Capítulo 2

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Horas Extras

Es mi segundo día aquí, quiero hacer como si nada hubiera pasado, creo que será lo mejor, ahora voy a recoger los papeles y voy a reunirme con Lisa. Al llegar a su despacho, ella ya me estaba esperando:

-Buenos días Señorita Manobal- Dije entrando lentamente.

-¿Cuántas veces te lo voy a tener que decir?- Preguntó poniéndose de pie para cerrar la puerta. No entiendo porque siempre la cerraba ella.

-Es que no me acostumbro a llamarla por su nombre- Respondí sentándome en frente de ella.

-Me imagino, pero por favor, trata de acostumbrarte, se siente mejor cuando me llamas por mi nombre- Dijo sentándose en la silla que había justo al lado mío.

-Está bien Lisa... aquí tiene el trabajo que me encargo Rosé ayer- Dije entregándole todos los documentos.

-Eres una chica hábil, parece que serás muy buena para esta empresa- Dijo observando cada uno de los papeles. Algo que me llamó la atención fue que, cada vez que pasaba una hoja me miraba a mí también, era raro.

-Lo intento hacer lo mejor posible- Dije bajando la miranda.

-Mis ojos están más arriba, te lo dije ayer- Dijo sosteniéndome la barbilla para que la mirara directamente a los ojos.

-No Lisa, es que suelo bajar la cabeza cuando me dicen algo bueno, me da cierta vergüenza- Dije fijándome en sus labios, eran tan perfectos que incitaban a quererlos besar, pero no, era mi Jefa, no podía pensar de esa manera.

-Bueno está bien, ya tienes en el correo tú próximo trabajo, lo quiero para mañana- Ordenó sin dejar de mirarme.

-¿Para mañana?- Pregunté asombrado.

-Si, para mañana, ¿Algún problema?- Preguntó dirigiéndose hacia su sitio nuevamente.

-No, ningún problema, ¿Me puedo retirar?- Pregunté intentando ganar un poco más tiempo.

-Sí, ya puede retirarse- Respondió sin moverse de su puesto.

Salí de ahí lo más rápido posible, que no se me notará por su puesto. Al llegar a mi oficina, reviso el correo para ver qué me habían mandado esta vez. Este trabajo era más difícil que el otro, llevaba más papeles, creo que voy a pedirle a Rosé que me ayude. Al llegar a su puesto, con un poco de pena le pregunté:

-Buen día Rosé, ¿Crees que me puedas ayudar con algo?- Pregunté mirándola a los ojos.

-Si claro, lo que sea- Respondió poniéndose de pie.

-La Jefa me mandó un trabajo para entregar mañana, pero es demasiado papeleo, voy a necesitar una mano extra, ¿Crees que puedas ayudarme?- Pregunté sin dejar de mirarla.

-Si claro, encantada, ya yo terminé mi trabajo por hoy, y en caso de me mandaran otro, me llegaría la notificación al móvil... vamos- Respondió mientras me seguía hasta mi oficina.

Rosé se echó toda la mañana ayudándome con el trabajo, sino hubiera sido por ella no lo hubiera terminado tan rápido. Ya era la hora de almuerzo, como Rosé me había ayudado a terminar mucho antes de lo que pensaba, pues se me ocurrió pedirle que almorzara conmigo, ella aceptó muy emocionada, si no tuviera la edad que tiene, pensaría que es una niña de 10 años, por cierto, Rosé tiene 26 años, es muy joven para el puesto que tiene en la empresa, pero después de verla trabajar, no me quedan dudas de porque ha llegado tan lejos. Estando en la zona de descanso, llegó la Jefa, al vernos, nos miraba de una manera que podría perfectamente matarnos sin usar las manos, no entendía a esta mujer. Rosé estaba muy concentrada contándome un chiste, yo soy muy risueña, y de la forma en que lo contaba, hacia que me diera mucha más risa, obviamente me reía de forma discreta, había más compañeros allí, además de Lisa, que no nos quitaba la vista de encima. Su cara en verdad me estaba asustando, menos mal que ya se había acabado la hora de almuerzo. Al llegar a la oficina, tenía un correo de Lisa:

Solamente Tuya Jenlisa (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora