— Apenas empiecen las vacaciones, te saco de esta mugre en la que te dejó tu madre, andá sabiendo, Jazmin. — Y sin más, me dejó ahí, con un nudo en la garganta y el corazón acelerado, del miedo.
Es mi papá y todo lo que quieras, pero... ¿obligarme?, no sé, no me pareció lo mejor que pudo haber hecho en la situación.
En lo que restó de ese dia, me la pasé durmiendo. Al otro día también, encerrada en mi pieza, falté al colegio y salía únicamente a comer y al baño, porque ni siquiera hablaba con mi abuela.
Después... me di cuenta que no tenía otra opción, tengo que aprovechar estas 3 semanas que me quedan acá en el barrio. Al otro día si fui a la escuela, pero... cambié de parecer.
Mejor me alejo de Carlos y Danilo. Porque si me tomo el tiempo de conocerlos y reforzar la amistad, cuando me vaya... Voy a sentir un dolor horrible, mi apego ansioso y confianza no ayudan en esto.
...
— ¡Jaz!
Apuré el paso, con la mirada en el suelo y los brazos cruzados.
— ¡Dale nena, ya se que me escuchaste! — Maldigo la vez en la que le dije que me molestaba el apodo "Nena".
Dios... es imposible, todo lo que me comprometí en cumplir, eso de ignorarlos y no hablarlos, lo de no pasar tiempo con ellos y acostumbrarme a su rutina, me costaba, escuchar sus voces me hacia cuestionarme el porqué fui capaz de si quiera pensar en alejarme de ellos, no podía, no puedo, no aún.
Frené el paso y giré a mirarlos, Carlos sonreía aliviado y Danilo lucia molesto.
— Jaz, Hola. ¿Nos estabas ignorando? — Carlos me dio un beso en la mejilla, me encanta porque... se siente cálido estar cerca de él.
— Eh, no — Solté una risa media... confusa y bufé — Bueno si... pero prefiero no entrar en detalles ¿ok?
Esperé a que Danilo me saludara o algo, pero no parecía muy dispuesto a hablarme o acercarse a mi.
— Hola, ¿no? — Ladeé la cabeza, aunque prácticamente el chabon me saca 3 cabezas.
— Si hacete la boluda vos —Me señaló, y tanto yo como Carlos, lo miramos confusos.
— ¿Y a este que le pasa?. Se le chifló el moño — Miré a Carlos con el ceño fruncido y una sonrisa divertida, este se rió y negó con la cabeza.
Danilo simplemente nos ignoró, y yo como toda persona que le genera inseguridad no estar en contacto físico o hablando constantemente... Le apliqué la ley del hielo, o bueno, intenté. Me la pasé hablando con Carlos y viendo como Danilo también hablaba con Carlos, nos ignorabamos mutuamente.
— Bue dale, ¿hasta cuando?. Ya es incomoda esta situación, me voy y ustedes hagan lo que se les cante, me tienen cansado — Carlos nos miró mal y se alejó de nosotros.
— ¡Culpa tuya
— ¡Tu culpa!
Los dos gritamos al mismo tiempo.
— ¡La tuya! — Apresuré el pasó sin ganas de aguantarlo.
— ¿Mia?. Vos me estas ignorando desde hoy — Me alcanzó y caminó a mi lado, manteniendo la mirada fija en el frente.
— ¿Que yo te estoy ignorando?. Nah — Reí — Sos un cara dura terrible
— Y si, hoy te estábamos llamando como dos bólidos y vos ahí en una nube de pedos — Había un poco de reclamo en su voz.
— Tengo todo el derecho a fingir demencia, ni que fuéramos amigos de toda la vida, nos conocemos hace una semana, genio — Le Pegué ligeramente con mi índice su cien.
— Ah bue, discúlpame míster cheta. Por venir de no se donde te re crees, Bájate del pony nena
— Para para, negro de cuarta. Bajame un cambio y ubícate en la palmera, primero a mi no me digas ni nena ni cheta — Me puse delante de él para frenarle el paso, molesta de que el insinue cosas que no son. — Segundo, yo no me creo nada, si vengo de una familia con plata es problema mio, y si yo estoy acá no es para hacerme ver, salame, es por decisión propia, deja de decirme cheta si no me conoces — Le cerré el ocote, pero BIEN cerrado. El no conce ni la cuarta parte de lo que soy yo.
Tengo cara de discapacitada, si, pero que no venga hacerse el poronga conmigo, porque si no soy muda, es porque nací para decir lo que pienso y se, por algo tengo la cabeza, y no justamente de adorno.
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¿Qué hice?.
No sé.
Probablemente estropear la única amistad no tan amistad que conseguí en este barrio.
Después de nuestra pequeña discusión con Danilo, se fue, me quedé yo sola y hace 4 días que no lo veo, a Carlos si, pero apenas nos saludamos. De verdad que boba, ¿por qué siempre tengo que ser tan brusca cuando digo las cosas?.
Hubiera podido ser más... amable al decirle todo eso, pero bueno, lo hecho, hecho está.
A llorar a la lloraría, o mejor dicho a llorarle a Danilo, a ponerme de rodillas a él y rogarle una disculpa, mi dependencia emocional no me estaría siendo muy útil para mantener el orgullo que digamos eh...
