CAPITULO 15

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DESCONOCIDO

-Eres demasiado hermosa. Entiendo porque él está, tan obsesionado contigo – Le hablo a la mujer que tengo sentada en una silla con unas briagas enrolladas sobres sus delicadas muchas y sus débiles tobillos.

Le doy una sonrisa, pero mis pensativas palabras contrastan marcadamente con la neblina maligna que se nubla sobre mis ojos mientras mira fijamente a la hermosa mujer. Cabello rizado rojizo, ojos color miel, su piel de porcelana es como una hermosa perla.

Ha estado encerrada en esta habitación tres días. Solo la he alimentado con agua, uno de otro pedazo de pan rancio y nada más. necesito que sea mas delgada, aunque no sé si pueda aguantar tanto tiempo antes de comenzar a divertirme.

No quiero que se vaya.

No precisamente.

Ella me mira con un claro terror en los ojos y eso solo aviva más mis ganas de destrozarla, de quebrarla en tantos pedazos que no pueda ser nunca más sanada. Lo que pasa por mi mente no es nada agradable. Siempre hay un motivo oculto y normalmente está tan oscuro como el cielo nocturno de otoño que puedo ver fuera del escaparate.

Todo esto es por él.

Si tan solo me hubiera elegido hace unos años ahora estaríamos haciendo esto juntos. Somos iguales y es tan terco que no quiere aceptarlo. Yo, yo soy todo lo que necesita, podríamos divertirnos cada noche, dejar que las voces en nuestra cabeza salgan a jugar y darles todo lo que piden. Sumirnos en la locura y dejar que toda aquella oscuridad nos abrace con fuerza.

-¿Por qué haces esto? – Pregunta la hermosa mujer con voz temblorosa.

Tiene los ojos inyectados en sangre. El cabello enmarañado, un golpe en el pómulo izquierdo, varios cortes en los brazos y piernas, las muñecas las tiene en carne viva de tanto que ha intentado soltarse de las cuerdas que la sostienen. El pecho se le agita, la respiración se le acelera y sé con certeza que si me acerco el pulso lo tendrá latiendo bastante rápido.

Miedo.

Eso es lo que me alimenta.

Ver ese ese terror en los ojos de cada presa.

Quiero representar la suciedad que se reproduce en mi mente a diario como el hijo de puta sucio que soy.

-Por qué quiero él sufra – Camino hacia ella con el cuchillo de carnecería de punta fina que sostengo en mis manos – Quiero que pierda eso que tanto desea. Quiero ser yo el único en su vida, al único que le de su atención.

Él me salvó la vida, me vio por primera vez aquella noche donde casi me desangro en una de las asquerosas calles de Manor house. Me recogió, sanó mis heridas, me alimento, me dio un techo y me cuidó como nunca nadie lo había hecho, pero luego como todas las demás personas en mi vida, se abandonó, aun cuando somos tan parecidos.

-¿Por qué yo? – Sacude la cabeza y solloza – Nunca te he visto. No sé quién eres - La voz que me da es dulce e inocente. El tipo de voz de la que me alimento, como un virus que desangra a su huésped.

Cree que si intenta razonar conmigo algun día abandonará la habitación, pero está equivocada nadie sale de mi habitación de juegos, bueno... nadie sale con vida.

El diablo usa muchos disfraces, y cuando me conoció en aquella librería tenía un aspecto sencillo y aburrido, el dueño de una librería, el chico enigmático que le encanta la lectura, pero es tímido para socializar, el joven guapo, respetuoso y caballeroso. Fue tan fácil hacerla caer en mi red. Es chico tan aburrido que no podría llevar una doble vida, ¿verdad?

Las chicas deberían de aprender que esos chicos son los más peligrosos.

-¿Por qué tú? - Digo, el deseo de robarle su último aliento arde sus ojos – Porque eres hermosa.

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⏰ Última actualización: Jul 22 ⏰

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