OO2O.

642 54 47
                                    

Nami salió de la cocina con dos tazas de café, pero se quedó totalmente en blanco cuando vio a Luffy asaltando el bar que su padre tenía para "ocasiones especiales"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nami salió de la cocina con dos tazas de café, pero se quedó totalmente en blanco cuando vio a Luffy asaltando el bar que su padre tenía para "ocasiones especiales".

— ¡Suelta esa botella, Monkey D. Luffy!

Dejó las tazas sobre la mesa y le arrebató la botella de vodka que sostenía, antes de que pudiera seguir bebiendo, absorbiendo más agua que Bob Esponja.

— ¡Qué pasa contigo!

Quiso gritar... Bueno, sí gritó. Pero quiso golpearlo. Llevaba media hora en su casa y ya se sentía al borde de una crisis nerviosa. Luffy volvió a reír como si ver a Nami sosteniendo las dos estúpidas tazas de café fuera una escena digna de Sket Dance, ni Bossun era tan divertido como la pelinaranja frente a él.

—Vamos, Presidenta, eres más divertida cuando te comportas como una persona normal.

—¡Siempre soy normal!

—Seguro...

Luffy se acercó a Nami, tomando la taza de café y bebiéndolo de golpe, haciendo una mueca por la falta de azúcar. Nami lo miraba con el ceño fruncido como una pequeña gremlin adorable.

—Deja de mirarme.

—No puedo, tu horrenda cara es como un imán.

—Tonto.

Luffy suspiró y caminó hasta la escalera, dejando a Nami más confusa que haber visto Lost.

—¿D-Dónde vas?

—A dormir, tu cara de responsable me cansa... Puedes usar el sofá o irte, me da lo mismo —dijo con poco interés en quedarse allí discutiendo.

Monkey D. Luffy, el Dios sexy y bipolar, había dejado nuevamente a Nami a su suerte; y eso estaba bien para la pelinaranja, no le importaba... Daba lo mismo que las actitudes de Luffy la dejasen pensando más que ver teorías en youtube sobre ese shipp famosillo super canon y quién sab... Oh, Luffy... Sí, él era una persona complicada...

—Idiota bruto animal... Al menos debiste pasarme una manta si ibas a dejarme aquí...

Luffy se levantó exactamente a las... Mentira, no tenía puta idea qué hora era, pero estaba oscuro y tenía frío. Suspiró al pensar en Nami; no había sentido la puerta así que seguramente debía seguir abajo más helada que Subzero.

Frunció el ceño al pensar en eso, no quería que su Presidenta muriera de hipotermia...

Tomó una manta, dispuesto a hacer la buena acción del día y bajó hasta ella; quiso morir de ternura, más incluso que ver un reno vestido de doctor, al ver a Nami acurrucada en el sofá, abrazándose a sí misma y sufriendo la ola polar que estaba instalada en su casa.

Se acuclilló a su lado y su mano recorrió su mejilla con suavidad.

—Mierda...

Se sintió culpable al sentir que Nami estaba más fría que Olaf y abandonó la idea de la pobre manta; pasando sus brazos por bajo el cuerpo de la pelinaranja y tomándola muy película Strong World para llevarla al cuarto y entregarle un lugar cálido y cómodo donde pudiera descansar.

Baby Boy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora