𝐑.𝐄.𝐌; Trueno

08; short party

          

Bianca ;
          
no había pasado más de una hora y ya había perdido de vista a Cata, ya había perdido la cuenta de los shots de vodka que había tomado en la barra, y estaba segurísima de que ya estaba en pedo, cosa que era indudable.

necesitaba largar todo lo que había tomado. me bajé del banquito en el que estaba sentada y tambaleando logré ir al baño pero de puro milagro, vomité todo lo que necesitaba y me lavé la cara en el lava manos.

salí tambaleando nuevamente pero estaba dispuesta a tomar un poco más.

en la entrada de la cocina me tambalee haciendo que casi caiga pero caí en los brazos de una persona.

—— upa, ¿estás bien, linda? —— se escuchó una voz masculina y alcé la mirada.

era un pibe muy lindo, rubio, ojos claros, bastante lindo diría.

—— todo tranquilo, disculpa por molestarte —— dije acercándome cada vez más.

—— no pasa nada, no molestas, hermosa —— habló sin más y juntó nuestros labios en un beso desesperado.

no tenía idea de lo que estaba haciendo, pero se sentía bien.

estaba tranquilamente a besos con el pibe hasta que siento cómo lo quitan de un empujón y voltee al ver al responsable.

Mateo.

—— ¿qué hacés, pajero? ¿no ves que está en pedo? —— habló el morocho.

—— ¿y vos quién sos? —— preguntó el rubio.

—— ¿quién soy? su novio, así que rajá de acá, cabeza.

—— a ella no parecía importarle ser tu novia, capo.

—— pero porque está en pedo, estúpido, salí de acá —— el rubio se fué y Mateo vino hacia mí para tenerme ya que no podía ni siquiera mantener el equilibrio —— no pasó nada y ya estás en pedo Bianca, mirá las cosas que hacés.

—— dejame en paz, puedo hacer lo que quiero —— intenté  sacarmelo de encima.

—— no sabés de qué hablas, vamos a casa ya.

—— ¿qué? no no no, yo me quedo Matías.

—— soy Mateo y no me importa lo que digas —— negó ayudándome a salir de la cocina y me sentó en un banco que había en una esquina—— eu quedate acá, voy a buscar a Valen, no te muevas —— ordenó para después irse.

yo me quedé ahí sentada hasta que veo que viene solo.

—— ¿y Valen? —— le pregunté —— ¡¿y Cata?!

—— Cata se va con Valen, nosotros vamos a casa.

sin dejar que diga nada me ayudó a subir a su auto y manejó al departamento, dónde me ayudó media hora también a subir.
            
              
Mateo ;

abrí la puerta con una mano ya que con la otra sostenía a Bianca de la cintura mientras ella se agarraba de mi hombro con una mano, cuando pude abrir la hice entrar.

la ayudé a sentarse en el sillón y me dirigí a la cocina.

me estaba fijando si había algo para darle de comer y quitarle el pedo que traía hasta que veo que estaba entrando a la cocina con dificultad.

—— ¿qué hacés, pelotuda? —— pregunté y ella me miró.

—— quiero estar con vos —— dijo sostenida de la mesada.

suspiré y fuí hacia ella, la agarré de la cintura para sentarla en la mesada y así pudiera quedarse quieta.

habían quedado unas empanadas de hoy, ¿le hará eso mal? no sabía así que saqué mi celular para intentar buscar en internet, pero Bianca me agarró del brazo llevándome hacia ella para pegar sus labios con los mios.

no miento que me gustaría quedarme así por horas sin despegarme de ella, pero estaba en pedo y no sabía si ella tenía idea de lo que hacía.

me separé de ella —— quedate quieta, Bianca.

—— no me digas Bianca, porfavor —— pidió y tiré una risita —— ¿dije un chiste?

—— no no, ¿cómo querés que te diga?

—— no sé, Isa decime.

—— si vos decís, tomá, come esto —— hablo dandole la empanada y empezó a comer mientras le servía un vaso de agua.

—— Mateo —— llamó.

—— ¿qué?

—— ¿vos me querés? —— la miré encontrando su vista en mí.

—— ¿a qué se debe eso?

—— ¿me querés o solo hacés lo que hacés por el contrato? —— cuestionó mirándome esperando una respuesta.

—— no vale la pena contestar, mañana ya te vas a olvidar de esto —— respondí extendiendole el vaso con agua.

—— no, sí me voy a acordar —— insistió.

estaba en pedo, no iba a recordar.

—— bueno, sí —— respondí —— si te digo la verdad, al principio accedí por la plata, pero después de todo creo que me estás empezando a gustar, cada vez que te miro no sé, siento una sensación rara pero que se siente muy bien —— solté y ví cómo una sonrisa se dibujó en su rostro.

—— ¿enserio pensás eso? —— interrogó débilmente y asentí con la cabeza.

—— ¿vas a terminar eso? —— pregunté refiriéndome a la empanada —— así ya te vas a dormir.

—— no quiero más —— dejó la empanada en el plato —— Mateo.

—— decime.

—— ¿puedo dormir con vos? —— preguntó mientras bajaba de la mesada.

—— ¿eh?

—— eso, ¿puedo? porfavoor —— insistió.

la pensé, no sabía si ella lo decía de verdad o simplemente era el pedo que tenía encima. pero si fuera por mí, dormiría abrazado a ella todas las noches.

—— bueno, si querés —— asintió y la ayudé a caminar hacia mi habitación.

se sentó en la cama y yo me dirigí al baño, hice mis necesidades y me lavé los dientes, al salir del baño visualice a Bianca ya dormida en un rincón de la cama.

la acomodé, la tapé y prendí el aire acondicionado para acostarme a su lado.