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Yoongi había salido de su cuarto aquella calurosa mañana, por lo que se decidió dar un descanso bajo la pérgola de uno de los jardines, el omega caminaba con tranquilidad y tras él sus servidores, en eso se detuvo al ver a lo lejos a la segunda concubina que jugaba con su pequeño de dos años, quien trataba de correr lo más que podía como sus pequeños pies se lo permitían, puso su mano sobre el vientre de forma inconsciente, recordando la pérdida de sus embarazos, pasó saliva con dificultad y siguió caminando erguido. Aquella mujer al verlo, se detuvo y tomó a su pequeño, para hacer una reverencia de respeto.

—Saludo al príncipe consorte, deseando un buen dia a su alteza—ella notó el rostro gélido sin sonrisa de Min Yoongi, se fijó que el omega había puesto su mirada sobre su hijo, por lo que la concubina, tomó a su pequeño y lo puso adelante para presentarle, le dio una sonrisa al rubio—, es el primer hijo de su alteza, su nombre es Hansol Vernon Chwe—habló un tanto nerviosa, sabía que tener la aprobación de la pareja principal de su alteza, y su pareja Kim Taehyung, era importante.

Ella era una concubina, si el señor de la casa tomaba la decisión de adoptar a su hijo, el futuro del pequeño estaría asegurado, protegido y amado. Pasó con saliva su dificultad al notar que el rostro del esposo principal no mostraba ningún gesto.

—Se ve que es un niño sano ¿Tiene alguna enfermedad?

—No, es un niño sano, como puede verlo es juguetón y es inteligente.

Yoongi solo afirmó, notando la temblorosa mano de la concubina, ella le sonrió, esperando algo más.

—¿Ya empezó sus estudios?

—Aún es muy pronto; pero la nodriza le ayuda con el lenguaje—la concubina notó la vestimentas un poco desgastadas del Consorte principal—. Mi señor, hace una semana que ingresó a este pequeño palacio, tal vez, cuando tenga tiempo puede pasar a tomar el té con Jennie y conmigo, siempre antes del atardecer nos reunimos, algunas veces bordamos.

—Gracias por la invitación, lo tomaré en cuenta—quitó la mirada del niño y sin decir más, solo hizo un leve cebeceo.

Han SoHee hizo una reverencia, despidiendo al príncipe consorte y contempló a su hijo, para acomodar un poco mejor sus cabellos, con sumo pesar.



Cuando era más tarde, la segunda concubina ingresó al cuarto de la primera, ambas al verse se saludaron con respeto, mientras las doncellas de aquel cuarto, preparaban los postres y el té de la tarde. Han SoHee se sentó y miró a su alrededor, tomando una galleta de arroz, un tanto pensativa. Kim Jennie, la primera escogida como amante del General, notó aquel rostro de preocupación.

—¿Sucede algo? no estás muy animada hoy.

—Hoy el Príncipe consorte conoció a mi hijo—su amiga afirmó esperando que ella siguiera contando—, el rostro del joven señor, seguía serio sin ningún gesto, es como ver un gran muro que no puedes traspasar, no sabes que piensa o como debes actuar frente a él para no dar ningún paso en falso, se mostró tranquilo y se fue.

—¿Lo invitaste a los té de la tarde como te dije? no se te habrá olvidado—le miró de forma juzgona.

—Se lo comenté, dijo que lo pensaría...estaba pensando que podríamos darle de regalo una tela para que pueda hacer algún traje, los que tiene se le ven desgastado. No son ni siquiera hechos de tela.

—Si, es un pesar que vista así, me enteré de unos rumores sobre su familia. Su madrastra, la esposa del primer ministro, no solía tratarlo bien, ya que es un hijo bastardo, además de eso tenía mucha preferencias con los hijos, por lo que solía comprarle trajes ya hechos de baja calidad, de los que usan los sirvientes. Respecto a tu hijo, ten paciencia, recién es un esposo y ha ingresado al palacio, debe acostumbrarse y que vea que no somos un peligro para él.

Sukha||Taegi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora