boneta, es un bailarín asistente que tengo. Nos conocimos la semana pasada, es amable, y sabe bailar muy bien, me ha ayudado a recordar algunos pasos de baile. Pero Natalia no parecía muy cómoda viéndome bailar con él, ni siquiera se quedó al resto de la clase, solo dijo que tenía algo que resolver en el estudio.

- No sé si debería.

- ¿Sabes bailar Bachata?

Natalia levanta las cejas y me mira fijamente.

- ¿Cómo?

- ¿Sabes bailar Bachata?

- Más o menos... Es decir, me estabas enseñando, he aprendido algunas cosas.

Se encoge de hombros y me da una sonrisa tímida, sus mejillas se sonrojan y Natalia se rasca la cabeza. Es adorable cuando está avergonzada.

- ¿Puedes ser mi asistente hoy? – Natalia me mira sin comprender. – Diego no puede venir, su hija está enferma, me mandó un mensaje para avisarme. – Explico y ella suspira. - ¿Por favor?

Hago mi mejor cara y Lauren pone los ojos en blanco, me aguanto la risa al verla sonreír, sé que está cediendo. Natalia se moja los labios y endereza la postura.

- Muy bien, vamos. – Asiente por fin y me controlo para no hacer un pequeño baile, sólo sonrío. – Simplemente no te enfades si te piso o me equivoco en algún paso.

- Tranquila. – Me paro a su lado y aprieto su hombro, Natalia me mira y sonríe con el contacto, le devuelvo la sonrisa. – Vas a estar bien.

Espero que salga bien.

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Estoy hablando con las parejas a las que les enseño, todavía es extraño todo esto, pero me estoy adaptando. Siempre me ha gustado bailar y soñaba con ser una bailarina exitosa, pero el plan B parece haber sido más seguro. Claro que no me arrepiento de haber llegado hasta aquí, siempre quise tener un centro cultural para poder dar lecciones de baile. Ese era el plan B.