Capítulo 12

180 27 3
                                    






La semana había pasado volando para la pequeña Daría, sin ningún aparente inconveniente que la aquejara. Aunque si quería rebuscar al asunto, podía decirse que había un pequeño problemita.

Su hermana había notado recientemente su pequeño nuevo habito de escaparse a quien sabe dónde, o por lo menos comenzaba a sospechar de sus pequeñas aventuras luego de la escuela.

Y eso ciertamente era un inconveniente para sus planes de llevarle comida y dulces al Señor Mogh.

Debido a esto, actualmente se encontraba recostada en la banqueta en medio del parque del pueblo junto a su querido amigo en busca de una sugerencia poco común.

"¿Cómo dices? ¿Que quieres un consejo mío para poder engañar a tu hermana?" Pregunto anonadado el niño pecoso a la niña sentada a su lado.
"¿Pero, porque? ¿Acaso te quieres escapar de casa o algo así?"

"No es eso, solo tengo un lugar a dónde ir de manera urgente pero se que si ella lo supiera se preocuparía demasiado y no me lo permitiría." Refutó Daría al niño pecoso un tanto titubeante.

"Cómo sea yo no sé de esas cosas." Respondió este indignado.
"Yo no engaño a mis padres si busco algo en especial." Finalizo sus palabras regresando su atención al almanaque que tenía entre sus manos con atención.
"A veces no entiendo tu manera de pensar Daría."

"¡Rayos Tareo, no conozco a nadie más para pedir está clase de consejos!" Suplicó la niña al contrario un tanto desesperada.

"Oye te digo que yo no le se a eso de mentir a un familiar, además, ¿A quien vas a ver qué no puedes decirlo? ¿Buscas a algún villano o algo así?" Esta pregunta dejo pensando por un momento a la joven de manera sospechosa, antes de que la misma agitara la cabeza en negacion.

"No, en absoluto."

"¿En serio? Porque eso suena más a una excusa para ir de parranda sin permiso niña." De manera repentina, una voz mayor llego desde la retaguardia de ambos niños. Revelándose en la forma de un hombre joven de apariencia fornida, cabello plateado y con una mirada peligrosa. Sin embargo, la reacción de ambos infantes en lugar de ser de temor o pavor, fue dirigida más para el esclarecimiento.
"No deberías meterte en problemas."

"¡Oh! ¡Señor!" Exclamaron ambos al unísono.

El hombre resoplo ante el término usado sobre el.
"Ya basta mocosos, ya les dije que no soy un anciano."

"¿Que lo trae por aquí?" Tareo ignoro este reclamo en favor de hacer una pregunta propia, regresando entretanto su atención al almanaque en sus manos.

"¡Hmf! Pues solo me encontraba patrullando por el vecindario como de costumbre hasta que escuche sus pequeños planes sobre escapar de casa." Esto pareció poner un tanto nerviosa a la niña, cosa que noto fácilmente el peli plata.

"Es Daría la que quiere huir." Se defendió Tareo ante la cara anonadada de la susodicha por la alta traición cometida.

"¡Rayos, que no me quiero escapar!" Exclamó esta indignada agitando los brazos en un pequeño berrinche.

"La verdad no sé si creerte niña, eres demasiado tonta para tu propia seguridad." Estás palabras golpearon a la peli púrpura como lanzas afiladas..

"Diablos hoy todos están en mi contra." Refunfuño la niña de brazos cruzados.

"Ya no seas tan llorona niña, ¿quieres un consejo? Solo se más discreta, y no te metas en problemas." Dijo el peli blanco tomando asiento junto a los dos infantes.
"Oye mocoso, ese almanaque de héroes que tienes ahí se ve muy interesante, ¿Me lo prestas por un par de semanas?" Una pequeña discusión se armó entre el pequeño Tareo y el hombre misterioso sobre la falta de cortesía por parte de los niños de ahora. Más Daría había perdido el hilo de la conversación hace mucho, pensando lo que le había dicho el señor y en su pequeña cabeza un foco se había prendido.

One Punch Man: El Humano Que Reencarno En Un Monstruo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora