Por fin. Por fin pisé esta tierra que tanto extrañé. Pensaba que lo haría más tarde, pero el destino me puso aquí de nuevo.
Por fin llegamos a el hotel y, cansada, subí a mi habitación a descansar. Todos los chicos compartían habitación de 4 en 4 pero las chicas teníamos habitación propia. La verdad no supuso mucho porque éramos 3 chicas en el cast. Mi habitación estaba bastante bien. Había una cama individual un poco ancha con una ventana bastante grande encima que mostraba una enorme montaña cubierta de una fina capa blanca, una terraza al lado con vistas a la misma, un escritorio al lado de la cama, un espejo de cuerpo entero y bastante espacio para moverme. Era muy acogedora, la verdad. Me encantaba. Sus paredes color beige y su madera en el suelo me recordaban a casa.
En cuanto entré por la puerta dejé todo en una esquina y me tiré a la cama. Era taaaan cómoda... Y abrí los ojos. Alguien estaba llamando a la puerta. Me levanté y fui a abrir la puerta con el pelo revuelto y la ropa arrugada.
—Hola —dijo Fran— Veo que alguien se ha quedado dormida. Vamos a bajar a cenar en media hora. Venía a preguntarte si me podés dar tu número para añadirte al grupo de WhastApp donde nos avisarán de donde tenemos que ir y eso.
—Espera,—dije pasándome la mano por la cara—¿que hora es?
—Las ocho y media.—respondió.
—MIERDA, ME DORMÍ —abrí los ojos como platos y me dispuse a darle mi numero de teléfono y salir corriendo.
—¡Hatsa la cena, hermosa!—me dijo con una sonrisa adorable.
—Chaoo. —Cerré la puerta.Agarré la ropa que me iba a poner y me duche en un abrir y cerrar de ojos. Cogí el chaquetón enorme que era de mi hermano más mayor, Marc, y me miré al espejo un segundo antes de salir. Sonreí orgullosamente. No me podía creer lo que estaba pasando en este momento en mi vida. Entonces salí sin dar más vueltas y bajé al comedor. Muchos de ellos ya estaban allí, aunque todavía faltaban. A lo lejos vi un grupo donde pude reconocer Enzo y a Matías y me acerqué a ellos.
—Hombre, si es la chica amante de los Golden Retrievers —dijo Enzo, pasándome un brazo por encima de los hombros para acercarme más al grupo y hacerme sentir integrada.
El grupo me sonrió.
—Hola, soy Agus Pardella, un gusto. —dijo alegremente.
—Yo soy Felipe Otaño.—continuó otro chico.
—Yo Simón Hempe —dijo el de al lado.
—Encanta de conoceros. —Dije sinceramente. —¿Y Juani?
—Estaba terminando de arreglarse en su habitación, enseguida bajará —Respondió Matías. —Bueno, compañera de team, tenés hambre? —dijo con un tono muy agradable.
—Un poco —Sonreí.
—¿Querés sentarte con nosotros para cenar? —Dijo Agus sinceramente.
—Me encantaría—Sonreí y nos dirigimos hacia una de las mesas.Todos nos sentamos, aunque quedo un hueco vacío a mi lado, que estaba reservado para Juani. En cuanto llegó, nos pusimos a comer y a charlar.
—Sos una de las pocas chicas en el cast, ¿cierto? —comentó Matías, curioso.
—Si, solo somos tres. Aunque no las conozco. Vendrán cuando empecemos a rodar.
—Hace de Lucy Silva, la única superviviente mujer de la tragedia.—Comentó Juani al resto del grupo.
—Así que estarás con nosotros hasta el final...—dijo Simón.
—Si —dije, con algo de vergüenza.Nos tiramos el resto de la cena hablando sin parar y al terminar me subí a mi habitación para ponerme a estudiar. Al rato volvieron a golpear la puerta y fui a abrir.
—Hola cachorrito, los chichos y yo vamos a salir a dar un paseo por el pueblo, te querés venir con nosotros? —Dijo Juani.
—Puse los ojos en blanco —¿Cuantas veces tendré que decirte que no me llames así?.
—Daleee, ven con nosotros —Me hizo ojitos y acabe asintiendo.Sin pensarlo dos veces, apagué las luces, cogí mi chaquetón enorme y le seguí por el pasillo hasta llegar a la puerta del hotel. Al salir, un aire helado hizo que me recorriera un escalofrío por todo el cuerpo. Hacia un frío horrible, pero aún así salí y nos unimos al grupo que esperaba afuera.
Nos pusimos a andar sin un rumbo, a la aventura. Estaba de noche, las calles vacías y había hielo en el suelo. Encontramos un sitio donde resguardarnos del frío y entramos. Era una cafetería monísima, así que cogimos mesa y empezamos a pedirnos algo caliente. Estaba súper cómoda a pesar de estar solo con hombres, ya que siempre tuve dificultades para relacionarme con ellos. Todo iba genial, no parábamos de contar anécdotas y reírnos.
De repente, me cambió la cara en un instante y me quedé pálida como el papel.
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Demasiadas emociones || LSDLN
FanficNala siempre tuvo el mismo sueño desde que tiene memoria, ser actriz. Tras la muerte de su madre cuando cumplió 14, todo en su casa cambió. Su padre se fue sin más, sin dejar rastro, dejando a ella y a sus 5 hermanos solos, con un trasfondo bastant...