6- Todo por ti, mi pequeña.

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Dereck salió de su habitación a regañadientes, intentando controlar a su lobo, sabiendo que Ben nunca haría nada para lastimar a Isabel. Sus betas se encargarían de mantenerlo alejado de la primer planta de la casa hasta que el doctor diera la orden. Se encontró con sus padres en la sala, su madre levantó la cabeza.

-Así que yo tenía razón- Le sonrío son delicadeza

-Así es- Se sentó junto a ella en el gran sofá color marrón

-¿Qué le sucedió?- Preguntó su padre.

-Está embarazada, creo que puede perder al bebé- Bajó la cabeza

Su madre lo abrazó, se sentía tan cálido en sus brazos. Deseaba ser un niño para quedarse allí por siempre. Le devolvió el abrazo sollozando en su hombro. Solo quería desaparecer, desde que inició la búsqueda de su compañera la vida lo golpeaba. No le importaba si no era su bebé, su deber era proveer y proteger. Una parte de el quería derretirse en los brazos de su madre y nunca salir de su cálido refugio, otra parte quería derribar a todos sus betas y acompañar a su humana. La incertidumbre lo comía vivo. Intentaba hablar, decirles a sus padres como se sentía, pero solo salían balbuceos.

-No llores cariño- Acariciaba su espalda- Pase lo que pase debes estar fuerte para ella-

-Lose- Logró modular

Luego de unas horas, que parecieron una eternidad, Ben bajó las escaleras acompañado con dos betas y con una cara de decepción. Se notaba a kilómetros que estaba agotado. El lobo tragó saliva antes de dirigirse al médico.

-Tiene un embarazo de riesgo, conecté una intravenosa para hidratarla. No puede hacer ningún tipo de esfuerzo, no le recomiendo emociones muy fuertes, nada de alterarla- Miraba serio al alfa- Le daré una dieta especial para asegurarnos de que consume los nutrientes necesarios-

-De acuerdo- Respondió su madre

-¿Cómo esta ella?- preguntó temeroso por la respuesta

-Su compañera está muy tranquila, le expliqué la situación y le recomendé que descansara por el resto del día-

-Quiero verla-

-Alfa es complicado, su compañera está conectada con la intravenosa-

-Pero es mi luna- Gruñó

Ben asintió con la cabeza continuó su camino hacia la salida. Debía cumplir con la voluntad del alfa. Dereck subió a su habitación y entró con delicadeza esperando no asustar a su luna. La contempló unos momentos desde el marco de la puerta, estaba despierta, con mirada triste y acariciando su pequeña casi inexistente pancita.

-Isabel- Susurró

Se acercó a la cama y se sentó en un costado, acarició su mejilla.

-Dereck ¿Cómo esta mi bebé? Solo me dijeron que tengo que descansar-

Empujó suavemente su pecho hacia atrás para que no se levante.

-Descuida, está bien-

De nuevo tuvo que tragar saliva para hablar, no iba a decirle que estaba en riesgo, eso la alteraría. Sostuvo sus manos y las besó mientras buscaba las palabras que le diría.

-Solo tienes que cuidarte, sin esfuerzos ni emociones fuertes y tendrás una dieta especial-

A pesar de su intento por mantener la calma y no preocupar a su compañera esta comenzó a temblar en la cama. Sus ojos no tardaron en cristalizarse, pero mantuvo la compostura, si el doctor decía que no podía alterarse entonces ella haría lo posible por mantenerse serena y cuidar de su bebé. Notó un cuerpo recostarse a su lado, Dereck la abrazó y acarició sus brazos con cuidado de no quitarle la aguja. Intentaba reconfortarla.

-¿Mejor?- Preguntó

-Si, gracias- Se acercó mas al cuerpo del alfa

Dereck se atrevió a acariciar el vientre de su compañera, tenía la necesidad de comprobar que el cachorro esté bien. Era un instinto primario. Miró a su compañera a los ojos para saber si estaba bien, ella asintió. Se acercó a la pequeña curva, podía escuchar su corazón.

-Todavía eres pequeño, pero debes portarte bien con tu madre, yo haré cualquier cosa por mantenerlos a salvo-

-¿No vas a rechazarme?- Preguntó con temor

-Claro que no ¿Por qué lo haría?-

-Soy débil, me enfermo mas que ustedes, podría atraer vampiros-

-Cariño no importa cuantas razones encuentres, nada me podría importar menos. Eres mi compañera-

-¿Qué dirá la manada?-

-Todos están encantados, tú eres su luna-

Isabel solo asintió y se arrinconó contra su ahora compañero, apenas lo conocía, pero sabía cómo funcionaban las cosas para las almas gemelas. Estaría a salvo allí.

Amor de alfa [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora