pov's Jazmin:
Me levanté, y muy bien.
Con ganas de tener un día productivo junto a los chicos, ya se me está haciendo muy rutinario esto de ir a la escuela y pasar el resto del día con estos dos... No quiero acostumbrarme, pero no quiero apartarlos tampoco.
Desayuné lo primero que vi en la heladera, un yogurt de vainilla y fui a dar vueltas por el barrio, más específicamente, a buscar la casa de Carlos.
¿Donde queda?.
No tengo la menor idea, la única vez que fui era de noche y no veía nada, pero bueno...
Y la de Danilo menos, además, ni en pedo lo voy a buscar primera, arreglamos todo, pero es obvio que a él le sigue molestando algo.
Caminé.
Caminé.
Y Caminé.
¿Donde miércoles vive este pibe?... nunca me paré a preguntarle, ahora que lo quiero ir a buscar, no se donde choclo vive.
Ya me recorrí casi todo el barrio y no sé. ¿O si sé?.
Me apresuré a llegar a donde ellos juegan a la pelota, y ahí estaba. Carlos sentado en el pasto, y Danilo dando vueltas por ahí.
Me acerqué a ellos y los saludé.
— Hola — Me senté al lado de Carlos y miré a Danilo.
Ninguno respondió.
Esperé unos segundos, para ver si se dignaban a decirme algo, o no sé.
— ¿Qué pasa? — Pregunté insegura. ¿Hice algo malo?. Bueno si... o no tanto, pero ya arreglamos eso...
Se quedaron callados, ninguno dijo ni una palabra. Los miré raro,¿que pasa que no me están contando?.
— Ya sabemos — Habló de repente Carlos, sin dirigirme la mirada.
— ¿Ya saben qué? — Pregunté, no tan satisfecha de las respuestas que estaba recibiendo por parte de Carlos.
— Qué te vas a ir, Jazmin. Ya sabemos. No vas a volver, te regresas al barrio de tinchos y nosotros acá como negros — Danilo me miró mal, con los brazos cruzados.
Me quedé callada unos segundos.
— Ah, si — Carraspeé y procedí a explicarles bien antes de que la situación tome cualquier rumbo medio turbio — Quiero... bueno, quiero aprovechar estas tres, o casi dos semanas que me quedan acá
— ¿2 SEMANAS? — Danilo tiró la bicicleta y me miró indignado.
— Si... apenas empiecen más vacaciones me sacan de acá — Carlo me abrazó.
— Te voy a extrañar, aunque no pasamos tanto tiempo juntos, lo disfruté — Me reí, pero en ningún momento le devolví el abrazo.
— Para salame, todavía nos quedan dos semanas — Danilo se rió y le agarró del hombro, rompiendo el abrazo.
— Claroooo — Le di la razón al urugayo — Ahora hay que aprovechar los días que me quedan al 100.
Les sonreí mientras los observaba. Vi como estos dos intercambiaron miradas y puse una cara confusa.
— ¿Qué? — Pregunté sin entender.
Carlos y Danilo se rieron cómplices.
— ¡La re concha Danilo hijo de mil...! — Grité mirando hacia atrás. Corríamos los dos a la misma dirección, mientras que un pitbul nos seguía. — ¡Dijiste que no mordía!
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𝐍𝐄𝐍𝐀 | ᵈᵃⁿⁱˡᵒ ˢᵃⁿᶜʰᵉᶻ
Romance- Andá, si vos te re crees por venir de un barrio privado, chetita