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Min Yoongi alzó su rostro, contemplando a la Concubina Seo caminando bien campante entre los jardines, dando su pequeño paseo en aquella tarde, siendo seguida de las otras tres concubinas de rango inferior, quienes al encontrarse con el Consorte, solo hicieron una leve reverencia, pasando de largo solo por mero respeto y no volver a tener problemas con el esposo del General. Yoongi no pudo evitar enarcar una ceja al concentrar su mirada en el vientre de esa mujer, notando el ya muy notorio embarazo de siete meses. Si él no hubiera tenido aquel accidente, apretó molesto su mano, al recordar el empujón que la señora Taehee le ofreció...hubiera tenido un bebé también.

—Mirela, mi señor, no tiene un poco de humildad—susurró Hani de mal humor viendo a esa concubina—, camina con el rostro lleno de orgullo, tuvo suerte de quedar embarazada la primera vez que su alteza la favoreció.

—Supongo que su alteza, debió estar en su época más fértil cuando favoreció a esa mujer o no encuentro otra explicación del porque con las primeras dos concubinas se tardó mucho en darle un hijo—se mantuvo pensativo, su ceño se frunció—¿Hay un día en especial que los alfas son más fértiles además del celo?

—No lo sé, no soy doctor—respondió Hani haciendo una mueca—, supongo que el joven Kim Seokjin sabrá al respecto.

—Ahora que lo pienso, no lo he visto en estos días,.

—Bueno, es un hombre misterioso y libre, aparece y desaparece. En el palacio imperial se rumoraba que aparecía como un fantasma.

—Estoy cansado de estos días de invierno, me gustaría que hubieran buenas noticias—musitó Yoongi que estaba cosiendo un traje que le regalaría a Taehyung para su regreso—,han pasado tres meses desde que partió a la guerra, el tiempo se siente largo y el invierno como la muerte—el omega acomodó su mano sobre su mejilla, soltando un suspiro cargado de pesadumbre—, debe ser así.

Logró escuchar unos pasos que se le acercaban, alzó el rostro, viendo a las tres concubinas que se encontraban bajo su protección, ellas ofrecieron una sonrisa, haciendo rápido una reverencia hacia él.

—Saludamos con respeto al Consorte Noble, deseando bendiciones.

Dijeron en unísono.

—Bienvenidas, aún el frío es soportable y la nieve no cae fuerte, por eso decidí salir un poco, no olviden abrigarse bien, deben cuidar su salud.

—Consorte Noble—intervino Ji Eun que se hizo espacio entre las otras dos—¿Qué hace afuera? debería estar adentro, resguardado, este invierno es uno de los más fríos, se preocupa por nosotros, pero de usted no. Esas palabras debería decircelas a usted mismo, frunció el ceño para meter sus manos en su calentador de manos.

—Solo salí un rato, me aburro estar encerrado en mi palacio—miró a su alrededor—debería regresar.

—Íbamos a ir a visitarlo cuando lo vimos por acá—agregó Yoona ofreciendo una sonrisa.

—Son muy amables, hacen que mi vida sea más amena.

—Escuché que la primera señora está enferma estos días y no ha podido salir de su palacio, íbamos a pasar a saludarla como respeto; pero no nos permitieron entrar, de todos modos, no es como si fueramos sus favoritas.

—Ya es una mujer mayor, no pueden culparla de que enferme en esa edad—agregó Yoongi ofreciendo una cálida sonrisa...¿Qué les parece si vamos a mi palacio?

Ellas se contemplaron y afirmaron con una gran sonrisa, empezando a seguir al Consorte Noble, conversando sobre los temas que estaban de moda en esos días.


Estando en el palacio y les habían preparado galletas y leche caliente, las jóvenes conversaban con más tranquilidad y divertidas, Yoongi bajó su mirada, contemplando aquel postre, a él no le gustaban mucho las cosas dulces, pero sabía que aquellas concubinas amaban el azúcar, por lo tanto, no se negaba a ofrecerles una que otra galleta.

Sukha||Taegi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora