ALEJATE

59 6 2
                                    

Cansancio y mal humor era todo lo que opacaba al ojirrubi mientras observaba el inicio de un nuevo día, pues luego de pasar toda la noche en vela cuidando a aquel príncipe malherido y que en más de una ocasión le haya visto derramar una que otra lágrima acompañado de un murmuró sin mencionar a aquellos ligeros temblores que querían dominar su cuerpo no pudo evitar el gruñir con fiereza mientras trataba de controlar la furia que quería emanar de él, eso y que debia mantener sus emociones a raya por el momento pues los rugidos que su dragón emitía eran tan fuertes que llegó a pensar que derrumbaría la caverna en la cual se encontraban

Debía calmarse o su dragón arrasaría con todo a su paso con tal de mitigar el enojo de su señor, y que decir de su parte humana que de igual forma sentía aquel enojo emanar de él lo que causaba que el joven pelirrojo se volviera alguien agresivo con las personas a su alrededor, no quería tener que llegar a su hogar y que su madre le diera una paliza por no saber dominar sus emociones, pero en su defensa todo valía la pena al ver a un arrepentido Kirishima tratar de disculparse con las personas a las cuales les había causado una que otra molestia, siendo los guardias del castillo las personas que recibían incluso ofrendas de paz como un oso o un alce cazado por el mismo 

Puede que a algunos al inicio si les haya incomodado la presencia del contrario y uno que otro pueblerino lo mirará de mala manera ,pero solo basto una mirada sincera y una cálida sonrisa del dragón para que todos quedarán cautivados por la amabilidad y generosidad del mismo causando que  "secretamente" todos los habitantes le llegaran a tomar un gran aprecio ignorando las situaciones un poco incómodas que los hacía pasar, pues entendian que era el ojirrubi el que influia en sus emociones y considerando que su próximo rey no tenía el mejor de los carácter simplemente se acostumbraron a su nueva rutina  

No se sorprendió al enterarse de que los guardias y la servidumbre del castillo trataban de entretener al joven que vivía en su hogar, pues a pesar de ser un dragón adulto tenía la apariencia de un muchacho de aproximadamente unos 18/19 años pero que poesía la curiosidad de un niño de 8 años, todo le parecia curioso y novedoso, lo cual era provechoso para los caballeros y más que nada para su padre, pues este último aprovechaba al pequeño intrepido a probar las nuevas pociones que inventaba, pues al ser un ser mitologico era inmune a sufrir el envenenamiento mágico o que alguna de estas le cusara la muerte

Cuando noto que el sol empezaba a asomarse de tal manera que iluminaba todo a su paso fue que decidió que ya debía emprender su viaje hacia aquella tierra mágica donde habitaba aquel que sería capaz de sanar las heridas de su acompañante y, tal vez, llegado el caso incluso podría salvarle la vida

Odiaba admitirlo, pero el maldito era un buen mago capaz de sanar heridas y conjurar una infinidad de hechizos sin mencionar que se sabía de memoria todas las pociones habidas y por haber, no por nada fue discípulo de su padre que, después de casarse con su madre, este asumiera su lugar como el mago imperial de la corte perteneciente a su reino

Decidió no darle más vueltas al asunto y después de que se acomodará la pequeña daga encantada por su padre pero forjada por su madre con uno de sus dientes de dragón que traía en el cinturón, apagar el encantamiento que habia conjurado la noche anterior para finalmente ordenarle a su dragón que deje de jugar con alguna presa que había cazado para que se alistará por que partirían de ahí y después de observar como el mencionado agitaba sus alas y aflojaba un poco sus garras le basto para saber qué estaba listo para partir

- ¿Como se supone que debo llevarte?- dijo pensativo mientras observaba al chico de peculiar cabellera que estaba envuelto en la capa que portaba desde que tenía el derecho al trono pero que a pesar de las múltiples heridas que se asomaban por las partes de su cuerpo parecía cómodo durmiendo ahí, o eso quería creer al notar el como no se habia movido en toda la noche

Solo somos tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora