One Shots Slytherin Boys

23. Regulus Black

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Estudiabas el último año en Hogwarts, aún no podías creer que salías con el mismísimo Regulus Black, lo habías conocido desde el primer año, pero su relación se había dado al principios del quinto año.
Para celebrar que el último año había llegado Theodore había planeado una fiesta que se celebraría esta noche.

La noche había llegado, todos estaban en la sala donde se llevaría acabo la fiesta.

Regulus estaba esperando afuera de tu habitación, vestía un  traje negro.
Tú habías optado por ponerte un vestido negro corto y ajustado.
Saliste de tu habitación y caminaste hacia él, en cuanto llegaste él te examinó por un momento.

—¿Estás segura de que quieres usar eso?—Preguntó muestra te observaba de pies a cabeza.

—¿Por qué?— estabas confundida.— ¿Acaso se me ve mal?—

—Muestra demasiada piel y es demasiado revelador. Deberías haber usado uno de los vestidos que te regalé...— se acercó hasta a ti.—No es apropiado. No quieres que otros chicos te miren... ¿no es así?—

Te reíste ante su comentario, sabías que Regulus era muy celoso, no te molestaba, se te hacía un poco lindo de su parte, nunca había sido grosero contigo.

—Sabes que el único que me importa eres tú— te acercas a él.

Frunció su ceño levemente cuando te acercaste pero no dijo nada. Te rodeó con sus brazos.

—Eso podría ser cierto, aún así no deberías usar estas cosas... otros chicos podrían mirarte fijamente y tener ideas— habló sonando posesivo.

Llevas tus brazos al rededor de su cuello.

—Bueno eso no importa, tengo un novio que sabe defenderme, ¿no es así?.— Besas su mandíbula.

Gruñe lentamente en respuesta y toma tu rostro entre sus manos, sus dedos acarician tus mejillas.
Luego tomó tu barbilla entre sus dedos pulgar e índice, haciéndote mirarlo a los ojos.

—No me preocupa que te lastimen... Me preocupa que les des ideas equivocadas a otros chicos... No quiero que la gente piense que tienen una oportunidad contigo...— habla con un tono gélido.

Suspira rendida.
—¡Bien!. Tu ganas.— te separas de él.— Iré a cambiarme.—

Levantó una ceja y sonrió con frialdad, mirándote alejarte, sus ojos recorriendo tu cuerpo de arriba a abajo. Antes de que regresaras a tu habitación llamo tu atención.

—¿Qué pasa?—

—¿Qué usarás?—

Reíste ante su pregunta.

—Porque mejor no vienes para ayudarme a elegir que ponerme, y así me ayudas a quitar este.— sonreíste inocentemente.—Vamos.— lo tomaste de la mano.

Él rió suavemente y te dejó tomar su mano, te siguió con la mirada mientras entrabas a tu dormitorio. Estaba vacío. Sus ojos recorrían tu cuerpo de arriba abajo.

—Realmente quieres que te ayude a desvestirte... ¿no?— Hablo sin dejar de verte.

Asentiste sin apartar la vista.

Una sonrisa apareció en su rostro mientras caminaba hacia ti, siendo un poco más alto que tú. Su rostro estaba un poco frío pero era obvio que estaba disfrutando esto. Comenzó a desabrochar la cremallera de tu vestido, bajando lentamente hasta tu cintura.
Sus fríos dedos hicieron contacto con tu piel causando un escalofrío. Se detuvo por un momento y se encontró con tus ojos a través del espejo que estaba frente a ustedes, sus manos estaban sobre tu vestido.

—¿Quieres que me detenga?— su voz salió ronca.
No podías articular palabra, negaste.

Él se rió suavemente en respuesta y miró hacia abajo, continuando desabrochándose el vestido. Una vez que llegó a tus muslos se detuvo nuevamente y te preguntó.

—¿Hasta dónde quieres llegar? ¿Quieres que yo llegue más lejos?—

No contestaste, una sonrisa se reflejó en tu rostro.
Él vio la pequeña sonrisa en tu rostro, claramente estabas disfrutando esto, sus ojos se encontraron con los tuyos.
Esta vez viste acero frío en sus ojos, claramente estaba disfrutando esto.

—Tomaré eso como mi señal para continuar—dijo con un tono gélido y comenzó a desabrochar el resto del vestido.

Te quitó el vestido de los hombros y lentamente comenzó a bajarlo, dejando al descubierto tus hombros y luego tu cuello. Luego, sus manos acariciaron suavemente su cuello, trazando la clavícula y la piel. Tu cuello se veía increíble con sus manos sobre ellos.

—¿Esto significa que puedo tocarte más?—

— No lo sé, ¿Puedes?—

Una sonrisa apareció en su rostro cuando dijiste eso... claramente vio un desafío y le gustó. Él estaba disfrutando esto. Bajó más abajo, sus manos todavía acariciando tu cuerpo, observando tu piel mientras bajaba por tu cuello.

—Puedo tocarte, besarte y hacer mucho más de lo que estoy haciendo ahora... si tengo tu permiso— Habló suavemente y su voz era ronca.

Reíste ante su comentario.

—¿Desde cuando pides permiso Black?—

—Tienes razón.—

De una te quito el vestido y continuaron en lo suyo, después de todo al final no llegaron a la fiesta a la que tenían planeado ir.

Espero que les guste.
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