¡ s e r v i c i o de c a r t a s !

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San Valentín, día de los enamorados, un día donde muchos aprovechaban para confesar su amor, y otros para vender sus productos a las audiencias más jóvenes y adultos.

¿Por qué celebrar y ser especial con una persona por ese día, y no, todos los días?
A ver, ella no es una persona que se considere exactamente detallista o cariñosa. Pero, algo de lo cual podía asegurarse era de que si alguien ganaba su confianza le tendría un gran respeto para toda la vida.. o bueno depende.

En conclusión ella no caía en hacer esas compras o actividades relacionadas con aquel día, se le hacía irrelevante o sin mucho interés.

En fin, ella prefería mantenerse lejos de aquello.

Pese a eso algo llamo su atención. Más a ya de las chicas que formaban un gran grupo donde mostraban sus regalos había algo que hizo que sus ojos se desviaran en dirección a una azabache y el joven de cabellos castaños.

Esta última se le veía bastante nerviosa y por más que quisiera ocultarlo parecía fallar en ello.
Era obvio que sentía algo por Naegi, fue algo que dedujo con rapidez la detective. Su sonrojo, su tono de voz más tranquilo y amigable, y su constante sonreír.

Pese a no conocer mucho del tema era lo que tenía más o menos en cuenta.

También el hecho de que le regaló unos chocolates.

Pese a tratar de no darle importancia el rabillo de sus ojos siempre estuvo al pendiente de cada movimiento de esos dos, como dos manchas borrosas de colores.

No se sentía celosa. Después de todo, ¿por qué debería sentirse de ese modo? No tendría sentido. Aparte, ella lo tenía bajo un concepto de un Chico que tiene sus aventuras pero que a primera vista se pasaba por inocente o por desapercibido.

Así que tratando de enfocarse en otra cosa pudo ver al frente suyo un joven rubio de lentes, este mismo sostenía un libro, o más bien una novela que parecía ser de las principales protagónicas por Sherlock Holmes y uno de sus más famosos casos..

No tenía intenciones de hablarle, solo miro un poco las páginas y lo que leía aquel joven de porte elegante.

- Sabes que es de mala educación andar mirando las cosas de los demás, ¿no?

La chica solo guardo silencio mientras que al mismo tiempo el joven detenía su lectura para voltear y que su medio cuerpo quede en dirección de la detective.

- Claro, lo olvide, Los plebeyos como tú no obtienen educación.. - Dijo el chico de manera seca mientras su mirada se fijaba en aquellos ojos violetas serenos-

La chica no respondió, mientras que el silencio se hacía más presente en ambos y se iniciaba una guerra de miradas frías, el chico rubio solo frunció más su seño.

- ¡Bien! Parece que no se puede hablar con gente hoy en día.

- Mira quién lo dice..

- ¿Perdón? ¿Dijiste algo, Plebeya?

La joven solo solto un suspiro pesado, y volvió a posar su mirada en aquellos 2 jóvenes y el resto de sus compañeros, a la par, apoyaba su cabeza en una de sus mano.
Claramente esto hizo que el Gran heredero de los Togamis se enojara y se sintiera totalmente ofendido al ser ignorado por aquella chica totalmente normal e indiferente como todos los demás.

Pero mientras que la detective trataba de ignorar las quejas de aquel rubio, una voz, hizo que pudiera concentrarse totalmente en aquella conversació que tenían las chicas.

-¡Se lo daré al final de clases! Y si tengo suerte le confesaré todo lo que siento! - Dijo emocionada la chica mientras que las otras solo chillaban de emoción-

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