El arte de escribir en soledad

Inefable

Ella y el amor van de la mano.

Ella ama bailar, sonreír y cantar. Dos notas bajo la ducha y el cielo no para de llorar en su tristeza.

Ella ama ser la estrella más brillante de mi universo, tan frágil y preciosa. Y pienso que tal vez sus ojos brillan aún más cuando me sonríe.

Ella es poesía tallada en roca, sempiternas para mis sentidos y tan fácil de admirar. Yo la veo triste, cansada y dócil. Nadie más lo nota excepto mis ojos, que son tan vehementes al tratar de descubrir su alma.

Ella es una mezcla de paz y tormenta, que domina cada desfase de mi corazón...y llena cada hueco de mi alma. La locura se vuelve felicidad, si no te incomoda donde trascurre el tiempo y mis ojos solo notan su belleza.

Cada espacio, cada centímetro, cada sonrisa y me pierdo. Unos instantes y después se vuelve eterno. Serendipia grita mi mente y se transforma en un verso intangible, no en papel, sino en mi alma.

Ella ama vivir, traspasar los límites de mi frontera y ser siempre la misma chica, que remueve cada parte de mis dormidos sentimientos.

Y yo. Solo amo observarla todos los días en silencio.

¿Acaso así se siente el amor?