Capítulo 4

56 7 2
                                    

_Daryl, la retaguardia.— ordeno Shane abriéndose paso en el interior del edificio.

Los hombres armados entraron alertas con sus rifles en manos, mire el lugar curiosa al entrar, no parecía haber nada o alguien. Aunque es evidente que hay alguien aquí.

Es de suponer que la puerta no se abrió sola.

_¿Hola?.—llamo Rick.

_Cuidado con las puertas y los caminantes.— previno Dale.

Una voz adicional se escucho y como si Daryl tuviera mil ojos y manos, me tomo de la muñeca pegándome cerca de su pecho en actitud protectora.

_Hola, ¿hay algún infectado?.—la pregunta la hacia un hombre con un rifle en sus manos.

No parecía un militar.

_No. Teníamos uno, pero no sobrevivió.— respondió Rick.

_¿Por qué están aquí?, ¿que quieren?—pregunto el desconocido.

_Una oportunidad.—contesto Rick.

_Eso es mucho pedir en estos días. Se harán un análisis de sangre es el precio de la admisión— dijo nuestro anfitrión bajando el arma.

_No hay problema.— aseguraba Rick.

Después de todo lo que hemos pasado estos días, no creo que un poco de sangre para estar a salvo sea un problema para nosotros.

_Si tienen que entrar cosas, háganlo ahora— dijo mirándonos a todos— una vez que se cierran las puertas, se quedan cerradas.

Daryl y algunos cuantos salieron por unos bolsos y regresaron a los pocos minutos. El hombre del lugar nos dirige a un ascensor y pasa una tarjeta por uno de los paneles de control.

_Ví, sella la entrada principal. Quita la energía de acá arriba.—ordenó.

_Rick Grimes— se presentaba Rick tendiéndole la mano al hombre del CDC.

_ Doctor Edwin Jenner.— dijo el otro, ni siquiera acepto la mano de Rick.

Todos subimos en el ascensor, me puse frente al cuerpo de Daryl, cuando el ascensor hizo un ligero movimiento al empezar a moverse creí perder el equilibrio, como era de esperarse, él me sostuvo. Puso su mano en mi abultado vientre y el bebé se movió muy fuerte, allí estaba mi pequeño boxeador, había estado muy tranquilo durante el día.

Su movimiento causo sorpresa en su padre, el acto lo hizo sonreír y parecía emocionado. Yo tenía mi mano sobre la suya y también lo miraba. Fue un momento inusual, aunque debo aceptar que se sentía bien. Siempre me gustó la forma en la que Daryl me miró desde el día uno. Desde que nos conocimos hace ya años atrás.

_¿Los doctores siempre andan armados?—pregunto curioso sin apartar sus ojos de mi, el ver sus brillantes ojos azules causaba esa sensación de mariposas en el estómago.

Esa sensación que durante semanas se había tornado más dolorosa que cualquier cosa que pude experimentar en el pasado a nivel de amor de pareja.

_Había muchas armas en el suelo, me familiarice con ellas.—dijo el doctor.—pero ustedes parecen inofensivos.—miro al pequeño Carl— Menos tú, tendré que vigilarte de cerca.

El niño sonríe.

_Si es doctor, ¿Podría revisar a mi esposa? — Pregunto Daryl, no me imagine que fuera a preguntar por eso, aunque en el fondo se que es bastante sobreprotector— La golpearon hace dos días aproximadamente y como vio esta embarazada.

El doctor me dedica una mirada un tanto extraña. Como si algo en el hecho de que yo estuviera embarazada en esta situación le perturbara.

_Si, puedo revisarla— dijo entonces— Aunque no soy ginecólogo, solo puedo hacer lo básico en lo que respecta a los golpes.

Mutants ||  Daryl Dixon || (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora