CAPITULO 6

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GACELA

-¡Red! – Chilla Emma - ¿Es enserio lo que me estás contando? Tienes que ir a la policía y hacer la denuncia.

Nos encontramos en mi casa, Emma está sentada en una de las sillas de la isla. Tiene una taza de café humeante y hace rato que ha dejado enfría el desayuno. Llegó temprano esta mañana, prácticamente corrió hacia aquí cuando le conté la experiencia que tuve ayer.

Después que el demente, pero sexy tipo que irrumpió en mi casa me folló con su arma, hizo que me corriera y se fue, corrí a mi baño, me di una larga ducha de agua fría e intenté estabilizar mis nervios.

Intenté dormir un poco, pero mi mente seguía evocando esa mirada. Ese par de ojos desiguales nunca había visto algo parecido, a pesar de que no había mucha luz, pude notar esos preciosos ojos, el tipo es guapo no lo voy a negar, el roce de sus manos hizo estragos en mi cuerpo, y creo que es hora de que me metan al manicomio.

Sé que tendría que haber llamado a la policía, pero lo que hice después de no poder pegar los ojos, fue aterrador.

Me toqué pensando en él, el su voz varonil y rasposa, tiene el tipo de voz que usan esos hombres que narran post cast de eventos paranormales. Es sedosa, hipnotizante.

Sacudo la cabeza.

La belleza del tipo es una prueba de perversidad del universo, nunca antes se ha disfrazado un objeto tan peligroso en un envoltorio tan atractivo.

Bien dice que todo lo que hace daño, viene en una presentación llamativa.

-¿Me estas escuchando, red? – El golpeteo de los dedos en la mesa de mármol me sacan de mis cavilaciones.

-Si. Que debí llamar a la policía.

Emma resopla, se levanta de la silla y camina hacia mí, sus manos salen disparadas a mis hombros y me zarandea.

-No solo hizo que te corrieras – Me mira a los ojos – Al parecer tambien hizo que perdieras la cordura.

-No sé qué decir – Admito.

-Debemos ir a la policía – Reitera - ¿Y si ese demente regresa?

Siento como el calor inunda mi rostro, aprieto los muslos y bajo la mirada.

Ese es el problema.

Quiero que regrese.

Es aterrador y excitante a la vez.

Estoy consiente que esto no es normal, pero siempre he tenido estos pensamientos donde deseo ser consumida por la perversidad, la lujuria y el deseo.

Llevo una vida tan aburrida y aunque no puedo negar que me gusta mi trabajo, lo que he conseguido, también debo admitir que hace mucho siento que no soy yo misma.

-¿Por qué no dices nada? – Emma ya está entrando en la desesperación.

-Sexy, me estoy reponiendo al derrame cerebral que sufrí ayer, no me presiones.

Me alejo de su agarre y camino hacia mi sofá. Emma me sigue y se deja caer a mi lado.

-¿Por lo menos está guapo? – Cierra los ojos y deja caer su cabeza en uno de los cojines.

Me muerdo el labio inferior.

-Creo que ya lo había visto.

Ella abre los ojos de golpe.

-¿Dónde?

Me pierdo en el liquido café que tengo en mis manos.

-En el evento que tuvimos de los inversionistas. El tipo no entró por completo, solo se quedó de pie en la entrada del recinto, me miró con tal intensidad que hizo que los bellos de mi nuca se erizaran. Cuando lo vi, algo dentro de mi me dijo, que seria peligroso, y es que el tipo denota autoridad, poder y sobre todo peligro.

OBSESIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora