— ¿Y Carlos? ¿Viene o no viene?— Preguntó insistente el uruguayo, desde lo más alto del edificio.
— Bancá — Lo frenó el amigo, mirando hacia abajo en busca de señales del viejo.
Danilo se acercó a Carlos, dirigiendo su mirada a la misma dirección que Carlos miraba.
— Ese cachucha es re pajero, dice que la otra vuelta había unas pibas en la parada del bondi, el chabon se bajó los "lompas" y les mostró la poronga, todo. — Se rieron los dos del viejo, que estaba en una comiendo ahí una fruta, sin ser consciente de lo que estos dos iban a hacer— Nada que ver, re atrevido igual eh. Yo lo prenderia fuego por enfermo. — Su semblante cambió a uno serio, tomando en cuenta la situación de las chicas que tuvieron que aguantar eso.
— Mirá mirá, ahí está — Señaló el ruloso.
— Tenes que calcularle la distancia del viento, como cuando le pegas a la pelota para que entre al ángulo, ¿Me escuchaste?. También los pisos y la velocidad — Se acostaron boca abajo, con la vista fija en el viejo.
Se prepararon y escupieron una vez los dos juntos, el viejo ni cabida hasta que Danilo le gritó.
— ¡Cachucha!
El viejo miró y los dos al mismo tiempo volvieron a escupirle desde arriba toda la cara.
— ¡La concha de dios, pendejos del orto! — Les gritó a estos dos ocurrentes, con los ojos cerrados.
— ¿Viste como le pegue? — Le dio un codazo amistoso a Carlos.
— Dale, tomatela — Se rió, aun mirando al viejo con la cara llena de saliva.
— Te voy a prender fuego eh, te voy a prender fuego a vos y a tu hermano — Los señaló a los dos con el dedo amenazandolos. Aunque verdaderamente daba más pena que miedo con la cara sucia.
Un chico que andaba lo empujó con el pie y lo echó de ahí.
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Pov's Jazmin:
— ¡Soltame nene! — Grité con la voz rasposa y forcejeandome de su agarre.
— Calmate piba, ahora vienen los otros y caen como pescaditos al agua — Esa risa de pajero que tiene no la aguanto. ¿Y qué esos dos?, ¿quienes?. Nada que ver, este se re falopeó.
— Vos nene, te rompimos el ocote de tantos goles — Lo oí burlarse y giré a ver a quien le acababa de hablar.
— Cállate, mucho chamuyo tenes vos — Le respondió uno, no se quien es.
Pero sobretodo, no entiendo porque me usa a mi el Hernan, ¿que tengo que ver yo con estos dos pibes que no los conozco?.
— Qué haces con la nena, degenerado — Se rió el otro, que acompañaba al de rulos.
— Es mi novia, te dormiste Urugayo — Apretó su agarre en mi brazo y lo miré asqueada.
— Nada que ver pibe, soltame dale — Traté de soltarme, pero no parecía tener intenciones de soltarme.
El "Urugayo" según como lo había llamado Hernan, lo barrió con la mirada y frunció el ceño.
— ¿Qué tiene que ver la nena?, déjala soquete — Primero lo sugirió de manera sutil.
— Nah, ahora me la llevo a mi casa para mi, y después para mi hermano — Sonrió.
— ¡Déjame, tarado! — Le pisé el pie y me soltó quejándose.
Corrí para las escaleras de la salida del colegio y ni siquiera miré atrás, me fui directamente a mi casa.
Primero pensé que era joda esto del Hernan, pero ya me hizo dudar y mejor lo evito lo más que pueda.
...
— Jaz andá a comprar para hacer unos teres, y si te sobra comprate algo — Mi abuela me dio plata y con una sonrisa fui al kiosco.
Compré una caja de jugos de naranja y me compré unas Lays y gomitas de ositos, de paso me sobró vuelto, pero mejor no me lo gasto en boludeces.
Mientras caminaba de regreso a la casa de mi abuela me iba comiendo las papitas.
— Ey, ¿vos no estabas con el Hernan hoy? — Escuché una voz detrás mío y giré a ver.
— Si — Lo miré confusa y me alejé unos pasos por si las dudas.
— Soy Carlos y el es Danilo, mi amigo — Me mostró sus dientes en una sonrisa sincera y asentí sin entender el porqué me hablaban.
— Hola?... Soy Jazmin — Ladeé una sonrisa indiferente y seguí caminando para mi casa otra vez.
— ¿Es verdad que estas con el retrasado del Hernan? — Se me acercó Danilo junto con Carlos.
— No
— Ah, sos de muchas palabras vos eh? — Bromeó el ruloso.
— No tengo mucho que decir, no los conozco — Encogí mi hombros mientras seguía saboreando las papitas.
Un silencio incomodó invadió la atmósfera entre nosotros, o incómodos para ellos, se mordían las uñas y se miraban los pies, yo me chupaba los dedos y caminaba de lo más tranquila.
Noté la mirada intensa de Danilo y lo miré.
— ¿Querés? — Ahora que lo veo mejor, no se si me miraba a mi o a las papitas.
Me miró sorprendido y asintió, sacó un par de papitas y se las comió en un cerrar y abrir de ojos, que muerto de hambre. Le ofrecí al otro y no quiso.
— Bueno... eh, nos vemos en la escuela — Sonreí ahora yo incomoda, entrando a la casa de mi abuela. No entendí para que me acompañaron hasta mi casa, pero bueno. Ahora tengo papitas y gomitas de ositos.
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Hii. Aviso que el pov's del narrador omnisciente fue solo una mínima introducción, el fic no está 100% basado en la serie.
