Ascensor Roto, traqueteo atrevido

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-Este es el piso número 12 de la empresa, aquí está la cafetería. Pero señorito Jimin, este lugar ya lo conoces. ¿Por qué la necesidad de un recorrido?- Habló Puppy, el asistente de Jungkook, con quien el total de seis personas se había encontrado antes y lo habían prácticamente obligado a hacer un recorrido por toda la empresa al pelirrosa.

La cafetería de la empresa estaba vacía, puesto que los empleados ya habían desayunado. Jimin se acercó a una de las muchas mesas vacías del lugar y recorrió suavemente el mantel blanco.

-Solo es para recordar viejos tiempos-, dijo Jimin con un tono coqueto y miró descaradamente a Jungkook, quien se mantenía serio aún, pero se podía notar cómo sus orejas se le coloreaban de rojo, símbolo de que estaba avergonzado. Y ¿cómo no estarlo?, si Jimin estaba jugando con su cordura. La mesa con la que jugaba tan abiertamente el pelirrosa en este momento era uno de los viejos y excitantes recuerdos que tenían.

Cuando la empresa de Jungkook estaba en sus primeros años y se añadió este piso para la cafetería, Jimin había venido a ver la inauguración del lugar. En esos tiempos, la pareja era muy fogosa y al quedarse solos en el piso, una cosa llevó a la otra.

Labios tocándose, lenguas jugando y dientes chocando junto con sonidos nada decorosos resonaron aquella tarde dentro de ese piso. Él, Jungkook, había tomado salvajemente a su esposo sobre una de las mesas del lugar, los manteles blancos terminaron arrugados y manchados de sudor y otros fluidos. La silla terminó con condones usados y unos cuantos más sin uso, y la caída del sol fue testigo del apasionante momento que pasó junto al pelirrosa. Todavía recuerda cuando Jimin terminó saliendo cojo de la empresa por las 5 rondas de sexo que tuvieron ahí, y después en casa se lo folló dos veces más mientras se bañaban. Jungkook sentía hervir su sangre en este preciso momento, Jimin lo miraba descaradamente y su cabeza se empeñaba en revivir cada segundo de esa tarde con Jimin sin ropa, jadeante, con los ojos en blanco, sudando y llorando de placer. Perfecto, ahora tenía un problema entre sus pantalones. La parte positiva es que el traje que llevaba escondía bien el bulto, sin embargo, su cordura se estaba desvaneciendo.

Por su lado, Anna notó que Jimin miraba fijamente a Jungkook y el pelinegro tampoco hacía mucho esfuerzo por apartar la mirada del pelirrosa. Pasó unos minutos y nadie hablaba, todos a su alrededor parecían notar la intensidad del ambiente entre Jungkook y Jimin, ambos mirándose fijamente, Jimin con una sonrisa en sus labios, y Jungkook serio pero igual de concentrado en Jimin. Anna se sintió extraña, viendo esta escena entre la expareja, una sensación que no le gustó. Estaba incómoda, estaba triste, ¿estaba, acaso, asustada? No, imposible, estaba segura del amor de Jungkook, debía confiar y no dejar que las palabras de la señora Wang la hagan dudar.

-Bueno, será mejor que nos vayamos ya-, habló Anna, interrumpiendo el momento de intensidad.

-Sí, es mejor bajar ya, tenemos trabajo que hacer y... no es bueno distraerse por 'cualquier cosa'-, habló Elisa ayudando a su amiga y de paso metiendo cizaña. Jimin solo sonrió, al parecer será divertido poner en su lugar a esas tres mujeres, las amiguitas de Anna eran unas envidiosas y Jimin no se dejaría intimidar tan fácilmente.

-Bajemos ya-, habló autoritario Jungkook y todos obedecieron, Jimin solo sonrió con gracia y obedeció. Después de todo, no le convenía quedarse atrás, si no, no obedecería a Jungkook por ningún motivo.

Las siete personas: Anna y sus dos amigas, Jungkook, Jimin, Puppy y Ronald, se dirigieron hacia un elevador.

-No creo que sea buena idea bajar todos de una vez, señor Jungkook, si bajamos hasta el piso uno sería un problema porque el ascensor podría averiarse por el peso-, dijo Puppy

-Si quieren bajen los cinco primero, yo y Ronald iremos después-, dijo Jimin.

-No, bajaremos todos, no hay tiempo para perderlo aquí, tenemos que trabajar-, dijo Jungkook, no se arriesgaría a dejar a Jimin con otro hombre a solas en este lugar.

una apasionada venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora