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Odio las clases, me desespera tener que estar por horas en un asiento escuchando como un anciano literalmente exponer un libro que ya todos tenemos. Y si no es eso son las malditas clases de deporte.

¿Tengo cara de practicar algún deporte? Es obvio que no.

El colegio tiene un uniforme para esta clase que te hacen usar de forma obligatoria, para ello debes de usar los vestidores para cambiarte y al finalizar la clase debes de bañarte si no quieres oler a porquería.

Son los momentos perfectos para molestarte y el grupo de Tom no lo desaprovechan. Lo que de vez en cuando pasa al entrar a clase es que se llevan diferentes cosas de mi bolso.

Una vez se llevaron todo mi bolso, me quede en toalla y, afortunadamente, mi celular. Tuve que llamar a Georg y pedir su ayuda para recuperar mi ropa. No es necesario mencionar que suplique para que no se lo diga a nadie.

Hoy no vi rondar a los amigos de Tom por los pasillos, eso significó que podía entrar a clase de deportes con total seguridad. Pues al no estar ninguno de ellos podía dejar mis cosas en las taquillas. Al terminar con la clase esperé hasta que la mayoría mis compañeros se vayan del plantel, estando casi solo entre y tomé una ducha bastante rápida, en casa tomaría un buen baño.

Mi camino de regreso a casa tampoco tuvo percances, al entrar y ver la sala comedor sentí una combinación de paz y orgullo. Me gustaba mantener el orden en la casa se veía muy lindo cuando todo estaba bien.

Para no darle más vueltas al asunto opte por dar una limpieza superficial. Darle una manita de gato, como dicen por ahí.

Barría un poco la sala y andaba cantando unas cuantas canciones, considero que cantar es una actividad liberadora y casi siempre lo hacía mientras limpiaba. De cierta forma con el tiempo le había agarrado el gusto a ser una ama de casa, sentía quede esta manera podría mostrar mi valía y tener un poco de aprecio por lo que hago.

Estaba en pleno concierto al momento en el que escuche que la puerta era abierta, automáticamente me calle y continúe con la limpieza en silencio, creo a que a ellos les molesta el ruido que hago al cantar.

Por el rabillo del ojo me fije en quién era, vi a Tom sentado mirando a la nada. Curioso lo miré, raramente estaba sentado, sin hacer nada más y eso era jodidamente extraño, aunque no pareciera Tom hace mucho ruido. Solo es sigiloso y silencioso a conciencia.

Con paso lento me acerque a él y con el dedo le di pequeños toques en el hombro, no reaccionaba.

-¿Tom? – Al llamarlo giro su rostro en mi dirección.

Ahora entendía todo, su sonrisa estaba un poco torcida, me miraba pero no tenía la mirada fija; Tom esta mareado.

Crean o no, las únicas drogas que consume son: el alcohol y el tabaco (de momento sé que aun no prueba la hierba). Puedo resaltar que... ¿mi hermano? se regula en el consumo de estas y es en realidad difícil verlo con un cigarro en los labios o ebrio.

Me senté a su costado, escuchando como soltaba tontas y pequeñas risas de lo que sea que estuviera pensando o viendo.

-Hey... Billy... - Arrastró un poco las palabras.

Miro su actuar, muchos creen que cuando tomas te vuelves violento. En el caso de Tom es todo lo contrario, no se vuelve en su totalidad manso pero es más tratable, realmente tienes que hacer algo jodido para que se vuelva una fiera cuando esta borracho. Normalmente pasa de ti y sigue con lo suyo.

Me senté a su costado y me hundí en sillón. ¿Tenía algo más para hacer? Sí. ¿Lo quería hacer? No.

Lleva sus rastas en media cola, usaba ese estilo urbano con camisetas oversise y ahora usaba pantalones anchos, cuando tenía algo de diez u once usaba pantalones que parecían paracaídas. Se puede decir que con el tiempo esos pantalones, si bien no hacen reducido por completo, el tamaño se hizo algo pequeño de alguna u otra forma.

Intento acariciar mi cabeza y yo sin querer me moví evadiendo su toque, cerré los ojos y me auto reprendí y solo escuche un pequeño "ya veo" de sus labios.

