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Luffy entró en la cafetería como el campeón que era, junto con una de las muchas chicas que ya conocía tan bien; caminó hasta una mesa algo alejada y se dejó caer en la silla con la chica sobre su regazo, su mano convenientemente bajo su falda

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Luffy entró en la cafetería como el campeón que era, junto con una de las muchas chicas que ya conocía tan bien; caminó hasta una mesa algo alejada y se dejó caer en la silla con la chica sobre su regazo, su mano convenientemente bajo su falda.

Sus ojos cruzaron la cafetería hasta llegar donde la peliblanca lo observaba divertida y la Presidenta... Bueno, ella lo ignoraba como si su presencia fuese totalmente inexistente.

Chasqueó su lengua al verse ignorado por aquella tonta que merecía también ser ignorada. No importaba que la pelinaranja ahora se estuviera atragantando con comida, se preocuparía de la chica cuyo nombre...

Bueno, daba igual, le daría toda su atención a ella, porque al menos la desconocida valoraba su esfuerzo por intentar recordar su nombre...

—Vamos, quiero coger.

—Pero Luffy... Dijiste que comeríamos juntos como una pareja... —Chasqueó la lengua.

—Wendy, claramente yo no soy lo que necesitas.

—No me llamo Wendy...

Rodó los ojos al ver que la chica no seguía su juego. —Pero yo sí Peter Pan, no necesito una novia, quiero ser un niño siempre y sólo ir a follar.

—Eres un cerdo.

Luffy abrió su boca ampliamente... Su mandíbula pareció desencajarse y sus ojos se abrieron tanto que cualquiera dudaría de su herencia oriental.

¿Cómo se atrevía esta simple mortal a usar las palabras sagradas de su Presidenta?

¿Cómo podía hablarle de la forma en que sólo su pelinaranja irritante tenía derecho?

Se levantó de golpe, tirando a la chica al suelo y llamando la atención de todos los cercanos; caminó molesto fuera de la cafetería, escuchando los gritos de protesta de la odiosa chica que ahora estaba en el suelo, bufó irritado... Gritaba más que la blonda protagonista de Scream Queens y estaba realmente molesto por la falta de respeto de aquella chica que había osado en blasfemar con la palabra de Nami, era imperdonable.

Nadie tenía derecho a usar sus palabras...

Nadie podía siquiera acercarse a lo que ella decía...

Nami levantó la vista al escuchar los gritos de la linda chica, que minutos atrás, estaba en plan "pareja feliz" con el idiota infiel... O sea, con Luffy. Frunció el ceño al verlo salir sin siquiera dirigirle una mirada, se estaba tomando demasiado en serio lo del vete a la mierda y eso en cierto modo comenzaba a irritarla más que la voz de Goku en japonés.

Carrot frunció el ceño, molesta al escuchar cómo la chica seguía histérica por lo que fuera hubiese sucedido. —Ay, tan loca... No tiene que gritarle cosas tan feas a Luffy-kun.

—Bueno... Se lo merece.

—¿Por qué?

—Porque... Al menos así sabe que lo que hace está mal.

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