CAP 9

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–"Qué es todo eso?" –preguntó Jimin, mirando desde el helicóptero hacia las torres cuadrangulares que se veían en el pequeño pueblo a sus pies.

Jimin había conseguido superar su miedo a volar en helicóptero poco después de salir de Daegu. En ese momento, estaba embelesada mirando el paisaje. Había esperado que Seúl fuera un país de playas blancas y cielos azules interminables, pero era mucho más que eso.

Yoongi se volvió hacia él. Cuando sus miradas se entrelazaron, Jimin sintió un excitante cosquilleo en la piel.

–"Casas".

–"¿Casas? No lo parecen" –observó él. Más bien parecían molinos de viento sin aspas. O torres de vigilancia.

–"Bienvenido a Haegeum" –dijo él con una sonrisa. –"Es una península del sur de Corea. Aquí hacemos las cosas de forma diferente".

El piloto comentó algo en coreano y Yoongi rió.

–"¿Por qué viven en torres?"

–"Porque la gente de aquí es famosa por sus disputas. En los viejos tiempos, podían durar años. Eran conocidos por ser guerreros orgullosos. Cada torre era una parte segura de la casa" –indicó él, señalando a una de ellas. –"Las ventanas son pequeñas, para que los de dentro puedan disparar a los de fuera".

Jimin se estremeció.

–"Qué horrible".

–'Hoy ya no disparamos a la gente" –aseguró él, sonriendo.

–"¿Eres de aquí?" –preguntó Jimin, contemplando las montañas peladas que terminaban en el mar. Algunas tenían estrechas terrazas. Era un paisaje agreste y salvaje, pero majestuoso.

–"Sí, soy de Daegú. Nací en Namgu, pero la familia de mi… padre es de aquí.

Jimin percibió emoción contenida al mencionar a su padre. Se encogió al recordar lo que él le había contado. No sabía quién era su padre biológico.

–"Veníamos aquí en verano. Es donde he construido mi propia casa de vacaciones".

El helicóptero comenzó a descender hacia una cala de aguas turquesa. Había un puñado de edificios en el centro y pequeños barcos flotaban en el mar. A un lado, había otro grupo de casas, coronadas por una torre.

Pero fue una de las torres en concreto la que más llamó la atención de Jimin. Estaba construida de piedra, al estilo tradicional. Pero las ventanas eran grandes, tanto que se podía ver al otro lado. Y debajo tenía una terraza hecha de cristal que se colgaba suspendida sobre el acantilado. El resultado era único. Innovador y elegante, sin dejar de ser parte del paisaje.

–"¿Esa es tu casa?"

–"Sí" –afirmó él, mirándoli a los ojos con expresión indescifrable.

–"Es… increíble. Muy original".

Yoongi arqueó las cejas, contemplándolo con gesto de aprobación.

–"Me alegro de que te guste. No sabía que te interesara la arquitectura".

Jimin giró la cara hacia la ventanilla, mientras el piloto aterrizaba detrás de la casa. –"Hay mucho que no sabemos el uno del otro".

Esas palabras eran más ciertas de lo que Jimin había creído.

Primero, lo sorprendió el comité de bienvenida. No eran solo empleados, aunque había algunos. Jimin se fijó en que Yoongi los trataba como al resto de la gente, con una sonrisa. También había vecinos del pueblo, que habían ido a saludarlo.

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