valeria debia huir lo mas pronto posible y tratar de pasar desapercibida, decidió hospedarse unos cuantos dias en una humilde casa a las afueras de la ciudad de una de conocida viuda, la cuál vivia junto con su adorable pero rebelde adolecente.
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Ella no respondió al instante, le dio un sorbo a su bebida -para mi seras eterna-
-eso es imposible, algun dia todos nos vamos a morir-.
Ella rio -tienes razón, pero aunque mueras, yo te seguire buscando-.
Sus palabras fueron casi un susurró, yo sonreí ante su respuesta.
Me sentia orgullosa por haber comprendido lo que sentia desde el principio, yo la amaba, por mas que sonara como algo fuerte era la realidad, aquello que describía como cosquillas, como una mezcla de adrenalina y temor, no era nada mas que mi amor.
Podia notar su respiración agitada, sus ojos rebuscaban con ansias mientras se acercaba cada vez mas a mi, sentí ese momento tan íntimo para las dos, comenzamos a dejar la noción de nuestras palabras o acciones, lo que hacia mas mágico ese momento, habia algo nuevo en esto.
Yo completamente cegada por mis sentimientos, y ella por sus instintos adultos, por que estaba consciente de que ella nisiquiera intentaria esto estando sobria, pero me asustaba la idea de tener esto, ella queria algo más, pero yo no sabia como darselo, con tan sólo pensarlo, mi estómago se contaría, mi cuerpo se paralizaba y mi corazón latía como si de un zumbido de abeja se tratase.
Aquella sensacion tan nueva que se había presentado en mi, se intensificó mas cuando sentí sus labios moverse con desesperación sobre los míos, como sus manos se deslizaban por mi torso. Ella tomaba el control de la situación con tanta astucia que fue inevitable para mi quedar debajo de ella.
Todo era tan claro y tan confuso a las vez, sabia lo que iba a pasar, a lo que queria llegar en ese estado, de momento parecía irreal, tenia miedo, no sabia que hacer o decir ante aquel momento, mi temor se hacia mas grande a comparación de aquella sensación calurosa.
La pelicula se seguia reproduciendo, el sonido que emitia cubria los húmedos besos que Valeria dejaba sobre mi cuello, sus manos buscaban más contacto, ella se presionaba ligeramente sobre mi.
Mi inexperto cuerpo se quedó estático mientras la situación persistia con lentitud, mi pecho subia y bajaba, mi respiración comenzaba a compararse con la suya, sentia algo tan nuevo y tan abrumador al mismo tiempo.
De repente, ella detuvo sus besos y suspiro antes de mirarme. No pude evitar reflejar mi miedo y frustración mientras pasaba una de sus manos por mi cabello.
-ve a dormir, ya es tarde- mumuró.
Se apartó de encima de mi, con su actitud seria me hacia sentir culpable, era tan confuso.
Me tomo unos segundos reincorporarme, ¿había hecho algo mal?, ella nisiquiera quería mirarme.
Me lavante del sillón para acomodar mi ropa, sentia que el ambiente habia cambiado de manera radical, sintiendo rechazo ante este, no entendia el por que del cambio.
