𝐎𝐡! 𝐌𝐲 𝐝𝐚𝐫𝐥𝐢𝐧𝐠 / ᴮⁱˡˡ ˢᵏᵃʳˢᵍåʳᵈ ˣ ᶠᵉᵐ ᴼᶜ

WHY AM I LIKE THIS [Chapter 2]

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Bill y Jess siempre se habian odiado. Podria decirse que el primer dia del primer año fue el decisivo, El joven se habia llevado puesta a la pelirroja en medio del corredor y no habia sido capaz de pedir disculpas.
Bill no tenia grandes motivos para odiarla, o eso era lo que le gustaba decir. Fingia que todos y cada uno de los encuentros poco convencionales que ambos habian tenido no eran mas que una especie de delirios que Jess, su admiradora secreta, inventaba para acercarse a el.
La joven habia sido siempre una chica de palabras acotadas, reservada con sus no allegados y quizas un poco violenta. Era inexplicable como cada cosa nueva que lograba enterarse del joven de un metro noventa, sacaba lo peor de su interior.
Jessica lo odiaba por ser odioso. Y eso sonaba gracioso, pero no lo era. Realmente tenia muchos motivos para detestarlo, pero el mas importante de ellos era el que mas carecia de sentido para el resto.
Bill Skarsgård era el tipico chico malo. El que se porta como un imbecil con sus profesores, tiene un grupo de idiotas que lo sigue a todos lados para lamerle las botas y con esa estupida facilidad para estar con chicas. Era el tipo de chico que no pedia permiso, tampoco decia gracias y ni hablemos de pedir perdon.
Aunque ese no era el motivo principal del odio que Jessica profesaba abiertamente hacia el joven. Si no que, lo que mas parecia crisparle los nervios, era que aquella actitud no tuviera una explicacion contundente.
El joven no era el chico malo con una hermana menor tierna, mucho menos el chico malo con un padre maltratador o una madre muerta, no habia sufrido bullying en su infancia y tampoco habia sido presionado para ser el mejor en todo lo que hiciera. Era un joven con una vida asquerosamente deseable, dos hermanos y padres unidos que jamas hubieran pensado en separarse.
Jess llegaba a tenerle envidia, su vida no habia sido tan facil. No tenia una madre presente, habia fallecido tragicamente hacia bastante tiempo y su padre hacia lo posible por criarla el solo. Ella lo amaba y tenian un vinculo bastante sano, pero aveces sentia que enserio necesitaba una madre.

- ¿Como te fui hoy jess? - El adulto tomo el rostro de la joven y planto un beso en su frente. - ¿Tenias examen verdad?

- Hmmm.. creo que bien, bueno no lo se. - Sonrio algo despreocupada, estaba segura de que estaria mas que aprobada. - ¿Que hiciste hoy? ¿Viste a la tia Susan? - Pregunto mientras colocaba su bolso sobre la encimera de la cocina.

- Tu tia estaba algo cansada hoy, no quise molestarla. - El hombre se coloco enfrente de Jess. Tomo una especie de trapo y comenzo a restregarlo por la misma encimera antes nombrada.

- ¿Dijeron algo? - Pregunto Jessica mientras se sentaba lentamente sobre uno de los bancos enfrentados a la superficie.

- Bueno, Jess.. - Comenzo el padre mientras se acercaba al fregadero y escurria el trapo viejo. - Sabemos que es complicado, verdad? Y quizas haya que darle su espacio, no es la primera vez que vivimos algo asi. - Un nudo se formo en su garganta, intento aclararla, pero la fue imposible.

- La tia Susan estara bien. - Jessica nego con la cabeza. - Solo hay que tener fe.- Sonrio en un intento desesperado por mantener su tranquilidad.

- Eso espero. - Fue todo lo que su padre pudo responder y en ese instante la joven decidio que seria mejor darle un tiempo a solas.

- Ire a mi habitacion. - Solto luego de un par de segundos. - Avisame si necesitas algo, papa. - En su rostro se dibujo una sonrisa tierna y sincera que fue reconfortante para el hombre que al revolver sus recuerdos solo podia pensar en llorar.

(...)

- ¿Y...? ¿Que fue lo que dijo? - La voz de Meredith salia del pequeño parlante del telefono de Jessica. La pelirroja se encontraba acostada boca abajo sobre su cama con ambos pies en el aire y una mueca de disgusto en su rostro.