Pov's Danilo:
Siento cosas, muy fuertes, pero malas para mi.
Jazmin se va en 12 días, y yo siento la necesidad de decirle todo, todo lo que me hace sentir cuando discutimos (ahre masoquista), que me encanta hacerla enojar para que después ella sea la que me termine pidiendo perdón. Que cada vez que escucho su risa me enamoro mucho más de ella, escucharla hablar y verla en sus momentos más vulnerables, aunque tampoco fueron tantos los que vivimos, pero me son suficiente para sentir que la conozco de toda la vida.
Sentir que mi corazón es rayo maqueen cuando la veo.
Pero no se lo voy a decir, ¿para qué?. Para que después se vaya y no la vuelva a ver nunca más, na, deja. Prefiero quedarme con la duda de si ella siente lo mismo que yo.
— Le tenes que decir — Y ahí Carlos.
— Nah, además es una etapa, después seguro me deja de gustar y me agarro a otra wachita.
— Haceme caso, que seguro los dos se mueren por decir lo que sienten. Si le decis, lo más probable es que ella haga lo posible para quedarse, o vos por ir a visitarla... ¿entendes, no?.
— No — Me hago el duro, pero soy una masita.
— Deja de hacerte acá queres, se te re nota — me dio un codazo y sonreí.
¿Y si tiene razón?.
Igual no, no, no.
Pero a Carlos no le conté todo, tampoco me quiero mostrar tan sentimental. Se lo resumí un poquito bastante.
"Me gusta Jazmin, quiero hacerle saber al mundo que ella está hecha para mí, y que vive las 24 horas del día en mi cabeza."
Bueeeno... es para no quedar tan bobito frente a Carlos, es mi mejor amigo, pero si le digo lo que en verdad dice mi corazón, se ríe de mi, estoy seguro de eso. Lo conozco como si fuera mi hijo.
...
— Bueno, le compré unos bombones con la plata que me dio el cochi, y también un este peluche mira — Lo saqué torpemente de la bolsa, y se lo mostré a Carlos.
— Bueno... bien creo — Se puso una mano en la boca, y le pegué con desgana.
— Bue deja, no le doy nada.
Su risa divertida desapareció.
— No, dale, ahora se lo das. — Carraspeó serio, y ahora yo me rei de él.
Caminamos hasta la cancha donde siempre nos encontramos los tres, y ahí estaba, con el pelo atado en una trenza de costado, como siempre, su perfil que me mata... se ve hermosa en todas las perspectivas.
Y ahí al lado suyo, otro banana.
— ¿Quien e' ese? — Pregunté molesto, pero era la inseguridad la que me puso así, a la defensiva.
— Fernando, ¿no te acordas? — Lo vi sonreír a la dirección donde se encontraban charlando estos dos.
— No.
No esperé a que ellos se acercaran, me fui, caminando apurado. Ella había dicho que ese le gustaba... Pero yo que sabía si lo decía jodiendo o en serio. Un tonto soy. ¿Cómo se me pudo cruzar la más mínima idea de nosotros dos juntos?. Ella no me quiere, y ojalá yo tampoco.
Ojalá que ella sienta lo que yo siento cuando la vi con ese. Y no por forro, o si, no sé. El problema soy yo, que sueño con más de lo que tengo, y no es así. No puedo tener todo, por más que lo deseé como un... iluso. Porque otra palabra no me describe, un tonto ilusionado por una chica que no merezco. Mis estándares son muy altos.
Me fui hasta mi casa, ni si quiera sé si puedo llamarla así. Mi casa es estar con mis amigos, es olvidarme de todo lo malo, de esos pensamientos que me destruyen y consumen la cabeza. Mi casa son Carlos y Jazmin, ellos me mantienen, Carlos mi mano derecha, y Jazmin mi corazón. Ella me tiene mal, muy mal, y tengo miedo, me puede matar de amor, si así lo desea. Si ella quiere herirme, lo va a hacer, aunque sea inconsciente. Por eso es que me tiene mal, y odio eso.
Y si, asi me tiene ella, como un perro faldero.
Y la odio, la odio por eso.
Por ser la única que amo, la única que me puede matar, y ella no es consciente de eso. No sabe que mi corazón está en sus manos.
ESTÁS LEYENDO
𝐍𝐄𝐍𝐀 | ᵈᵃⁿⁱˡᵒ ˢᵃⁿᶜʰᵉᶻ
Romance- Andá, si vos te re crees por venir de un barrio privado, chetita