-Billy, ¿Cómo te ha ido en la escuela?

Oh dios, hasta se me abrió la boca de sorpresa. En plan, ¿Qué onda? ¿El alcohol puede hacerte cambiar tanto? Parecía pez de tanto abrir y cerrar la boca al no saber que decirle, estoy sin palabras.

-¿No me piensas responder? – Dijo mientras me miraba.

-Uh... Sí, sí. No me estoy llevando ningún curso.

Soy honesto (creo), cuando creo que es necesario miento.

No hay necesidad en que supiera que estaba a punto de reprobar deportes, matemática y que lo estaba dando todo de mi para que química estuviera incluida en esa lista. Odio estudiar, por eso no se me da bien los estudios, no es la primera vez que estoy en la cuerda floja en algunos cursos y regularmente le pido ayuda a Gustav.

Tampoco es el mejor, sin embargo, si juntamos su media neurona y mi media neurona se hacía una completa y cada que podíamos nos ayudábamos mutuamente. Y si eso no funcionaba siempre puedo pedir un trabajo extra para saldar notas desaprobadas.

-¿Te molestan allá, en clase?

-No. – No exactamente, ellos no me golpean, pero Tom sí sabe sobre los insultos. - ¿Por qué preguntas?

La duda en sus ojos era clara, quizás Geo le había dicho algo, quizás ellos dijeron algo, quizá...

-Lo digo porque...bueno...porque - Se quedo callado de una y su respiración se hizo irregular, entonces empezó con las arcadas y los sonidos típicos de querer vomitar.

Me apañe para llevarlo hasta el baño rápidamente. No Tom Kaulitz, no vas a ensuciar lo que tanto me cuesta limpiar y ordenar, es una especie de mantra para que mágicamente tenga más fuerza y velocidad para llevarlo.

En cuanto abrí la tapa del baño metió la cara en el inodoro y saco todo lo que tenía en el estómago, sujetaba las rastas sueltas, le daba caricias en la espalda y le daba palabras de animo.

Una vez termino lo lleve hasta su cuarto y lo deje en su cama, él soltaba pequeños murmullos incoherentes, me quedé con Tom hasta que poco a poco se fue quedando dormido.

Verlo ahí, indefenso me da algo de ternura, hasta el tiene un lado vulnerable y quien lo estaba presenciando era yo. Me hace querer cuidarlo, ojala fuera así siempre para cuidarlo... Suelto una mini risa ante mis pensamientos. Eso es de locos, jamás pasaría.

El sentimiento que tengo hacia Tom es un nudo de muchas cosas y muchos recuerdos que alteran mi vida.

Cuando éramos niños nunca nos separábamos, Tom no se iba de mi lado y yo no me iba del suyo, todo era perfecto hasta que entro a la pubertad y bueno. De alguna forma se formo una distancia entre los dos, en algún momento dado yo ya no conocía nada sobre él.

Siempre tuvo un carácter fuerte, eso lo recuerdo muy bien, es por esas épocas en las que las cosas ya no solo se quedaban en lo verbal, sino ya comenzaban a lo físico hasta que desemboco en lo que es ahora.

Siempre he creído que si a Tom se le hubiera dado la ayuda y el apoyo correcto no seria ni rastro de lo que es ahora. Si tan solo tuviéramos el dinero...

Bueno, ¿De qué me sirve lamentarme ahora? En mi posición actual no puedo hacer mucho, si pudiera lo ayudaría. Créanme que lo haría.

Sí ya sé que de la palabra para dentro desde años no lo veo como un hermano, sin embargo, aún tengo un sentimiento que a pesar de todo el miedo y dolor que puede causar. Está ahí, sigue ahí y mientras siga ahí yo me aferraré a ello.

Salí de su habitación cerrando la puerta detrás de mí, me dolía un poco la cabeza y aún así me senté en el escritorio hacer mis deberes para mañana, estuve unas horas en ello hasta caer la noche. Al terminar todo tome un baño, mientras me bañaba Gustav me mandó un mensaje.

"Oye Bibi..."

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