u n v i s t a z o

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Habían iniciado los tan mencionados, y esperados juegos entre los estudiantes de la academia. Los juegos intercolegiales, es un evento donde varias academias de distintas ciudades o países venían a participar y compartir en distintas áreas, desde el lado académico hasta el lado deportivo.

Los jóvenes de la clase 78 se encontraban en una de las canchas de aquel lugar. Era bastante temprano, por ende cada uno de alguna manera se encontraban soñolientos y soltando uno que otro bozteso en aquel lugar.

El maestro de deportes los había reunido para poder sacar a los mejores de la clase en el área deportivo.

- Antes de comenzar, me gustaría que hicieran grupos de 3 personas. - Dijo el maestro de manera despreocupada mientras esperaba a que cada uno se hiciera un equipo-

El suertudo solo alzo su vista y su cabeza giro a todas partes como si tratara de buscar a alguien, pero mientras lo hacía su ojos chocaron con los de cierta peli azul.

- ¡Naegi!, ¿Ya tienes equipo? - Pregunto la chica muy alegre, su sonrisa se veía brillante de alguna o otra manera. -

- E-Eh, no.

- Bien, pues ya lo tienes. - Tras esa afirmación tomo su muñeca y se lo llevó. -

Mientras todos se organizaban, cada uno haciendo un choque de puños, un apretón de manos o simplemente abrazarse para indicar que estaban en su grupo.

Un chica a lo lejos se encontraban, sentada en una de las gradas mientras al lado de esta, un rubio, cada uno se encontraba leyendo y en sus cosas. Ambos muy concentrados en sus lecturas mientras se escuchaba las voces de cada uno de sus compañeros.

Pero de un momento a otro hubo silencio, o al menos entre sus compañeros al escuchar un fuerte pitido por parte del mayor de todos ellos.

La chica solo alzo su vista del libro, visualizo a cada uno de los equipos confirmados, desde Owada, Ishimaru y Chihiro, hasta Sakura, Asahina y Lumberger.
Su atención se vio en el chico de cabellos castaños el cual se veía algo confundido, o almenos eso era lo que hacía parecer su expresión facial. Su grupo conformado por Maizono y Hagakure.

De un momento a otro el rubio cerró su libro y dirigió su vista hacia la chica sentada a su lado.

- ¿Celosa Kirigiri?

- No tengo la razón para estarlo. Aparte, si fuera así, ¿Por qué te interesaría?

- Es mera curiosidad.

- Ese tipo de cosas se ve que no se te hacen interesantes. Estás planeando algo, ¿O Me equivoco, Togami? - Dijo la chica sin mostrar un poco de interés en aquel tema de conversación, su mirada serena siempre se mantuvo mirando al frente, pero especialmente al motivo de aquel tema de conversación. -

Togami solo rio un poco mientras su vista ahora era dirigida al mismo grupo conformado por el chico de la ahogue.

Desde la perspectiva de Naegi, parecía buscar algo o a alguien pero al escuchar aque pitido se formó en la fila conformada por sus otros dos amigos, su atención llamo su atención al ver lo que parecía estar buscando. La joven detective sentada en las gradas al lado de su otro compañero de porte elegante.
Se vio algo confundido al ver cómo ambos conversaban, por lo general ambos no eran mucho de hablar, mucho menos iniciar un tema de conversación. Por parte de Togami, El incluso intento iniciar conversación con él, pero como era de esperarse, parecía no interesarle.

Pese a que sintió una fría mirada, el chico simplemente desvío su mirar hacia al frente donde se encontraba el maestro explicando, más no dejo de prestar atención a los movimientos de los de atrás.

- No planeo nada. Es solo que me llama la atención ver qué una persona que pasa por desapercibido actúe tan visiblemente.

- Entiendo a lo que quieres llegar, sin embargo, considero que te estás haciendo una idea equivocada. Naegi y yo solo somos amigos.

- Creo que si fuera así no recalcarías tanto ese hecho.. Acaso, ¿Lo dudas?

La joven detective solo nego con su cabeza.

- No tengo la obligación de responder. Al final de cuentas no me importa lo que pienses.

- Tsk- me da igual. Tengo cosas más importantes que atender, cosas que una plebeya como tú no entendería.

-...

La joven solo guardo silencio, no se veía interesada en gastar palabras discutiendo con aquel rubio de algo innecesario.

La joven se levantó y se fue, dejando al rubio de lado, se le veía enojado pero simplemente cruzo sus brazos y tomo su libro para seguir leyendo.
Daba igual si ella no le iba a responder algo.

Mientras todo aquello pasaba, el chico con el rabillo de su ojo vio como la detective se iba del escenario. Esto hizo que el joven solo se sembrara una pregunta.

«¿De que hablarían?»

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