Capítulo 2

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Hoseok miró al pequeño y joven hombre que aún estaba de rodillas en el suelo. —¿Cómo te llamas?

—Taehyung —el puma respondió, aunque salió un sonido un poco chapucero debido a todas las lesiones de su rostro.

Y, chico, Taehyung tenía unos cuantos buenos daños. Hizo que Hoseok se sintiera culpable por no llegar hasta él antes. Lo que era estúpido porque generalmente no le importaban un comino los Felinos. Siempre era el primero en insultarlos y el último en levantar la mano como voluntario para trabajar con ellos. Mientras que la mayoría de los otros Halcones estaban comenzando a hacer amistad con las bolas de pelo, Hoseok no. Creía firmemente que la bandada viviría mejor por su cuenta y que no debían depender de Yunho y sus gatos para cualquier cosa.

Sin embargo, allí estaba, mirando hacia abajo a ese puma, sintiendo realmente empatía por el tipo. Peor aún, se había puesto en peligro para salvarlo. Entonces, ¿qué pasaba con Taehyung que lo hacía tan diferente a los otros Felinos?

Hoseok empujó ese perturbador pensamiento a un lado. Lo pensaría más tarde, cuando estuvieran en los límites seguros del HQ1. En este momento todavía estaban al descubierto donde cualquiera podría tropezar con ellos en cualquier momento. Tenía que sacar a Taehyung del peligro lo antes posible, porque, tanto si el ingenuo felino quería admitirlo como si no, su culo tenía un blanco enorme en él. Taehyung no tenía ni idea del tipo de basura a la que le encantaría poner sus manos sobre él, Cuervos, Arañas, Escorpiones, Hienas, cazadores humanos, comerciantes de esclavos, y la lista seguía y seguía. Estaba sorprendido de que Taehyung hubiera llegado tan lejos por su cuenta. Alguien desde arriba debía haber estado cuidando al niño, ya que no había ninguna otra explicación.

—Está bien, iré contigo. Pero sólo porque no tengo otro lugar al que ir para que traten mis heridas —Taehyung concedió.

En otras palabras, Taehyung no se fiaba de Hoseok por lo que no le confiaría ni un pelo. ¡Y después de que le hubiera salvado la vida! Que ingratitud. Cortó a Hoseok profundamente... Bueno, no lo había hecho, pero no podía evitar que su monólogo interior se compusiera sobre todo de comentarios sarcásticos.

Hoseok se agachó, agarró Taehyung por la cintura y luego lo levantó. Cuando Taehyung dejó escapar un gemido y empezó a vacilar sobre sus pies, Hoseok dejó escapar una maldición en voz baja. Maldita sea. Supo entonces que iba a tener que llevarlo todo el camino de regreso. Y el viaje al cuartel general no era corto. Por lo menos estaba oscuro y ellos estaban en Flint, por lo que no atraerían demasiado la atención. Sólo otro día en la ciudad.

—Lo siento, nunca me habían pateado el culo de esta manera —dijo Taehyung.

—Sí, Los Cuervos nunca juegan limpio en una pelea. Cuenta eso como tu lección número uno.

—¿Cuál es la lección número dos? —Taehyung tosió, luego hizo una mueca de dolor.

—Nunca confíes en otro cambiaformas.

—Bueno, ¿por qué debería confiar en ti ahora? Por lo que sé podrías estar llevándome a una cámara de tortura —dijo Taehyung.

—Puedes confiar en mí porque nuestra bandada y tu coalición son aliadas —dijo Hoseok con un profundo suspiro. Realmente estaba empezando a arrepentirse de haberse detenido y salvado a este mocoso incluso aunque fuera el pequeño pedazo de caramelo más lindo y más caliente que hubiera visto en su vida. Incluso con el pelo corto y oscuro que se le había revuelto un poco en la lucha, o el hecho de que sus apretados pantalones de mezclilla estaban rotos por las rodillas y estas sangraban, Taehyung todavía se veía bien. Su mejor característica, sin embargo, eran sus ojos. Brillantes, azules, y tan llenos de inocencia que parecían atraer a Hoseok como ninguna otra cosa. Había pasado demasiado tiempo desde que había visto algo tan puro e incorruptible.

Serie de los CP 31 - La Derrota de HoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora