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Un mes podía pasar rápido; pero para Min Yoongi, fue eterno y lento. Por lo que le había tocado mantenerse en cama, si no fuera por el pequeño príncipe, su vida habría sido aburrida en su propio palacio, el niño llegaba a visitarlo y contarle como eran sus clases con los profesores a su cuidado.

—Mi señor—ingresó Hani con una bandeja de galletas—, las concubinas estan esperando afuera para su visita ¿Las dejo entrar?

—Si, que ingresen—ordenó Yoongi para seguir haciendo unos guantes para el pequeño príncipe, pronto el invierno llegaría y los días se hacían más fríos. Notó a las cuatro amantes que ingresaron e hicieron una reverencia. Las doncellas acomodaron unas sillas dos a cada lado para que pudieran dejar espacio a la puerta de entrada—¿Por qué tienen esas caras largas?

—Su alteza, el General, no ha aceptado a ninguna concubina en estas semanas, mi señor. Escuché que solo viene en las noches a dormir y se va temprano al palacio imperial para seguir su trabajo.

—¿No aceptó a ninguna de ustedes?—inquirió con sorpresa al escuchar aquella noticia.

—En mi primera noche, su alteza me regresó—musitó Wheein con suma pena—, no se, tal vez es porque me vió muy nerviosa hace dos noches que usted me mandó; pero me ordenó que me regresara.

Yoongi frunció el ceño, pensativo.

—¿Qué hay de las concubinas bajo la protección de la primera señora?

—Ellas ya fueron favorecidas—musitó Ji Eun contemplando a sus otras dos compañeras con suma lastima al verlas decaídas—, por eso no están preocupadas.

—Nos miran de menos—susurró Wheein muy decaida—, incluso cuando pasamos a su lado, ellas se burlan de nosotras.

—Haré algo al respecto—comentó Yoongi con tono calmado, notando que aquellas cuatro mujeres se veían demasiado decaídas.

—Consorte, usted es quien ha sufrido y hemos venido nosotras a quejarnos, debemos ser una carga—musitó Jennie un poco nerviosas de decir aquellas palabras.

—No puedo quedarme toda la vida quejándome de mi situación—afirmó y se levantó de la cama, caminando en dirección de un espejo—, además, mi cuerpo es débil y sabía que podía suceder algo así. Pero tengo a un hijo, al pequeño príncipe, él alegra mis días y el dolor en mi corazón disminuye.

Ellas le ofrecieron una sonrisa, algo decaídas y empezaron a conversar sobre otras cosas no tan importantes, como rumores que recién había escuchado de la corte entre otros asuntos.


Cuando era más tarde, Yoongi caminaba entre los jardines de aquel palacio, el médico le había recomendado que saliera a dar un pequeño paseo, asi despejaba su mente y además, tomaba un poco de sol, que consideraba bueno para la salud, en aquella mañana, aún el solo no estaba en su punto mas alto, por lo que era la hora perfecta. Su doncella y ayudantes lo seguían, notando un peso sobre sus hombros.

—¿Papi?—llamó el pequeño príncipe que lo sacó de sus pensamientos y lo estaba acompañando. Yoongi reaccionó y bajó su mirada, contemplando al pequeño que le ofreció una gran sonrisa cargada de inocencia.

Yoongi pasó sus manos por el rostro del cachorro, acariciando con cuidado.

—Lo siento, estaba pensando en algo más ¿Qué me decías?

—Ayer papá vino a visitalme, pe'me dijo que no hiciela luido...shhh—comentó con suma tranquilidad—, mash talde fue a visitalte.

—¿Su alteza fue a visitarme?—el niño afirmó con suma tranquilidad.

Sukha||Taegi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora