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[ Un llamado a su nombre le hizo levantar los ojos del vaso en sus manos, pero aquella suave expresión en su rostro no duró ni un segundo al ver quien acompañaba a sus amigos. ¿ Nunca odiaron tanto a alguien que pueden sentir como eso carcome tu piel ? ]

——— ⏳ ———

Miró hacia abajo cuando bajó del caballo. Mantuvo sus manos sobre cuerpo del animal pero sus ojos fijos en sus botas; lo que más le gustaba de terminar una patrulla era la sensación de sus pies contra la nieve. El ardor bajo la pierna de su pantalón le hizo respirar entre dientes.

– ¿Día difícil?

Una voz la sacó de su cabeza, pero su expresión confusa se relajó cuando confirmó de quien se trataba. Dina.
Una pequeña risa vergonzosa salió como un suspiro mientras llevaba una mano a su cuello.

– Para nada. – Respondió, con una sonrisa amable.

Con el tiempo, Fae Davis entendió que nadie en Jackson representaba una amenaza para ella, y una vez lo hizo, conoció a Dina. Siempre la veía participando en la comunidad, y un día decidió ayudarla. Hoy, la culpa de como no puede estar en su casa por más de 3 horas.

– ¿Que tal te fue con el nuevo? Pude notar lo ansioso que estuvo en la mañana.

Fae miró sobre su hombro hacía su compañero, asegurándose de que no estuviese escuchando. Aquel chico rubio estaba ocupado hablando con otra persona mientras se encargaba de dejar a su caballo en el establo. Entonces dirigió su mirada de nuevo a Dina, quien tenía sus brazos cruzados y su típica expresión juguetona, pero dulce. Como si con solo verla sabrías que hablaba con un amigo.

– El esta bien. – Respondió, subiendo sus hombros. Una sonrisa involuntaria adornaba su rostro, delatando una pequeña mentira mientras comenzaba a preparar su caballo para el descanso. – Para ser su primer patrulla, diría que hizo un buen trabajo.

– ¿Encontraron algún infectado? – Dina inclinó su cabeza, buscando el rostro de su amiga. Nunca supo si podía leer así de bien a las personas, o si ella era así de mala mintiendo.

– Sorpresivamente, si. El equipo anterior debió haber hecho mal su trabajo, no nos tocaron las zonas más alejadas. – La contraria dejó ir una pequeña risa, lo que le hizo mirarla con confusión. – ¿Qué?

– Nada. – Respondió entre risas. Fae frunció un poco el ceño, sabía que le estaba tomando el pelo. – Solo se que no dejaste nada para el novato.

Soltó un suspiro y volvió a centrar su atención en el caballo. Había comenzado a caminar en dirección a su compañero cuando su amiga volvió a hablar, lo que le hizo frenar a solo unos pasos de ella.

– Ey. Pensamos en ir a tomar algo con Jesse en unas horas ¿Te gustaría venir? – Hubo un silencio. No completamente negativo, pero debía esforzarse un poco más para convencerla. – Prometo que será algo tranquilo. Solo para salir de casa un rato. ¿Por favor..? –

Fae respiró hondo. Sabía que se iba a arrepentir si no iba. Solo debía asegurarse de algo.

– ¿Irá alguien más? – La expresión en su rostro puso una sonrisa burlona en la cara de Dina, pero antes de que pudiese contestarle, terminó. – ¿Irá ella?

– No. Creo que no.

Pudo sentir como la mofaba con solo mirarla, irritándole con facilidad. Hizo una mueca y dejó salir un pequeño sonido en forma de queja antes de volver a su tarea.

– Esta bien.

Respondió sin siquiera mirarla, pero podía jurar que acababa de sacar una sonrisa aún más grande en su rostro.


[ ... ]


Apagó el agua de la ducha y volvió a mirar hacia abajo. El corte en su pierna no parecía nada serio. Solo tuvo mala suerte, y un compañero principiante. Al pararse frente al lavabo, el vapor nublaba su imagen. Pasó su mano sobre el espejo, revelando su piel mojada y los oscuros rizos que caían sobre ella.

Desde que Fae llegó a Jackson, aprendió a vivir con la paz y la seguridad. Aún así, no parece acostumbrarse a vivir tranquila en soledad, por lo que regularmente esta fuera, reuniéndose con amigos o simplemente vagando por las calles, viendo las estrellas, o admirando la calidez de cada hogar.
También descubrió lo mucho que le gustaba socializar. Incluso con su terquedad y carácter, siempre demostró estar dispuesta a dar una mano. Supone que eso fue lo que la llevó a contar con un grupo social tan amplio. Aunque, sin duda, aquellos que más atesora son esos que la recibieron cuando estuvo lista; Dina y Jesse.

Pero había una persona que, sin duda, era totalmente diferente a cualquiera que haya conocido. Alguien que lograba sacar un lado de ella que nadie más podía. Alguien que le generaba tanto odio que no podía soportar. Ese alguien era Ellie Williams, y para su mala suerte, era una íntima amiga de sus amigos.
Al inicio, solo encontrarse era indicio de que habrían gritos y discusiones, pero con el paso del tiempo, aprendieron a soportarse en las reuniones con sus amigos. Era el único lugar donde podía haber paz, y aún así, la única forma de que eso pasara era si se ignoraban por completo.

Nunca logró entender que inició toda esa rivalidad, solo sabía que si alguien quisiese conocer a un verdadero imbécil, debería conocer a Ellie.

Afuera, el cielo se teñía de un violeta oscuro y profundo.
Ajustó los cordones de sus botas y caminó hacía la puerta, echando un rápido vistazo al espejo que colgaba al otro lado de la habitación. Si no fuese por su saco gris, su cabello se perdería entre la ropa negra que vestía esa noche.

Siempre disfrutó los pequeños detalles. La brisa fría que pegaba en su nariz, el sonido de los insectos y las charlas indistintas de los vecinos, los lugares comunes como el pequeño bar que frecuentaban. las luces cálidas y tenues parecían siempre recibirla.
Se sentó en la barra y pidió un vaso de agua hasta que llegasen sus amigos. Amaba como, durante las primeras horas de la noche, podías escuchar la música jazz que funcionaba como ambiente. Como podías sentir la familiaridad en el lugar. Como Jackson se convirtió en un hogar para ella.

Su mirada estaba perdida mientras jugaba con sus dedos sobre el borde, hasta que un llamado a su nombre le hizo levantar los ojos del vaso en sus manos. Reconoció esa voz familiar que borró toda sorpresa y la reemplazó por una cálida sonrisa, pero aquella suave expresión no duró ni un segundo en su rostro al ver quien acompañaba a sus amigos.
Dina, Jesse, y Ellie Williams.
Su sonrisa desapareció, su ceño se frunció levemente, y de repente estaba demasiado cansada como para lidiar con esto.

¿Nunca odiaron tanto a alguien que pueden sentir como eso carcome tu piel?








——— (...) ———

Muchísimas gracias por llegar al final de este capitulo. No puedo explicar lo que me costó siquiera empezarlo t.t
Pronto volveré con más contenido y mucha roña entre estas dos ✨🫶

Veneno. - Ellie Williams y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora