𝐈

757 59 133
                                    

⚠️ - 𝘼𝙙𝙫𝙚𝙧𝙩𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖: 𝙈𝙚𝙣𝙘𝙞ó𝙣 𝙙𝙚 𝙖𝙗𝙪𝙨𝙤 𝙨𝙚𝙭𝙪𝙖𝙡. 𝙔𝙤 𝙣𝙤 𝙖𝙥𝙤𝙮𝙤 𝙣𝙞𝙣𝙜𝙪𝙣𝙖 𝙙𝙚 𝙡𝙖𝙨 𝙖𝙘𝙘𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙚 𝙡𝙡𝙚𝙜𝙪𝙚𝙣 𝙖 𝙥𝙧𝙚𝙨𝙚𝙣𝙩𝙖𝙧, 𝙮𝙤 𝙨𝙤𝙡𝙤 𝙡𝙖𝙨 𝙩𝙧𝙖𝙩ó 𝙙𝙚 𝙧𝙚𝙡𝙖𝙩𝙖𝙧 𝙟𝙪𝙣𝙩𝙤 𝙡𝙖𝙨 𝙘𝙤𝙣𝙨𝙚𝙘𝙪𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙨𝙩á𝙨 𝙘𝙤𝙣𝙡𝙡𝙚𝙫𝙖𝙣.

 𝙔𝙤 𝙣𝙤 𝙖𝙥𝙤𝙮𝙤 𝙣𝙞𝙣𝙜𝙪𝙣𝙖 𝙙𝙚 𝙡𝙖𝙨 𝙖𝙘𝙘𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙚 𝙡𝙡𝙚𝙜𝙪𝙚𝙣 𝙖 𝙥𝙧𝙚𝙨𝙚𝙣𝙩𝙖𝙧, 𝙮𝙤 𝙨𝙤𝙡𝙤 𝙡𝙖𝙨 𝙩𝙧𝙖𝙩ó 𝙙𝙚 𝙧𝙚𝙡𝙖𝙩𝙖𝙧 𝙟𝙪𝙣𝙩𝙤 𝙡𝙖𝙨 𝙘𝙤𝙣𝙨𝙚𝙘𝙪𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙨𝙩á𝙨 𝙘𝙤𝙣𝙡𝙡𝙚𝙫𝙖𝙣

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

{🫀}

— ¡Papu! — Le llamó la atención Luis a su amigo, quien estaba viendo fijamente su comida, inconscientemente.

Miguel tenía una mirada triste y somnolienta, acompañada de unas ojeras que pigmentan su piel morena.
Desde hace tiempo estaba mirando perdidamente la comida de Papulince, como en un trance.

Así había estado todo el día y eso le preocupaba un poco a Luis. Además, suspiraba a cada rato y ni siquiera había protestado cuando él le pidió sentarse juntos en una mesa, solo se limitó a asentir de manera seria y cansada.
Y no es que le moleste, pero es raro.

Migue ignoró el apodo raro con el que lo acaban de llamar y soltó un quejido:

— ¿Qué quieres, cuck? — Le respondió en un susurro, con un tono molesto. Luis sonrió, prestándole caso nulo al insulto.

— Quieres una parte, ¿no? — Sugirió, extendiendo su comida con amabilidad.

Miguel tragó saliva y sintió una sensación recorrer su cuerpo: una sensación de hambre, de ganas de aceptar, de pena y sobre todo de un orgullo inexistente. Miro a Luis.

No podía aceptar algo así.

Solo los débiles piden ayuda.

Solo los débiles reciben ayuda.

Antes de que este siquiera hubiera podido responder; Luis ya había partido el pedazo de su torta que no estaba mordido por él con un cuchillo de mesa que su mamá le envió por si acaso. Le ofreció ese pedazo a Miguel.

Miró a Luis otra vez, buscando aprobación y después al pedazo de torta con una mirada desconcertante.

Sintió su cuerpo, otra vez ese vacío en su estómago y en su garganta... Tenía mucha hambre.

— Gracias... — Murmuró en un pequeño susurro casi ininteligible a la vez que aceptaba la comida. Bajó la mirada y solo agarró ese pedazo.

Luis miró con una sonrisa cuando Miguel dio la primera mordida.

— De nada, papu. No se te olvide que yo siempre te ayudaré. — Declaró con orgullo poniendo una mano en su pecho. — ¡Cómo buen pana que soy!

El contrario no le respondió, estaba ocupado mordiendo y masticando, solo le devolvió el gesto intentando devolverle una sonrisa; una sonrisa que más bien fue una mueca rara. Le constaba mucho ser agradecido.

𝐈 𝐀𝐌 𝙃𝙐𝙉𝙂𝙍𝙔 || ᴘᴀᴘᴜғʀᴇsᴄᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora