Capítulo 12

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No te Alejes de Mí

No aguanté mucho en la cama, estar acostada no era lo mío. Me fui al sofá a ver un poco la televisión y también para ver a Lisa como entraba y salía de la cocina. Hacia el menor contacto visual posible, era una tortura observarla y saber que ni si quiera me miraba por miedo. Realmente ella creía que era su culpa, no sabía lo que iba a hacer, pero algo se me tenía que ocurrir. Casi a la hora de la cena, alguien llamó al timbre. Lisa salió rápido de la cocina, pero ya yo había abierto la puerta. Lisa se giró para entrar a la cocina de nuevo, seguía sin ningún avance. Era Jisoo, había venido a ver cómo seguía. La invité a sentarse en el sofá conmigo y nos pusimos a conversar:

-¿Cómo te sientes Mandu?- Peguntó tomando mi mano.

-No me digas así- La regañé rápidamente -Me siento bien-

-Uy... ¿Y ese tono? ¿Te dio otra crisis?- Preguntó con un tono de preocupación.

-Si, hoy por la tarde- Respondí mirando hacia la cocina.

-¿Estabas sola?- Preguntó acercándose a mí.

-No, Lisa estaba aquí y me ayudó a controlar la respiración- Contesté dejándome caer en sus brazos.

-Menos mal que ella estaba aquí. Y ahora, ¿Dónde está?- Preguntó mirando hacia todos lados buscándola con la mirada.

-Está en la cocina, pero no se quiere acercar a mí- Contesté sin moverme de mi posición.

-Pero, ¿Por qué? ¿Pasó algo entre ustedes?- Preguntó un poco confundida.

-Cuando me dio la crisis estaba pensando en nosotros, y se me ocurrió la maravillosa idea de comentárselo, así que ahora dice que es su culpa- Respondí mirando fijamente a Jisoo.

-Pero no es su culpa, con lo madura que es para algunas cosas y lo inmadura que es para otras- Resopló soltándome de la impotencia.

-Mañana viene la profesora de yoga, hablaré con ella y se lo comentaré. También hablaré con Lisa para que venga a las clases conmigo, así ella entiende que no es su culpa- Dije acomodándome, dado que Jisoo me había empujado de su lado.

-Es una muy buena idea- Añadió viendo como me volvía a acomodar en sus brazos.

En eso salió Lisa de la cocina, al vernos abrazados, una sonrisa brotó de su rostro. Al menos ya no veía a Jisoo como el enemigo, esas eran buenas noticias. Lisa saludó a Jisoo mientras acomodaba la mesa:

-Jisoo, ¿Quieres quedarte a cenar?- Preguntó colocando un tercer plato en la mesa.

-No, no puedo quedarme, me están esperando abajo. Sólo pase a ver cómo seguía esta pequeña- Respondió pasando su mano por mi pelo, como si fuera un perrito al que acariciar.

-Está bien… la invitación fue hecha- Dijo Lisa volviendo a entrar a la cocina.

-Mandu… yo me voy. Recuerda lo que hablamos, tómalo con calma, ella lo entenderá, ya verás- Me repitió dándome un beso en la frente y saliendo de mi departamento.

Lisa salió de la cocina por última vez para decirme que ya la mesa estaba puesta. Nos sentamos a la mesa y empezamos a comer. Ninguno de los dos decíamos palabra alguna, Lisa ni si quiera me miraba. No podía soportar más esa situación, hasta que tomé valor y rompí el silencio:

-Lisa...- Llamé su atención para que me mirara.

-¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?- Preguntó sobre sobresaltándose rápidamente.

-No… solo quiero que me mires, ¿Por qué no lo haces?- Pregunté sin apartar la mirada.

-No quiero tener tentaciones- Respondió bajando la cabeza.

-¿Lisa vas a seguir con eso?- Pregunté un tanto enojada, mi tono cambio repentinamente.

-Jennie entiende que no quiero que te pase nada por mi culpa- Contestó levantando la cabeza para intenta mirarme, pero seguía sin hacerlo completamente.

-No me va a pasar nada por qué me mires… Lisa por favor, mírame- Le ordené levantándome de la mesa con rapidez, realmente me molestaba esta situación, no podíamos seguir así.

-Jennie cálmate, por favor- Me suplicó para intentar calmarme.

-Sé me quito el hambre, me voy a mi cuarto- Contesté caminando sin mirar atrás, sin hacer caso a lo que me había ordenado.

-Jennie no te pongas así por favor, entiéndeme, tengo miedo de perderte- Se oía una voz que me seguía hasta la habitación.

-Yo también tengo miedo de perderte. No te das cuenta que si estás lejos de mí, no me estás ayudando- Contraataqué entrando a la habitación, dejando su voz atrás.

-Pero cerca tampoco te hago bien, no quiero perderte, eres lo único bonito que tengo en mi vida- Añadió a su argumento, me siguió hasta la cama donde yo estaba para ese entonces.

-Mírame…- Ordené acercándome a donde ella se había sentado -Tú no tienes la culpa de lo que me pasa. Eres muy especial para mí, no quiero que te alejes de mí, esa sensación es horrible- Concluí para abrazarla muy fuerte, realmente la había echado de menos, aunque solo habían pasado algunas horas.

-El sentimiento de culpa me invade cuando me acerco a ti… no lo puedo evitar- Dijo dejándose caer en mis brazos. Se notaba que ella también me necesitaba.

-Lo sé, pero mira…- Hice una pequeña pausa para que me mirara a los ojos -Estás en mis brazos y no ha pasado nada-  Concluí depositando un pequeño beso en su frente.

Ella no dijo nada, solo me miró y volvió a acurrucarse en mi pecho. Ambos nos acomodamos en la cama de tal manera que ella quedará en medio de mis piernas. Estuvimos un tiempo así, no sentía nada en mi pecho y me respiración se mantenía normal. Como veía que todo estaba bien, decidí hacerle la petición que le había comentado a Jisoo antes:

-Lisa...- Intenté llamar su atención.

-Dime… ¿Te sientes mal? ¿Te falta el aire?- Preguntó con tono de preocupación soltándose de mis brazos.

-Tranquila, estoy bien- Respondí intentando no reír -Quería preguntarte algo.

-No te rías… me asustaste. Dime, que me quieres preguntar- Dijo dándome un pequeño golpe en mi brazo.

-Auch...eso me dolió- Me quejé fingiendo que me había dolido.

-No seas dramática. Anda, dime- Insistió pasando su mano por donde me había golpeado.

-Quería pedirte que tomarás las clases de yoga conmigo- Dije acariciando su rostro.

-Ya sé porque quieres que tome las clases- Añadió tomando la mano que había puesto en su rostro.

-No quiero que te sigas sintiendo mal, no quiero que esto nos separe, por favor- Supliqué acercando mi rostro al suyo.

-Está bien, tomaré las clases también- Dijo sonriéndome.

Al oír su respuesta, no pude aguantar las ganas y la besé. Al separarme de ella, vi su cara de preocupación, era muy cómica, no lo podía negar, pero le hice entender que todo estaba bien con un simple gesto. Tomé su mano y la coloque en mi pecho, así ella sabría que mi corazón estaba latiendo a un ritmo normal. Después de estar un tiempo en esa posición, poco a poco Lisa se fue quedando dormida. Estaba demasiado cansada, había hecho todo lo que se podía hacer en la casa, estoy seguro que ella no está adaptada a hacerlo. En su casa debe tener personas que lo hagan por ella. Ella dejó todas esas comodidades para cuidar de mí, Lisa se estaba comportando de una manera excepcional. Nunca podré terminar de agradecerle todo lo que está haciendo por mí. Después de un rato admirando su belleza, a mí también me terminó dominando el sueño, al parecer no hacer nada también cansa.








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Solamente Tuya Jenlisa (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora