CAPITULO 9

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DESTRIPADOR

El ruido de la música está torturando mis tímpanos. Detesto los lugares llenos de humanos. Ni siquiera logro entender la razon de nuestra existencia en el mundo. Somos el mayor error del creador. La especie mas destructiva y más estúpida a la vez.

Tenemos inteligencia, pero la usamos para destruir el mundo que se nos ha dado. Todo aquello que tocamos lo destruimos. En la escala de especies mas peligrosas encabezamos la lista, dado que somos los mayores depredadores de esa selva que se hace llamar mundo.

Aquí solo sobrevive el más peligroso y letal, para los débiles no hay cabida.

Dejo que mi cabello tape mi rostro, no me gusta mostrarme mucho en público, pero cuando supe que el nuevo juguete de S vendría a bailar con una amiga, no puede evitar la curiosidad. Asi que decidí dejar mi guarida y venir a echar un vistazo.

Quiero saber quien es la mujer que ha logrado captar su atención.

Me muero por saber por qué la cuida tanto.

El muy maldito se cree mejor que todos, piensa que es un ser superior que solo ha venido al mundo acabar a toda la escoria que en el habita. Le hace honor a su nombre, dado que según la mitología griega su nombre hace referencia al dios de la oscuridad y la sombra.

Maldito hijo de puta.

No se da cuenta que somos iguales.

Que si nos huimos seriamos la dupla fantástica.

Hace algunos años intenté convencerlo de que trabajáramos juntos, que dejara ese papel de justiciero y nos uniéramos solo para divertirnos, pero el muy cabrón me mando a la mierda.

-No somos iguales – Dijo con ese tono de superioridad – Tú solo eres un aficionado, y yo soy un profesional.

Me asqueo la forma en la que sonó eso y me desgradó aun más que me hiciera menos que él. Por eso he perfeccionado cada día más mi modus operandi, nadie conoce mi cara, nadie sabe de donde vengo, quien soy y como será mi próximo movimiento.

Me dedico a buscar a la mujer perfecta, pero como no existe decidí que era mejor crearla. En el proceso, me di cuenta de que las mujeres solo son un pedazo de carne y un coño que los hombres podemos utilizar y desechar a nuestra conveniencia.

Ver la mirada de cada una de las mujeres que asesiné es la mayor satisfacción del mundo. Ver el miedo, oler el terror cuando me siente cerca, percibir el temblor de su cuerpo y la expectación a lo que vendrá en la dosis de adrenalina que mi cuerpo necesita.

No voy a negarlo, comencé esto porque queria ser como él. Queria que me tomara en serio, que estuviéramos juntos, pero a medida que avanzaba comenzó a gustarme la sensación de tener el poder de apagar la vida de alguien.

Yo soy un dios.

Uno que puede decidir quien vive y quien no.

Lo mejor es que nadie ha podido atraparme.

Son tan estúpidos.

Con esto rectifico lo que dije hace un momento. Los humanos somos una especie peligrosa, tenemos la inteligencia, pero solo la usamos para destruir y cuando la necesitamos para algo real, preferimos utilizar la estupidez.

El mesero me deja otro trago. Asiento con la cabeza en señal de agradecimiento. Desde mi mesa puedo observar a la despampanante mujer de cabello rojizo moverse en la pista.

Sus caderas se mueven al ritmo de la música, Los largos risos se le pegan a la espalda, es algo menuda, su cuerpo no tantas curvas, pero hay algo en ella que llama la atención.

No voy a negarlo, el hijo de puta siempre ha tenido buen gusto para las mujeres. No puedo negar tampoco que siempre le han llovido como abejas a la miel, la heterocromía que nos caracteriza llama mucho la atención de las mujeres, solo que el bastardo no sabe sacarle provecho como lo hago yo.

La pelirroja se mueve por toda la pista de baile y desde mi punto la veo llegar a la barra. Hace unas horas S se ha ido, la vio hablar con un tipo y como el maldito posesivo y psicópata que es entró en escena.

El hombre es un maniático del control, es arrogante, engreído, egocéntrico y posesivo con sus juguetes, por eso voy a disfrutar el quitarle este. No para quedármelo, si no para destruirlo, voy a destrozarla en pedazos, y se la enviaré en cajas por correspondencia, voy a demostrarle que yo soy el único que puede tener su atención, que a mi es el único que necesita.

Que solo debemos ser los dos.

Somos iguales.

No conquistamos el mundo porque no se nos ha da dado la puta gana.

Lo necesito en mi misma sintonía.

Quiero que deje de hacerse el justiciero y que comience a divertirse conmigo.

Quiero que sea realmente lo que es, que deje de esconderse.

Solo yo puedo hacerlo.

Solo yo puedo darle todo.

Y voy a demostrarle que ella solo será una distracción a todos nuestros planes.

Le doy otro sorbo a mi trago a mi trago y dejo que la chica se divierta un rato, dado que no sabe el infierno que le espera.

Pronto.

Pronto nos veremos y jugaré un rato con ella. 

Cuando comienzo a desesperarme por tanto ruido y tantas personas a mi alrededor la mujer decide que es momento de irse y agradezco que asi sea.

Ya me estaba desesperando.

La veo tomar la mano de la otra mujer que la acompaña y me levanto de la silla que estaba ocupando, dejo un par de billetes en la mesa, junto con algo de propina y me dispongo a seguirla.

No puedo dejar que me vea, la he estado vigilando desde que descubrí la afición que tiene S por ella.

Salgo del lugar y la fría brisa golpea mi rostro. Me levanto la capucha del buso, y me coloco a una distancia prudente.

Veo como se despide de la otra mujer y la sube a un taxi y ella comienza a caminar.

No tiene el sentido de la preservación.

Camina por las calles solitarias.

Va tan sumida en sus pensamientos que no se da cuenta que la estoy siguiendo.

Cuando intento acercarme, otro hombre la intercepta y esta es mi señal para irme.

No quiero levantar sospechas y al parecer este no será el día.

Pronto.

Me repito.

Pronto voy a divertirme. 

NOTA: 

Buenas. 

Les dejo un capitulo corto, pero necesario. 

Queria que conocieran un poco mas el punto de vista del nuestro asesino serial. 

Espero les esté gustando la historia. 

No se les olvide comentar y votar. 

 

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